Capítulo 9

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....Una tarde en la casa de Micky....

Tocaron el timbre del departamento y el chico fue a abrir de mala gana, le dolía todo su cuerpo, sentía escalofríos y no quería ver a nadie.

-Supe que estabas con gripe y vine a ver cómo estabas- dijo la chica mientras se quitaba los zapatos al entrar.

-Es un simple resfrío, no era necesario que te molestaras Chen Lin-

-No es molestia y aunque no sea algo serio debes cuidarte y me preocupo por mis compañeros- respondió dulcemente -Además tu cuerpo no debe estar del todo recuperado por las heridas de la explosión...seguro no has comido nada-

Yoochun se recostó en el sillón y tapó sus ojos con su brazo, hasta la luz le molestaba.

Ella se acercó y apoyó su mano en su frente.

-Tienes un poco de fiebre, ve a acostarte- ordenó suavemente -Te haré una sopa-

El joven la miró molesto porque ella se introdujera en su vida sin permiso, pero no tenía ni las ganas ni la fuerza para refutar nada por lo que la obedeció sin decir palabra.

Rainie buscó en las alacenas de la cocina y notó que el refrigerador estaba vacío.

-Iré a comprar un par de cosas, no te levantes- le dijo alegremente desde la puerta de la habitación.

-Las llaves están sobre la mesa y hay dinero en una canasta de la cocina- le respondió el otro después de estornudar un par de veces y acurrucarse entre las cobijas sintiendo frío.

Al rato volvió cargada de bolsas, acomodó las cosas y comenzó a preparar la comida caliente.

Llegó a la recámara con una bandeja cargada y la dejó sobre la pequeña mesa que estaba a un lado de la cama.

Micky se sentó y la chica lo ayudó a colocarse unos almohadones en su espalda.

-Debes comer el plato entero o no te recuperarás- dijo colocando la bandeja sobre las piernas de él.

El joven asintió sonriendo y tomó la cuchara.

Desde que era pequeño, nadie se había preocupado por él, a nadie le importaba y de nadie dependía.

Pero la dulzura de esa chica le provocó un nudo en la garganta y una punzada en el pecho.

-Gracias...no tenías por qué hacer todo esto...- susurró tímidamente.

La chica sonrió tiernamente y ese gesto derritió el duro corazón del muchacho.

-Ya vuelvo- contestó saliendo del lugar.

A los pocos minutos regresó con una bolsa y una honda fuente con agua que colocó en el suelo.

Se sentó a su lado y luego de mojar un paño, lo colocó sobre la frente de él.

Sacó una tableta de pastillas y estiró su brazo.

-Toma una, verás que en un rato ya te sentirás mucho mejor-

El chico acató las órdenes sin protestar y con una suave sonrisa en su rostro.

Chen Lin al principio había ido sólo por ser buena compañera, es verdad que él le resultaba algo atractivo, pero nada más.

Sin embargo ahora, viendo que su siempre actitud distante se desvanecía y que poseía una hermosa, dulce y algo triste sonrisa, su corazón se aceleró.

Por un momento quedaron en silencio, lo que formó una incómoda atmósfera.

-Te traeré más sopa- dijo Rainie levantando la bandeja sin mirarlo.

Yoochun tomó la muñeca de la chica frenándola y observándola fijamente.

Ella lo miró sorprendida.

-No es necesario, ya he comido suficiente...gracias- respondió sin soltarla.

La joven tragó saliva y depositó la bandeja otra vez sobre la mesita para sentarse nuevamente a un lado de la cama. No sabía qué actitud tomar, se sentía sumamente perturbada.

Tomó el paño que aún estaba en la frente masculina y volvió a introducirlo en la vasija, lo mojó, lo retorció y lo posó sobre la parte superior de su rostro otra vez.

-Los colores han vuelto a tu cara, te dejaré descansar...-

-Quédate un rato más- le pidió con algo de súplica en su mirada mientras apoyaba su mano en la de Rainie.

La chica sólo sonrió y el joven comenzó a delinear cada centímetro de su rostro con la mirada, la observaba en detalle.

Desde que la conoció le gustó su alegre personalidad, su hermoso rostro tampoco le pasó desapercibido y su delicado cuerpo menos aún, pero ahora también estaba descubriendo lo dulce que podía ser y eso le provocaba querer tenerla con él, mejor dicho, sentía la necesidad de estar junto a ella.

-Perdón por todas las molestias- dijo él balbuceando.

-No es ninguna molestia, creo que ya te lo he dicho- respondió riendo nerviosamente aunque trataba de ocultarlo.

Micky se acercó de pronto y la abrazó fuertemente.

Chen Lin se quedó inmóvil extrañada por lo que ocurría.

-Disculpa...sé que no tiene lógica lo que estoy haciendo- murmuraba el chico sin soltarla -pero...lo necesito...-

Ella respondió el abrazo.

Por un par de minutos que parecieron interminables se quedaron así, sentados en la cama y sintiendo algo que nunca habían experimentado, un sentimiento de calidez que ninguno quería dejar ir.

El joven se separó sólo una ínfima distancia y la miró dulcemente.

Se sentía hipnotizado por esa chica a la que la luz le hacía brillar los ojos de una manera peculiar.

Colocó una de sus manos en la nuca femenina y se aproximó.

Posó sus labios en los de ella y ella se dejó llevar, hipnotizada por el momento...y por el chico.

Los ojos de ambos se cerraron y el tiempo pareció detenerse.

Fue un beso delicado como nunca antes había recibido, un beso lleno de dulzura, necesidad y lentitud.

SHADOWSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora