Capítulo 23

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Hace mucho, mucho tiempo atrás, cuando esta tierra era joven y el humano respetaba a la naturaleza, donde las criaturas, actualmente consideradas mitológicas, caminaban sin pudor alguno por los bosques, nadaban por el mar y volaban entre las plantas, una bella criatura acuática se encontraba curioseando muy cerca de la orilla, ignorando la advertencia que la misma diosa de las hadas y el amor le había dado; los hombres solo buscan una cosa, la cual es reproducirse, el alma de los mortales poco a poco se comenzaba a manchar, pero eso no impidió que la joven sirena se mezclara entre los aldeanos como una simple humana más.

El amor y el destino son cosas tan raras, cuando caes en las garras de aquella sensación que te hace estar en las nubes, contar los pétalos de las flores como si estas fueran a dar una señal del cariño que una persona siente hacia ti, aquel sentir que te hace perder la cabeza y pensar que tu vida vale un carajo con tal de el bienestar de una persona a la que tu mismo etiquetaste como más importante que tu propia vida. Por otra parte, el susodicho destino actuaba de manera tan espontánea y por eso se llevaba tan bien con el amor. En una noche, de las escapadas de la sirena se enamoró de un joven aldeano, y para suerte de su corazón él había caído rendido ante sus encantos extraterrenales y como si de un cuento de hadas se tratase; vivieron felices para siempre... O así debía ser.

Cuando dos personas se aman, forman una personita con ese mismo amor, o al menos así es en la mayoría de los casos, y aquella pareja no fue la excepción y lograron concebir el fruto del amor que se tenían sin saber que sería su única prueba y la sentencia del pecado más aterrador de todos; amar a otra persona pero ser de distintas tierras. Los dioses pronto notaron la falta de cierta sirena curiosa, a lo que, sin importar la vida que ella ya llevará, fue regresada a las aguas de las que había escapado llevándose a su hijo, dejando al hombre detrás quien, murió de tristeza, mismo destino compartió la madre del pequeño por esperar la llegada del padre y reencontrase, pero esto no fue así. Sintiendo empatía por aquel pequeño rubio, la Reina de las Hadas acogió entre sus brazos al retorno pero no por mucho tiempo ya que lo dio a una pareja de mortales para que se hicieran cargo de él, quienes lo criaron pero un dia la mujer desapareció y el hombre cambió tanto que parecía no importarle aquel rubio que una vez cuido con amor, ahora lo trataba con frialdad y como si de una moneda de cambio se tratara.

A pesar de los malos tratos, la falta de su figura materna y la posición que posee, jamás fue un joven que sintiera la necesidad de humillar a los demás, al contrario era alguien muy empático con las personas menos afortunadas y poseía amistades que su padre no aprobaba por ser campesinos. Un día, en uno de los escapes encontró una escena digna de una masacre y sólo un sobreviviente, el chico mas hermoso que jamás conoció y conocerá, pronto la historia se volvió a repetir.

—¿Lo entiendes ahora? —dijo aquella chica quien tenía a Luka detrás de sí. —Ellos son destinados, nacieron para estar juntos en la vida que fuese y tu ni yo encuadramos en la ecuación pero sabes que podemos hacer, obligarlos a estar con nosotras.

—Yo jamás podría hacerle algo así a Adrien...

—Esa no te la crees ni tú, la chica que tiene todo su calendario en su habitación y planeado los regalos de quien sabe cuantos años, la misma joven que planea ridiculeces super elaboradas para que el te hable y sin mencionar la misma que ha usado su alter ego para alejar a otras chicas del rubio. Sabes que lo quieres, lo amas... No, estás obsesionada con él, tu eres la loca y, tristemente, él es tu medicina y tu eres adicta a esa medicina.

El chico poco a poco abrió los ojos a la realidad y en unos segundos reacciono, se encontro a su amiga tendida en el suelo, o mas bien no sabia si era su amiga a esas alturas y a la heroina de color rojo mirandole con una sonrisa.

—Vamos, tenemos que salvar a Adrien. 

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Gracias por leer y por su paciencia, hasta el siguiente capítulo. 

Tanz Mit Mir [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora