Capítulo Seis

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Me bajé rapido apenas visualice el café, el idiota de Agustin habia ido todo el puto viajé a toda velocidad e intentando sacar conversacion, a lo cual solo respondi con si y no, blanco y negro.

No lo toleraba, solo lo estaba usando de remis. Me rei por dentro ya que el creia que habia subido por que me habia fijado en el o lo que sea.

Pobre idiota.

Iba hecha una furia y me adentre en el café mientras el buscaba lugar para estacionar, no le di ni las gracias y no pensaba hacerlo.

Lo unico bueno fue que llegue con cinco minutos de sobra, entre directo saludé a Camila que me miraba con los ojos abiertos cual huevo duro y casi me saca una sonrisa, pero recordé como habia llegado y solo largue un bajo "no preguntes".

-Oh claro que hablaremos de eso-dijo señalando al idiota a través del vidrio-.

Lance un suspiro profundo y fui tras la tienda, Santiago estaba ayudando a cocinar lo que me sorprendio demasiado.

-Finalmente ocurrio-le dije riéndome-

-De que hablas Lore? -me dijo acercandose y dandome un beso en la mejilla.

Llevaba un delantal rosa y verde de cocina. Era demasiado verlo asi.

-Has logrado matarlo verdad? Donde tiraste su cuerpo? No, no me digas no quiero ser tu complice.

Empezo a reir a carcajadas y yo lo segui. Camila entro y se nos quedo viendo.

-Oh no! Ella te ayudo verdad? Pobre Maria, viuda tan joven.

-Eres una persona muy retorcida sabes? -me espeto Santiago-

-claro que no, yo solo aclaro los hechos, asesino.

-esta enfermo Lore, la pobre de Maria lo esta cuidando en su casa. Ya sabes el muy idiota queria venir igual y ella le insistio en que reposara o lo llevaba al médico.

-me rei-Antonio en la clinica? Pobres enfermeras.

Nos reimos juntos, era la verdad Antonio era insoportable la mayoria del tiempo, y los hombres de por si son digamos... Unos bebés llorones cuando se enferman, no se por que son asi, las mujeres son las que mas sufren con el parto, los dolores de ovarios y mas, ellos no toleraban ni un dolor de cabeza.

-pobre Maria-dijimos los tres al unisono.

Mire la pesada, habia todo tipo de tartas y pasteles, ademas de medialunas.

No podia mentir, Santiago era un gran cocinero y el mas viejo empleado ahi, asi que estaba a cargo.

Renegue de solo pensar que tendriamos que hacer horas extras y que estariamos mas alla de eso también, habia dos empleados enfermos y Maria no estaba. Camila cobraria y yo atenderia las mesas junto con Carla. Una chica un poco rara... Bueno MUY rara, iba siempre de negro y hablaba poco y nada. Parecia una emo. Pero no juzgabamos, ademas era muy trabajadora y callada.

El idiota de Agustin ya estaba en la mesa de siempre y me observaba con gracia ya que estaba de aqui para alla con los pedidos que hacian los clientes y dandole ordenes a la pobre de Carla que solo asentia con la cabeza agachas y hacia su trabajo.

Camila era muy buena con la caja, ademas estudiaba en la universidad economia y eso ayudaba mucho.

Una vez que ya habia pasado el ajetreo me acerqué al idiota y le pregunté que queria.

-bueno, debido a que llevo mas de veinte minutos esperando, crei que por lo menos me ibas a traer un café.

-ok, café que mas?

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