Capítulo 33

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....En la mansión de Dong Gun....

-¿Me extrañarás mientras estoy en Tokio?- preguntó pícaramente Hyo Joo después de rodear con sus brazos el masculino cuello del joven.

-Mmm...no lo sé ¿debería?- respondió Jiro mirándola con dulzura.

El chico la besó tierna y lentamente y ella le correspondió.

Al escuchar el suave chillido de la puerta se separaron.

-¿Tienes todo listo?- preguntó el hombre luego de ingresar a la oficina.

-Si tío, ya estoy saliendo para el aeropuerto- contestó la chica.

-Dos de nuestros hombres te acompañarán y te encontrarás con el resto allá- explicó el jefe.

-Ya lo sé, no es como si fuera la primera vez que realizo éste tipo de reuniones- respondió acercándose.

Le brindó un corto beso en la mejilla a Dong Gun y sonrió.

-Cuídate mucho y no hagas locuras, volveré la próxima semana- yendo a la salida exigió dulcemente Hyo Joo.

-Bien, nos veremos entonces- contestó el hombre amablemente.

-Iré a llevarla- dijo Jiro acompañando a la chica.

Su jefe asintió con la cabeza.

....Esa noche en un estacionamiento subterráneo alejado del centro de Seúl....

El director le había mentido a So Young diciéndole que se encontraría con un amigo y salió de la casa.

Sang Woo apagó el motor de su camioneta y respiró hondamente, el lugar estaba completamente vacío y muy mal iluminado.

Salió del vehículo y se apoyó en una columna que estaba a un lado.

De pronto escuchó un ruido continuo, al parecer un móvil estaba sonando.

Sacó su arma y con sumo cuidado fue buscando de dónde provenía, luego de hacer algunos metros, encontró sobre unos escalones un teléfono que levantó.

-¿Si?- dijo al contestar.

-Lleve este celular con usted y siga mis indicaciones, no se preocupe que no le ocurrirá nada y éste número no puede ser rastreado asique ahorre energías si pensaba hacerlo- explicó una voz grave del otro lado que era notoriamente distorsionada.

-Bien- sólo dijo el director caminando hacia su vehículo.

Comenzó a manejar siguiendo cada dato que le decía la transmisión hasta que llegó a una modesta y pequeña tienda de antigüedades.

-Dentro encontrará lo que necesita- dijo la extraña voz antes de terminar la comunicación.

Sang Woo se bajó y entró al lugar, miró a su alrededor y nada parecía fuera de lo normal.

-¿Puedo ayudarlo en algo?- le preguntó un anciano que salía de un cuarto posterior.

-En realidad no lo sé, me dijeron que aquí encontraría algo que es para mí- respondió el director.

El señor de avanzada edad limpió sus lentes y se los colocó, luego sacó una fotografía de un cajón que estaba detrás del mostrador y lo observó atentamente.

-Es usted- dijo el señor.

Comenzó a buscar en uno de los estantes que estaba completamente lleno de grandes libros.

-Aquí está- dijo limpiando la tapa de una obra de gran tamaño que tenía una especie de cerrojo -Dejaron esto hace algunas semanas y me pagaron muy bien con la condición de que se lo entregara únicamente al hombre de la fotografía- explicó antes de acercarse y dárselo.

-¿Me podría decir cuál era el nombre de esa persona que le pago?- indagó el director tomando el objeto en sus manos.

-No me dijo su nombre y yo no pregunté- contestó sonriendo.

-Al menos podría describirlo- pidió amablemente.

-Lo lamento señor pero eso también estaba incluido en el precio y aunque así no lo fuera, tampoco lo diría- respondió seriamente -ya he vivido mucho y sé cuando es mejor ser ignorante con respecto a algunas cosas, ahora si no le molesta retírese y no vuelva...no quiero tener ningún problema-

-Está bien, gracias- dijo Sang Woo inclinando un poco su cabeza.

El director sabía que era absolutamente inútil insistirle a ese tipo de personas por lo que decidió marcharse sin decir nada más.

Condujo un par de kilómetros y estacionó en un parque.

Tomó entre sus manos el libro y después de varios intentos, logró abrirlo.

Dentro había un sobre y en éste se encontraban fotografías e investigaciones que dejaron al hombre plenamente abrumado.

Datos que comprometían a personas muy influyentes en la política y militares de alto rango, informes de cuentas bancarias en el extranjero y varios papeles de similares cuestiones.

Pero lo que más le llamó la atención era un informe detallado del padre de Hye Sun y su compañero buscando a Octopus, lo que ellos habían descubierto y cómo habían muerto.

-¿Cómo es que alguien me daría tan valiosa información sin pedir nada a cambio?- se preguntó a sí mismo leyendo continuamente cada página.

La última hoja era al parecer, una carta impresa a máquina.

"Señor Kwon Sang Woo:

Sé que todo esto le servirá de mucho, espero que usted sea realmente cómo su fama dice, es decir, un hombre honesto que no se deja comprar por nadie.

Seguramente se estará preguntando quién soy o por qué lo ayudo, le diré que yo por largo tiempo he querido venganza y la he buscado de manera equivocada, de eso me doy cuenta ahora.

Sólo me queda darle todo lo que he obtenido no sólo de Dark, sino también de Octopus.

Si algún día nos encontramos cara a cara probablemente yo termine muerto o encarcelado por lo que lo único que me queda es esperar que ninguna de esas opciones me ocurra.

No se moleste en buscarme y dedíquese a hacer justicia.

No confíe en nadie.

Sinceramente espero no volver a tener contacto con usted.

Atte. Una especie de compañero..."

El director respiró hondamente sintiendo que su cuerpo estaba lleno de plomo.

-Finalmente todo terminará...-

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