Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.

Capítulo 36: Eres molesto.

Parte 1

“¡Hup!”

Con un solo paso, Leohart se lanzó sobre Sebastián. Alrededor de diez metros los separaban y, aun así, redujo esa distancia en tan solo un segundo. La katana que había elevado sobre su cabeza dibujó un arco de luz azul que caía directamente sobre Sebastián quien usó sus dos brazos izquierdos para bloquear la hoja.

*Clang*

“Hm… eres más resistente ahora.”

“Solo me atrapaste desprevenido antes.”

Debido al cambio en el cuerpo de Sebastián, su altura había alcanzado los dos metros y para poder golpearlo desde arriba, Leohart había saltado. Su posición actual era una en la que su cuerpo estaba en el aire y el filo de la katana había impactado con el exoesqueleto de su objetivo.

“Bueno, no es como si eso influyera en el resultado.”

“Son solo pala- ¡Bugh!”

Al momento en que se dio cuenta de que no podía cortarlo tan fácilmente, Leohart movió su cuerpo para darle una patada en el rostro a Sebastián. Pasando por debajo de los brazos levantados que bloelogión la katana, la punta del pie de Leohart impactó justo debajo de su mandíbula.

Debido a que estaba usando reforzamiento mágico, Sebastián retrocedió un paso hacia atrás al recibir el golpe, pero no perdió su balance.

“¡Mocoso atrevido!”

Hasta el momento siempre había hablado en un tono formal y educado, pero al recibir el golpe, Sebastián olvidó toda formalidad y pensaba descargar su ira contra Leohart cuando notó algo extraño.

Leohart, quien aún estaba en el aire, tenía las mejillas hinchadas como si tuviera la boca llena con algo. Eso era algo muy extraño, pero, aun así, causó que Sebastián sintiera un peligro inminente. Esa sensación hizo que, en lugar de golpear con sus brazos en el lado derecho de su cuerpo, decidiera retroceder de inmediato, dando un salto hacia atrás y al momento siguiente…

*BOOM*

Desde la boca de Leohart un rayo de color azul salió disparado e impactó contra el suelo un poco más detrás de la posición donde había estado de pie Sebastián, causando una explosión de luz que dejó un témpano de hielo sobresaliendo del suelo en el punto donde impactó.

“Hm… casi te atrapo.”

Dijo Leohart observando al témpano de hielo. El hielo tenía un diámetro de poco más de un metro y una altura de dos metros más o menos. Leohart caminó hasta situarse junto al hielo y dio un vistazo al interior del témpano. Allí, una pierna cubierta por un exoesqueleto de color marrón oscuro y con tres garras negras en lugar de dedos en los pies, yacía congelada hasta la mitad del muslo.

“Eso estuvo cerca…”

Dijo Sebastián, quien estaba de pie alejado unos metros del hielo. Su pierna izquierda se estaba regenerando mientras se encontraba con dificultades para mantenerse de pie.

“Pensar que puedes usar algo como ataques de aliento. ¿En serio eres humano?”

“¿Quién sabe? Eso no es algo que te haga falta saber.”

“Eso es cierto… ¡Haa!”

En un instante, Sebastián movió sus dos brazos derechos hacia el frente, como si diera un golpe de palma y desde sus manos, esferas de esencia mágica salieron disparadas hacia Leohart, quien simplemente las esquivó dando un paso hacia el lado.

“¡Death Rain!”

Con el grito de Sebastián, un gran número de esferas de esencia mágica aparecieron en el aire y al momento siguiente, este simplemente agitó sus brazos hacia el frente. Con solo eso, todas las esferas salieron disparadas a gran velocidad hacia Leohart.