Parte 1.
*POV 3ra Persona*
Cerca de la medianoche, Leohart, Kaido y Allen fueron guiados por Maomao a través del burdel. Su destino, un edificio separado detrás del gran edificio principal. El edificio tenía un solo piso y visto desde fuera parecía solo un gran almacén, pero aun así estaban siendo guiados hacia allá.
(Hm… supongo que la anciana quiere hablar sin que haya interrupciones.)
A pesar de lo sospechoso de la situación, Leohart se dirigió hacia allá sin cuestionar.
“Es Maomao. Voy a entrar.”
“Adelante.”
En cuanto llegaron frente a la entrada del almacén, Maomao dijo su nombre y desde el interior le respondió una voz que Leohart no recordaba haber escuchado antes.
(¿Será alguna cortesana?)
Pensó para sí mismo mientras ayudaba a Maomao a abrir la puerta. Obviamente no había hablado con todas las cortesanas y si bien había escuchado las voces de algunas mientras andaba por el edificio, fácilmente podría haber varias que no reconocería.
“Oh… esto no me lo esperaba.”
En el interior del almacén, Leohart se encontró con algo totalmente inesperado. El lugar no parecía un almacén en lo absoluto.
En el centro del almacén se encontraba una mesa enorme, el tipo que se encontraría en una sala de banquetes, mientras que en los extremos se habían colocado algunos sillones sencillos y varias camas simples alineadas. En las esquinas del fondo se encontraban dos habitaciones pequeñas con puertas corredizas.
Todo se veía bastante limpio y organizado, probablemente gracias al gran número de sirvientas que había allí. De un solo vistazo, Leohart contó unas doce camas, pero solo veía a ocho mujeres con ropas similares a las de las asistentes del burdel.
“Muy bien… ¿Qué es esto?”
Preguntó Leohart casualmente a Maomao. Ella soltó un corto suspiro y luego le respondió.
“Estas personas son mis colegas… que solían trabajar conmigo como sirvientas de las consortes principales del rey en nuestro país.”
“Mhm.”
“Y ellas son las consortes a las que sirven.”
“…”
En cuanto Maomao dijo esas palabras, cuatro personas salieron desde detrás de las sirvientas. Al verlas, Leohart se quedó sin palabras.
Una de ellas era el guardaespaldas que acompañaba a Pairin y a Meimei temprano en la mañana. Ahora vestía ropas más sueltas que revelaban un poco de su figura femenina, pero el diseño de la ropa seguía siendo para hombre.
“Ella es la señora Ah-Duo.”
A su lado había una chica bastante joven. De un vistazo, se podría decir que tenía unos 14 años. Su largo cabello de color marrón oscuro alcanzaba hasta su cintura. Llevaba lo que parecía ser un vestido sencillo de color blanco, usado como ropa de dormir.
“Ella es la señorita Rishu.”
A su izquierda, junto a las sirvientas del lado derecho de Leohart se encontraba otra mujer joven. Por su apariencia parecía estar al comienzo de sus veintes. Su largo cabello de color azul oscuro, casi negro, alcanza su cintura y sus ojos rojos le recordaron a Leohart a un par de rubíes. Su voluptuosa figura, que no pudo ser escondida por completo por su ropa de dormir del mismo tipo que la de la joven junto a ella, podría cautivar con facilidad a cualquier hombre, sumado a su bello rostro y su aura noble, le daban una apariencia y presencia que dejaba una fuerte impresión.
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Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.
FantasíaUn grupo de personas se ven envueltas en un accidente incomprensible y reencarnan en otro mundo. Algunos como familia o conocidos y otros... Como algo que no imaginaban. "Soy una serpiente? Me da igual! Siendo una serpiente alcanzaré el cielo!" Nota...