Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.

Capítulo 115: Será una buena noche.

Parte 1.

*POV 3ra Persona*

Durante la madrugada, en la mansión de gobernador, los guardias realizaban sus patrullas habituales por los terrenos circundantes y dentro de la mansión.

“Woah… hay bastantes.”

En el interior de la mansión, un hombre completamente vestido de negro que portaba una máscara de oni de color blanco se movía sigilosamente evitando a los guardias cargando dos bolsas grandes en su espalda. Mirando a través de una ventana en un pasillo del segundo piso, observó cómo dos grupos de cuatro caballeros cada uno se reunían en el jardín mientras realizaban sus recorridos.

“Aun así, pensar que encontraría tan fácilmente tanto dinero… se confían demasiado.”

El hombre había ingresado a la mansión hace tan solo 30 minutos y sin mucho esfuerzo había encontrado la oficina del gobernador y el pasadizo secreto que llevaba al cuarto de los tesoros. Las bolsas en su espalda estaban repletas de monedas de oro y eso era tan solo una parte de lo que encontró allí.

La parte más difícil había sido evitar a los guardias fuera de la mansión ya que al cruzar los muros se había encontrado con un amplio terreno que separaba el muro del edificio principal de la mansión y el número de guardias recorriendo el área hacía difícil cruzar esa área bajo la luz de la luna en una noche con el cielo despejado.

A pesar de ello, el hombre se las arregló para pasar desapercibido e ingresó a la mansión por una de las ventanas del primer piso y de inmediato se dirigió al segundo. La razón de esto fue simple, allí es donde se encuentran las habitaciones de los residentes y ahí siempre hay bienes valiosos.

En este caso la oficina personal del gobernador también se encontraba en el segundo piso, que fue donde dio con el pasaje que lo llevó hasta el dinero.

Después de tomar una considerable cantidad de dinero el hombre se retiró rápidamente y ahora se encontraba buscando la ruta por la cual saldría con su botín. Solo necesitaba encontrar el momento para evadir a los guardias y así podría desaparecer en la oscuridad de la noche.

“Eso es cierto y es debido a esa confianza que le recomendé un cambio en su seguridad al gobernador.”

Mientras el hombre de negro miraba hacia el jardín a través de una ventana, la voz de otro hombre alcanzó sus oídos.

“Déjame adivinar… ¿la gema que brillaba sobre un pedestal dentro de la bóveda?”

El hombre se dio la vuelta hacia la voz. Allí se encontró con alguien que parecía ser un noble, vistiendo un traje elegante.

(Hm… no concuerda con la descripción del gobernador… ¿Quién es?)

Observándolo con curiosidad, el hombre de negro se centró en Abel, el hombre que le estaba hablando.

“Ahora, ladronzuelo. A pesar de que estas robándonos tan descaradamente, no puedo evitar preguntar… ¿Quién eres?”

“Eso… no es algo que le preguntas a un ladrón ¿cierto?”

“En circunstancias normales, puede ser. Pero… tú no eres normal ¿cierto?”

La mirada aguda de Abel se enfocó en el ladrón quien se encogió de hombros.

“¿Por qué pensarías eso?”

“Pues, la barrera que rodea a esta mansión es especial y, aun así, no solo la atravesaste sin ser detectado, sino que también ningún guardia te vio. Eso no es algo que un ladrón común pueda lograr.”

“¿Oh? ¿En serio? Jajajaja. Ya veo.”

“¿Hm?”

Ante la inesperada reacción del ladrón, Abel ladeó la cabeza. A pesar de que había sido descubierto, se estaba riendo. Eso era claramente extraño.