10 Años Después...
¿Mi vida después de aquella noche?
Sí, por un tiempo me sentí mal por ese sentimiento que nació en mi. La culpa acrecentada por las palabras hirientes de Katia y el rechazo de Abigail. Pero con el pasar del tiempo solté esa vergüenza, por que claro, yo jamás hice algo malo, jamás me insinué con Don Armando, esa culpa que me hicieron sentir no era mía, no me la merecía. Mi sentimiento era solo eso, un amor imposible, secreto, sin esperanzas y sin futuro.
Viviendo en Estado Unidos enfoqué toda mi energía en cumplir mi sueño de convertirme en un gran médico, y lo logré. Me gradué con los mejores grados, y ejercí un par de años en un prestigiado hospital hasta que recibí esa llamada de papá. Una llamada que lo cambiaría todo.
"Es ahora o nunca, Samanta." Me dijo con su voz seria como siempre. "Si no para entregárselo todo a cualquier extraño."
Mi padre era un hombre de gran corazón y buenos sentimientos, solo que se le dificultaba demostrarlos, pero como su única hija yo lo entendía a la perfección y sabía lo orgulloso que estaba de mi y cuanto me amaba.
La hora de jubilarse había llegado, y en mi estaba la decisión si el consultorio seguía en la familia o se lo cedía a otro médico desconocido a nosotros.
Y por supuesto que yo lo quería tomar. Ese había sido mi sueño desde siempre. Seguirle los pasos al Dr. Madrigal y encargarme algún día de nuestro pequeño consultorio, el único en el pueblo, y yo tenía tantos planes para él..
Pero debo admitir que si tenía algo de nervios a regresar después de tantos años.
¿Se acordará de mi? ¿Le contaron sus hijas lo que descubrieron aquella noche?
Negué tratando de sacármelo de la mente, hace tanto tiempo que no pensaba en mi hombre perfecto. Pero seguía ahí en mi corazón, esa punzada, ese anhelo de volverlo a ver, su sonrisa, ese hoyuelo.. Respiré profundo, y contesté, dando la única respuesta válida, esa que sin imaginármelo me llevaba a la felicidad..
"Si papá, regreso a México y tomaré cargo de nuestro consultorio." Contesté al fin, y mi pulso se aceleró con esa decisión.
"No esperaba menos de ti, hija. Te espero en una semana, así los dos terminamos nuestros pendientes."
Colgué la llamada y empecé a empacar de inmediato, haciendo varias llamadas a la vez. La emoción me entró y quería tener todo listo lo más pronto posible.
Dias despues mi vuelo aterrizó en México y ahí estaban mis padres, mi madre me abrazó fuerte, diciendome cuanto me extrañaba, y mi papá sonriente, como nunca lo habia visto me cobijó también en uno de sus raros abrazos.
"Que bueno tenerte de vuelta aquí hija, no sabes lo felices que nos hace tenerte cercas de nuevo." Dijo mamá acariciando mi largo pelo.
"Y aquí están las llaves, es todo tuyo. Me lo cuidas, y ya sabes, cualquier cosa me puedes llamar. A la hora que sea." Alzó una ceja, su mano sobre las mías.
"Lo se papa, no te preocupes. Los quiero mucho, diviértanse, lo merecen."
Comimos juntos en el aeropuerto, mi madre contandome animada todos los planes que tenía para esas largas vacaciones que tenían planeadas, mi papá con una pequeña sonrisa, pero sabía lo feliz que estaba también.
Después de tantos años trabajando duro, ahora se irían por unos meses de viaje a europa. Por el momento me quedaré en su casa, pero desde ya empezaba mi búsqueda para un lugar solo mío, para no incomodarlos cuando regresen de su largo viaje.
Ellos abordaron su vuelo, y en esa camioneta antigua de papá regresé a mi lindo pueblo. No paraba de sonreír al entrar, nada había cambiado, pareciera que el tiempo se había detenido. Arboles de nuez por todos lados, varías panaderías artesanales, y la plaza central rodeada de esos pequeños restaurantes. Tan pintoresco, tan bello, como lo extrañé a este lugar que me vio crecer.
Fui directo al consultorio, y no tenía ni dos horas en las cuales estaba tomando inventario de los medicamentos, revisando fechas de caducidad, cuando llegó mi primera emergencia.
"Buenos dias señorita..." Dijo ese joven, doblando nervioso su sombrero en sus manos.. "¿no se encuentra el doc? Es algo urgente.."
"El Dr. Madrigal ya se jubiló.. pero yo soy doctora también, ahora estoy a cargo del consultorio.. ¿qué sucede? ¿En qué te puedo ayudar?"
"Es mi patrón... se cayó de un caballo pero no quiere venir al pueblo. Dijo que vaya el doctor a verlo o nada.."
"Tomo mi maleta y te acompaño, esperame tantito."
Tome la maleta con el kit de emergencias y en el camino le pedí más detalles de su patrón, de la caída, y cuando me dijo su nombre sentí mi corazón caer al suelo.
"¿Qué dijiste? Repítemelo por favor.."
"Don Armando, Don Armando Bustamante, así se llama mi patrón, y estamos a punto de llegar a la hacienda."
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𝓓𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼
RomanceBien dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado la vida vuelve a juntarlos de alguna manera. Y así fue mi caso. El hombre de mis sueños, el hombre perfecto, lo conocí cuando yo apenas tenía 17 años, y él ya era un hombre...