Capítulo 6

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Se encontraba caminando en lugar totalmente oscuro, no sabía dónde estaba hasta que llegó a un espejo. Por curiosidad se acercó a esté pero no vio su reflejo, se encontraba frente a otro chico muy parecido a él, el mismo cabello rubio, veía que su ropa era antigua, como si ubiera salido de algún cuento de hadas donde las princesas estaban encerradas en torres y los caballeros peleaban con dragones. Adrien colocó su mano sobre el espejo y el otro chico también lo hizo y empezó a llorar.

-- Por favor, recuérdalo. Me estás matando.

Sollozo el reflejo, no entendía aquellas palabras ¿A quién debía recordar?

-- ¿A quién debo recordar?

-- A él, por favor... Es el momento. No dejes que la oscuridad te absorba, los sentimientos que tienes por esa maldita no son reales, por favor...

Seguía sin entender esas palabras ¿Qué debía recordar? ¿Quién era él? ¿Quién era esa maldita bruja? Todas aquellas dudas inundaban su cabeza, no lo entendía.

Cerró los ojos y se encontraba en una casa muy distante a la de París. Era antigua, no había focos pero si muchas velas, su casa era de madera y estaba cálida. Lo recordaba, era su casa. Estaba sentado frente a un escritorio donde había una carta, con curiosidad la tomó entre sus manos y comenzó a leerla.

A quien corresponda.

Mi amado muerto se encuentra. Debo de contraer nupcias con una doncella que creía afable me a mostrado su verdadera cara.

Mi amado, mi alma, mi Anam Cara, si en una vida nuestras ánimas se encuentran sobre esta tierra, prometo ser tuyo de nuevo como en esta efímera vida lo fui.

Te seré fiel a ti y permaneceré puro por ti.

La diosa Áine, mujer que sabe del sufrimiento, será mi testigo que yo tuyo siempre voy a ser.

Acunare tus recuerdos en lo más profundo de mi ser, y nuestras amigas del bosque nos ayudarán a recordar cuando el momento llegue.

Siendo el caso, te pido lo mismo que aquel día me has pedido, permanece fiel a mi en aquel jardín. Te estaré esperando.

Para siempre tuyo, Atilano.

Unos golpes contra la puerta se comenzaron a hacer presente en el cuarto. Una voz desesperada exigía que la puerta fuera abierta pero yo no podía abrirla, estaba cerrada con llave. Después de unos minutos los golpes comenzaron a ser embestidas que buscaban derribar la puerta y esta fue abierta.

De ella entraron dos personas, uno que se parece mucho a su padre, Gabriel Agreste y la chica que comenzó a llorar una vez la puerta fue derribada era parecida a su amiga Marinette. ¿Por qué lloran? No lo entendía si él estaba frente a ellos, fue cuando su vista se dirigió a la cama y encontró a aquel chico del espejo sobre la cama con un frasco en la mano donde podía leerse "Maceración de belladona y ajenjo".

El sonido de la alarma hizo que abriera sus ojos en cuestión de segundos, estaba en su recámara de París. Qué sueño tan extraño.

Cuando el chico bajo a desayunar con su ropa de siempre se encontraba la asistente que le dictaminaba las tareas que debían ser completadas ese día.

-- Natalie -- llamo la atención de la mujer. -- De pura casualidad, ¿te suenan los nombres de Atilano y Licero?

La mujer negó, pero para saciar su curiosidad averiguaría sobre aquel tema siempre y cuando el modelo hiciera todas sus tareas correspondientes lo cual aceptó.

...

El día había terminado, las estrellas comenzaban a adornar el cielo y este se teñia de un color púrpura, sin dudas una vista espectacular.

Como el chico había cumplido con todas sus tareas la mujer había averiguado sobre aquellos nombres, pero no se encontró información muy agradable.

-- Atilano y Licero fueron dos mejores amigos, confundidos como pareja los aldeanos sentenciaron de prácticas de brujería a la familia de Licero y el perdió la vida, días más tarde Atilano se suicidó. Desde entonces se cree que sus almas volverán y harán pagar a las personas que los condenaron.

-- Esa es una historia muy cruel -- dijo el rubio.

La mujer asintió. Una vez estuvieron en casa el chico subió a su habitación para preparar las cosas de la clase del día siguiente.

-- La leyenda esta mal -- se escuchó la voz del hada. -- El joven Licero y tu eran amantes.

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Gracias por leer los veo el siguiente capítulo.

Tanz Mit Mir [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora