Capítulo IV: Registros de Corona 57

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Los científicos y doctores especiales de la base se encargaban cada semana de extraer muestras de sangre de los mutantes para analizarlas en los laboratorios subterráneos de Corona. Pocos conocían ese lugar y entre aquellos pocos Jake era uno de ellos.

Jake fue de los primeros en llegar a Corona y el gobierno no desaprovechó su poder para poder crear maquinaria especial para la base y artefactos para analizar a los mutantes que llegaran para la realización de una cura. Él también les había mentido a sus compañeros respecto a la chica, el sí la conocía, aunque solo unas pocas veces la había visto en persona.

Ella tenía en Corona desde antes de que él llegara. Era la primera mutante localizada y la razón por la que ninguno estaba siendo sometido a pruebas como conejillo de indias. Jake desconocía el nombre, la razón y el tiempo que ella llevaba ahí, pero cuando él la vio por primera vez la trataban como un alienígena del área 51. Estaba conectada a grandes aparatos donde la analizaban y extraían su sangre, pero la gente que trabajaba experimentando con ella moría súbitamente dejando como único rastro de su existencia polvo de sus cadáveres y temían quedarse sin personal. Encontraron a Jake justo a tiempo para crear un aparato capaz de hacerla disminuir su peligrosidad y controlar sus poderes. Todo el tiempo que trabajó en el aparato se preguntaba si podría algún día ayudarla, pero él no era capaz de faltar a su país ni a su código ni a su ejército. Se limitó a hacer lo que le pidieron, sin detalles y sin saber de lo que se trataba, Jake creó una pulsera que limitara a disminuir las frecuencias de los poderes de aquella chica.

Jake también, había hablado con el General y los administrativos de Corona para otorgarle un mejor trato al ver el gran sufrimiento al que diariamente era expuesta. Gracias a Jake y a la pulsera fue que ella ahora podía caminar por la base y tener una habitación con la condición de evitar el contacto con los demás. Dos guardias estaban siempre a cargo de ella, ninguno quería ser su amigo puesto que la veían con miedo como si se tratara de un monstruo. Sus guardias eran de las pocas personas que conocían su oscuro secreto y eso hizo que ella cada vez se volviera más reservada y se sintiera más sola y sin esperanzas.

En aquellos laboratorios donde analizaban las muestras de sangre, la de ella era la única que manifestaba diferencias severas, sus poderes no solo podían dañar a los demás sino también iban en contra de su propia vida, nada de lo que ella no estuviera consciente.

El laboratorio estaba conformado por tres científicos principales y dos doctores especializados en virus y sangre. La idea de una cura no les fascinaba tanto como la posibilidad de recrear el gen mutante en el código genético de los seres humanos para crear su propio ejército de super humanos con poderes. Y más aún la posibilidad de recrear el Genoma 13 que poseía esa chica, que, de no ser por la naturaleza degenerativa de sus poderes, era una mutación que la volvía mucho más sana, fuerte y resistente que los demás mutantes. El Genoma 13 era la principal investigación de Corona ya que eso no solo los volvería el ejército más poderoso de todos los tiempos sino también sería la cura de varias enfermedades, una mutación capaz de regenerar cualquier parte del cuerpo, pero eso no era tan fácil.

Cada espécimen de sangre mostraba resultados diferentes. Sin importar el tipo de sangre no lograban encontrar el punto de unidad del gen mutante. La diferencia que presentaban las muestras era más evidente semana a semana que el virus se iba fusionado cada vez más con sus células y generando diverso comportamiento en el avance de mutación.

El código genético de cada mutante, semana a semana se reescribía, y los científicos necesitaban que en algún momento la mutación llegara a un punto estable para poder encontrar lo que buscaban para identificar el gen mutante y a su vez crear la cura.

Lo que ellos llamaban cura realmente no lo sería, lo que verdaderamente desarrollaban era más bien un estabilizador molecular para que el ADN de los que inyectaran con el gen mutante pudiera fusionarse con el virus y mutar a una versión mucho más avanzada y estable de super poderes.

Aún les quedaba un largo camino para encontrar todo lo que pretendían, sin embargo, el Dr. el más joven de todos ellos, tenía la certeza de que en la sangre de aquella chica encontraría las respuestas que su equipo buscaba. Para poder conseguir su cometido lo que más les preocupaba era lograr mantenerla con vida y en una condición estable el tiempo necesario, ya que, según los científicos, en ella estaba el camino para la evolución superhumana.

Genoma 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora