𝙲𝟸𝟹 𝙽𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝙼𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘

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No sabía que esperar la verdad.  Al llegar a la hacienda pensé que iríamos directo a la recámara de Armando para instalarme.. esa que compartió con su esposa toda una vida, y que se supone ahora sería la nuestra.. pero no. 

Lo miré cuestionante cuando la pasamos de largo y seguimos caminando hasta el final del pasillo.  Él solo sonrió y tomando mi mano abrió la puerta de la habitación de huéspedes, donde de jovencita me quedé algunas veces cuando visitaba a Abigail.

Al entrar las palabras me fallaron.. sus cosas estaban aquí, sus lentes sobre sus libros que le gustaba leer en la mesita al lado de la cama.  En la mesita de mi lado mis revistas de medicina, un tocador de maquillaje con las cremas que siempre uso.. y adornando las paredes algunas de las fotografías de paisajes que he tomado.  Mis cosas, sus cosas, nuestras personalidades reflejadas en cada rincón, todo nuestro, nuestro propio espacio.

"Mi amor.. ¿y esto?" Pregunté al fin volteando a verlo.

"Esta es nuestra habitación desde ahora.  Sam.. Tú perteneces aquí a mi lado..que no te quede la menor duda." Dijo tomándome de la cintura.

"Pero.. tu habitación, no te quisiera sacar de tu espacio, tus recuerdos.." Me mordí el labio con mis sentimientos en conflicto.

"Mis recuerdos de Rosario quedan aquí" puso su mano sobre su corazón "nunca la olvidaré, fue mi primer amor y la madre de mis hijas.. pero ahora nos toca a nosotros formar nuevos recuerdos.  Ahora es nuestro momento, mi niña, nuestro y de este pequeñito que viene en camino.  Eres mi presente y mi futuro.. Que dices, ¿te gusta la recámara? Abi me ayudó a decorarla." Me preguntó sonriendo.

"¡Me encanta mi amor!" Grité de la emoción.  Poniéndome de puntitas rodeé su cuello con mis brazos y llené su rostro de besos. 

Los dos nos reímos, llenos de felicidad por este nuevo comienzo, y después de unos besos más acomodamos por fin mis cosas, y hablamos un rato sobre que le diríamos a Katia y Abigail.. Nadie se enteraría aún de que esperábamos un hijo.. queríamos dar la noticia en otro momento, hacer algo especial, y ese momento sería pronto, ya tenía idea de cómo y cuándo hacerlo. 

Mi primer noche en la hacienda, en mi nuevo hogar... debo admitir que me llenaba de nervios todavía, más por la frialdad de Katia hacia mi durante la cena familiar.. no me dirigía la palabra ni la mirada, pero al menos no fue grosera conmigo.

De una cosa si me di cuenta de inmediato.. aún no le confesaba a Armando o Abigail que ella también estaba embarazada.  Con un par de meses más que yo su pancita ya se debería notar, pero ahora lucía blusas sueltas que ocultaban su estado.

"¡NO Katia!" Grité alarmada, sin pensar, cuando la loca esa casi le toma a una copa de vino.  Todos voltearon a verme, y Katia casi me mata con la mirada.

"¿No qué Sammy?" Preguntó Armando.

"Sí Samanta, ¿'no' qué?" Katia dijo entre dientes.

"Que no.. que no puedes tomar vino, te acabo de dar un analgésico para ese dolor de cabeza, ¿recuerdas? No puedes mezclarlo con alcohol." Dije pensando rápido.

"¿Te sientes mal hija? Es mejor que sigas las indicaciones de Sam.." Dijo Armando preocupado.

"Sí, me siento mal, ya hasta se me quitó el apetito. Me iré a descansar, ¿me acompañas Madrigal?"

"Sí.. claro, vamos."

"Las acompaño." Dijo Abigail levantándose de su asiento.

𝓓𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora