Capítulo 14

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Una semana antes del video musical.

El sol se observaba por el cielo azul, aunque varias de las personas ya habían comenzado su rutina sin la necesidad del astro en el filamento. El guitarrista se preparaba para asistir a su escuela, así que tomó su mochila y se dirigió a la parte de la cocina donde se encontró a su hermana menor, al verla ahí decidió acompañarla, hace mucho que no lo hacía. Ambos desayunaron un poco de fruta picada junto con cereal con leche mientras tenían una amena plática acerca de sus actividades escolares, entre ella la chica comentó el proyecto en el que su hermano le hacía favor de cooperar, diciendo que esa tarde el modelo iría esa tarde para verificar el tema musical, el chico asintió ante ello.

— Y... ¿Cómo está Adrien? — preguntó el varón, no pudo evitar que saliera aquella pregunta, pues sentía curiosidad por aquel asunto.

— El sigue actuando raro, es tan extraño... Como si no tuviera alma — menciono la chica para después beber la leche sobrante de su plato.

Ambos chicos, una vez terminaron sus alimentos, se levantaron con sus respectivas mochilas y se encaminaron hacia el colegio de la menor con una agradable plática de proyectos futuros para la banda donde pertenecían ambos chicos. Pasaron por la casa de una rubia que se unió a ellos en la conversación del futuro de la banda hasta que llegaron al colegio de ambas chicas. Su hermana se despidió de él (al igual que la otra chica), comenzó a caminar en dirección a su colegio cuando un carro que conocía bien se aparco frente al colegio y de este salió un rubio junto con una pelirroja, ella y él cruzaron miradas, en la de ella se veía un odio que no comprendía, pero apartó su mirada rápidamente y se dirigió al subterráneo para llegar más rápido.

Cuando subió al tren se colocó audífonos y escuchar un poco de música en el transcurso del pequeño viaje, una vez llegada a su estación bajó del tren y salió del subterráneo, su escuela solo se encontraba a dos cuadras de distancia así que estaba cerca. Su caminata comenzó mientras contemplaba un poco el paisaje de la ciudad, hasta que sintió un peso sobre su espalda y unos brazos rodearle el cuello.

— ¡Camille! Me estás dejando sin aire — se quejó el chico por el saludo tan eufórico (como de costumbre) de parte de su amiga.

— ¡Buenos días! — saludo alegremente la chica de cabello negro con puntas de color magenta. — ¿Hiciste la tarea de matemáticas? No entendí el ejercicio cuatro, no supe si x equivalía a 5, ya ves que dice que tenemos un terreno de 224 metros, y en esos están separados en figuras.

— Según yo era 3, por que si despejamos la x de la ecuación principal se pasaba como multiplicación, cuando despejabas el otro lado te daba un 9 y pasabas el 3 del otro lado como división te daba como resultado 3, ¿Entendiste?

— No sabía que hablabas japonés — dijo la chica confundida por la explicación de su amigo, y con aquella plática llegaron a la escuela para ahora dirigirse a su salón. — Y... ¿Cómo va la tarea en la que ayudas a tu hermana?

— Juleka me dijo que esta tarde iba a ir el chico que está supervisando este asunto.

— ¿Y por qué no lo supervisa un maestro experto en el tema?

— Eso es un misterio, al parecer esos chicos son superdotados capaces de hacer una investigación histórica sin la necesidad de un historiador presente — dijo el chico con un tono de burla por el asunto.

— No como yo que no entiendo las ecuaciones — dijo la chica mientras reía. — Son dioses, no como nosotros que solo somos simples mortales.

Llegaron a sus respectivos asientos, la chica sacó su libreta de matemáticas para que su amigo le explicará acerca del ejercicio que no había entendido por lo que él le explicó lo mejor que pudo, porque incluso le costó mucho trabajo entender la tarea.

— Oh, ya — dijo la chica viendo el problema por fin resuelto. — Así que esto era así.

Good morning guys — saludo la maestra entrando al aula dando inicio a la clase de inglés.

...

La primera jornada de estudio había terminado y los chicos se dirigieron al comedor para poder tener su hora de almuerzo. Los amigos se encontraban sentados en aquel lugar, la chica hablaba alegremente de sus actividades curriculares, como su práctica de piano o dibujar historietas en la red bajo un pseudónimo en internet, pero el chico estaba perdido en sus pensamientos sobre el asunto de las reencarnaciones y todo el asunto místico que últimamente se había involucrado.

— Luka — la voz de su amiga lo sacó de aquellos pensamientos.

— ¿Eh? Si, te escucho Camille.

— Has cambiado — dijo la chica con una pequeña sonrisa en el rostro. — Desde el día de la aparición de las hadas en el museo del Louvre. Has soñado despierto, sobre todo en las clases de historia.

— ¿Lo has notado?

— Eres mi amigo, sé como eres — dijo la chica aun con la sonrisa en su rostro.

— Supongamos, que me enteré de que posiblemente mi vida solo sea una ilusión — dijo el chico con un poco de pesar, cosa extraña en él.

— Que profundo — bromeó un poco la chica. — Supongamos, ¿Por qué dices eso?

— Bueno, no es algo fácil de decir o explicar — se encogió de hombros.

La chica tomó la mano del chico y esto le sorprendió, aún tenía aquella sonrisa pero ahora de manera materna, dulce.

— Tu eres Luka, me elegiste a mi como amiga, elegiste ese desayuno y esta escuela. Te gustaría dedicarte a la fabricación de instrumentos, no importa el camino que tu elijas, tu siempre vas a ser tu y nadie más, esta es tu vida.

El chico le dedicó una sonrisa a su amiga y ella rió diciendo que eso fue muy serio de su parte, pero esas palabras era algo que necesitaba escuchar. 

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Gracias por leer, los veo en el siguiente capítulo.

Tanz Mit Mir [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora