Capítulo Treinta y Tres

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Mierda-susurro recuperando la respiracion.

Klaus estaba como yo, agitado. Es que el beso se habia tornado violento y profundo, y aunque sólo estábamos unidos por nuestras bocas sentia como si me hubiese acariciado hasta el alma.

Incluso ambos gemimos en un determinado momento. Jamás me habia pasado eso con Leandro.

Nos miramos unos segundos, el tenía una sonrisa enorme de oreja a oreja, pero yo solo negue y me gire dándole la espalda.

El me atrajo a su cuerpo sin hablar y lo agradeci mentalmente. Menos mal que habíamos hecho la promesa de no leernos las mentes porque aunque le estaba dando la espalda, moria por no hacerlo. Queria girarme y besarlo, subirme encima suyo y poseerlo.

Hey! No me culpen que esta como comer pollo con la mano y-me interrumpió mis pensamientos.

-duerme Lore deja de sobre pensar las cosas-susurro en mi oido.

Asenti en la oscuridad y el beso mi mejilla.

Largue el aire contenido y mordi mi labio.

Sus manos en mis caderas no ayudaban, lo que menos queria era dormir.

Joder, que deje de hacer eso. Acaso esta oliendo mi cabello?. Aprete los ojos y conte ovejas. Pero pronto las ovejas se convirtieron en "Klauses".

Veintiun Klaus, veintidós Klaus... Que dije?. Estoy perdida.

Sus manos se detuvieron gracias a Dios y abri los ojos. Torci un poco la cabeza para mirarlo y ahogue un grito.

Lo creí dormido pero seguia despierto.

El se pego a mi boca y hablo.

-quisiera dormir, pero no me ayudas, creeme-dijo jadeante.

-esto esta mal-gire mi rostro de nuevo y mire hacia la oscuridad maldiciendo.

-sabes?-beso mi cuello y se quedó alli hablando-tu padre me enseñó un truco el otro día-volvio a acariciar mi estómago.

Me gire otra vez para mirarlo pero frunci el ceño.

-que clase de truco?-dije con la voz entrecortada.

Sus caricias no cesaban y me estaba enloqueciendo.

-ya sabes del aura-dijo restando importancia-pero me ha enseñado algo más con eso.

Tomó mi mano y empezó a besar las puntas de mis dedos.

Me puse tan nerviosa que me aleje de él y me acosté bien en la orilla de la cama lo más alejada posible de su cuerpo.

-wow-jadeo.

-mmm?-dije calmando mi respiración.

El estiró su mano y la apoyo en mi cintura atrayendome a su lado con facilidad.

-no me gusta este juego-gruñi.

-quien dijo que jugábamos?-sonrio y suspire.

-no entiendo que tratas de hacer-me crucé de brazos sin mirarlo.

-tomó mi menton para que lo mirará-tienes que concentrarte en los colores del aura-dijo en voz baja y pausada mientras sus dedos acariciaban mi mandíbula y me sentia débil e indefensa a su merced-yo te tocó y tu subes tu color-susurro lo último en mi oído y aprete los ojos.

-tu aura siempre destella entre amarillo y dorado. Tal vez un toque de naranja algunos días-su índice bajo por mi cuello y luego a mi hombro.

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