𝙲𝟸𝟻 𝙽𝚘 𝙼á𝚜 𝙿𝚎𝚕𝚎𝚊𝚜

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..Que yo soy otoño en tu vida
Y tu eres dulce primavera
No saben que guardo un verano
Que cuando te miro te quema..

Todos los invitados tenían su mirada sobre nosotros, pero yo solo tenía ojos para mi señor gruñón, se veía tan guapo y distinguido con ese traje que tenía puesto.. y ese brillo en su mirada, sus ojitos risueños y esa sonrisa cuando volteaba a verme.. aceleraba mi corazón.  Era mi hombre perfecto.

Al llegar al centro de la pista Armando rodeó mi cintura, pegándome más a él, y una canción se comenzó a escuchar.. una canción que me transportó 10 años atrás, a esa vez que Armando me llevó en su camioneta escuchando música romántica..

"No importa que a mi no me entiendan
Y que por lo bajo comenten
Que existe una gran diferencia
Que tengo 40 y tu 20

Que yo tengo muchas vivencias
Y tu tienes tanta inocencia
No saben que nuestro secreto
Es tu juventud y mi experiencia"

Armando cantaba suave a mi oído, moviéndonos al ritmo de la música, olvidando todo y todos a nuestro alrededor. Sentí un nudo en mi garganta, y un par de lagrimas llenas de sentimiento rodaron por mis mejillas. Armando me tomó suave del mentón mirándome a los ojos con tanto amor que suspiré.

"¿Desde entonces, mi niña loca?" Susurró limpiando mis lágrimas con su pulgar.

"Desde entonces, Don Armando.. desde entonces mi amor..."

Sus labios rozaron los míos suavemente, en un beso tan sublime que me robó el aliento, y al separarnos se arrodilló enfrente de mi, sacando un precioso anillo de su saco.

"Samanta.. cuando tú volviste trajiste contigo esa luz que tanto le hacía falta a mi vida.. eres mi alegría, mi felicidad, mi amor... la madre de mi hijo.., y me harías el hombre más feliz del universo si aceptas ser también mi compañera de vida, mi esposa.  ¿Qué dices? ¿Aceptas a este viejo gruñón que su sola misión es acerté feliz el resto de sus días?"

"Mi vida... claro que sí, ¡mil veces sí!" grité de la emoción, agachándome y llenando su rostro de besos, y después de una carcajada por mi arrebató, Armando aun arrodillado me abrazó fuerte, besando mi abdomen y susurrando algo que no pude descifrar.

Si los invitados aún no habían captado el mensaje en su propuesta de matrimonio.. ahora no les quedaba duda alguna, en nuestra boda habría un invitado especial.

Mi mamá escandalosa gritaba de la emoción abrazando a Armando y después a mi, mi papá serio pero sus ojos empañados de la emoción, me abrazó fuerte, y me dejó un beso en la frente.  No tuvo que decirme nada, lo entendía tanto, mi papito lindo.

"¡Mendiga Sammy! ¿Por que no me dijiste que estabas embarazada?" Preguntó Abigail entre risas después de abrazarme.

"Si verdad... dinos Samanta, ¿por qué guardabas secreto?" Preguntó indignada Katia alzando una ceja con sus brazos cruzados.

"No era secreto.. solo esperábamos el momento oportuno para anunciarlo.."

"¿Qué les parece? Tendrán un hermanito." Dijo Armando feliz abrazándome por la espalda, sus manos acariciando mi pancita.

"Que estamos felices por ustedes.. ¿verdad Katia?" Le pegó disimulada con el codo.

"Si, claro.. felicidades.  Con permiso." Contestó dando la vuelta y caminó hacia la casa. 

Armando suspiró, y gire en sus brazos acariciando su mejilla.

"Tranquilo mi vida.. ya sabes como es."

Armando sonrió melancólico, y después llegó nuevo ataque de felicitaciones de los demás invitados.  Unos amigos se lo llevaron a un lado platicando animadamente, mientras que a mi las esposas de ellos me inundaban con preguntas, que cuando sería la boda, cuánto tenía de embarazo, y demás.

"Uy, tú que si supiste como atraparlo." Sonrió maliciosa la descarada de Nora.

"¿Qué quieres decir con eso?" Pregunté

"Pues.." se burló "un hombre como Armando jamás se hubiera casado con una mujer como tú, joven sin chiste y sin mundo.. Pero que buena jugada la tuya, embarazada con su heredero, ¡Bravo¡" alzó su copa riéndose aún más y mi sangre hirvió.

Arrebaté la copa de su mano, y le lancé los contenidos en su rostro.

"¡Estúpida!" Gritó enfurecida.

"¡Estúpida tú! Que no puedes conseguir un hombre más que abriendo tus piernas.  Para tu información Armando me ama, y este bebé es fruto de nuestro amor.  Ándale, púdrete de la envidia, ¡y lárgate de aquí!"

Nora alzó la mano para darme una bofetada, pero se la detuve en el aire, soltándole yo una fuerte, su mejilla se enrojeció, y estaba a punto de irse sobre de mi cuando Armando llegó a mi lado, tomándome de la cintura me tuvo que cargar llevándome hacía la casa, si no si que me desgreñaba a la insolente esa.

"¡Ash! ¡Bájame Armando!" Patalee en vano, Armando me tenía bien sujetada.

"No hasta que te calmes, ¿qué carajos pasó? ¿Por qué el escándalo?"

"Ya ya, está bien." Respiré profundo y deje salir toda mi frustración.

Convencido, finalmente me bajó, y lo abracé fuertemente.  Empecé a sollozar, culpa de las hormonas, del comentario estúpido ese, de toda la emoción, no se.  Armando acariciaba mi largo pelo, mi espalda tratando de calmarme.  Estaba tan confundido como yo.

"¿No te estoy atrapando, cierto? Nuestro bebé.." susurré en un hilo, y finalmente comprendió a que se debía todo lo sucedido.

"Mi amor, mi niña hermosa.. yo te amo más que a mi vida, como amo a este bebé.  No me atrapas, me liberas, y me haces tan feliz.. no hagas caso a lo que diga la gente. ¿Ok?" Asentí con un puchero que lo hizo sonreír .. "Lo que importa es nuestro amor, y nuestra hermosa familia que está creciendo.  Te amo niña loca.  No más peleas por favor, cuida a nuestro potrillo."

"Lo prometo.  Te amo tanto, mi vida." Sonreí con mi rostro lleno de lágrimas, y nuestros labios se unieron nuevamente en un beso lleno de amor.

Regresamos a la fiesta y afortunadamente la tipa esa ya se había marchado.  No dejaría que nadie más empañara mi felicidad.. y si se atrevían, pues aquí está esta niña loca lista para defender lo que ama a bofetadas si es necesario.

𝓓𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora