¡Me mataba de amor!
¿Cómo llegué a pensar que Armando tomaría mal la noticia de mi embarazo? La felicidad no me cabía en el pecho, y él me dejaba claro que mi sentimiento era compartido. Mi gruñón no era tan gruñón después de todo, Armando estaba tan ilusionado que simplemente me derretía de ternura.
De regreso en mi casa esa mañananos encontrábamos los dos acostados en la cama, y él no dejaba de acariciar y besar mi vientre, susurrando tan bajito que no lograba descifrar lo que decía.
"¿Qué tanto le dices?" Sonreí corriendo mis dedos por su pelo.
"Ah, eso es un secreto entre mi potrillo y yo." Guiñó travieso.
"¿Tan seguro estás de que será un niño? ¿Qué tal si es una princesa?" Alcé una ceja.
"Será niño, ya veras. De eso no tengo duda alguna." Subió hacia mi con esa sonrisa en su rostro que yo tanto amaba, la que hacía su hoyuelo aparecer, acelerando mi corazón. Me besó tan tierno por largos y maravillosos minutos que al separarnos suspiré enamorada.
Armando me miro tan serio frunciendo su ceño con su mano aún sobre mi vientre y me imaginé lo que saldría de su boca.
"Vente conmigo a la hacienda.."
"Armando.." Me senté a la orilla de cama y él se sentó a mi lado tomándome suave del mentón para sostener mi mirada. "No se.. siento que aún no es mi lugar.. y Katia.."
"De Katia no te preocupes.. se que tiene carácter difícil pero en el fondo es buena persona. Tarde o temprano tendrá que aceptar que tú y yo estamos juntos. Samanta, eres la futura madre de mi hijo.. la mujer de mi vida y dueña de mi corazón. Nuestro lugar es juntos.." Cerró sus ojos suspirando y me abrazó fuerte contra su pecho. "Te amo tanto niña loca.. no concibo mi vida sin ti. Cásate conmigo.."
"Don Armando.. ¿me está proponiendo matrimonio?" sonreí mirándolo a sus ojos empañados de sentimiento, creo que mis hormonas lo estaban afectando también.
¡Lloroncito lindo! Me podía tanto.
"Sam.." Armando sonrió pero esa sonrisa pronto desapareció cuando escuchamos ruidos provenir de la sala.
Los dos volteamos hacia la puerta pero no tuvimos tiempo de reaccionar, por ella entraron mi más ni menos que mis padres, de regreso de sus vacaciones en Europa.
"¡Sorpresa!" Gritaron ambos, pero la sorpresa fue de ellos al ver que no me encontraba sola.
Mi papá achicó los ojos enfocándose en Armando, y mi mamá se cubrió la boca en shock mirando de él a mi. Armando... mi señor gruñón se puso tan pálido y juro que el alma escapó de su cuerpo.
"Tomás.. Rosa.. no es.. digo si es.. pero podemos explicar.. lo que pasa es que.." Las palabras coherentes no le salían a Armando de los nervios, y como la niña loca que me dice que soy me comencé a reír a carcajadas que hasta lágrimas se me escaparon, todos mirándome ahora a mi. Mi papá negó soltando un respiro resignado y mi mamá tratando de contener la risa, era igual que yo.
"Tú y yo afuera, Armando... Y usted señorita," me miró fijamente y mi risa desapareció, "ya hablaremos."
A mi mente vinieron todas esas veces cuando de jovencita me regañaba por traviesa y agradecí infinitamente al universo que Armando y yo nos encontrábamos decentes esta mañana.
Armando me miró por unos segundos con ojos grandes y le susurré rápido al oído que calma y no le dijera nada aún de mi estado. Salió con papá al jardín y mi mamá se sentó a mi lado abrazándome.
"¿Otra vez con un amigo de papá? Ay Samantita, que voy a hacer contigo." Suspiró y yo la abracé fuerte, ¡cuánto la había necesitado!
"¡Mamá! Los extrañé tanto.."
"Y nosotros a ti mijita, pero a ver, cuéntame que está pasando."
"Lo amo mamá.. amo a Armando como nunca he amado a nadie." Sentí un nudo en la garganta y lagrimas amenazaban nuevamente con aparecer.. pero no, no iba a llorar, necesitaba mantenerme fuerte.. no verme como la niña consentida de siempre. Era una mujer echa y derecha, que pronto sería madre también.. ¿y quizá esposa del hombre de mi vida? Mi corazón se aceleraba al solo pensarlo.
Le conté todo, bueno casi todo, a mamá mientras juntas preparábamos algo de comer. Esa plática entre papá y mi señor gruñón se estaba tardando y yo me empezaba a preocupar, pero por fin regresaron, y esa preocupación fue innecesaria.
Los dos entraron hablando animadamente, y al mirarme el rostro de Armando se iluminó, papá y mamá lo miraban atentamente. Él caminó hacia mi tomando mis manos, y las llevo a sus labios dejándome un suave beso en el dorso. Mi piel se erizo, y me perdí en su mirada, hasta que la leve tos de mamá me regresó a la realidad.
"Eso es suficiente para mi.." dijo papá y su voz se quebró un poco. "El amor entre ustedes es innegable.. solo promete una cosa Armando.. cuida a mi niña, es mi mundo entero.."
"El mío también.. la cuidaré con mi propia vida."
"¡Ay ya! Párenle los dos que me harán llorar." Solté en una risa nerviosa, pero muriéndome de amor.
Los cuatro comimos juntos mientras mamá nos contaba sobre todos los lugares que visitaron y papá no dejaba de observarme frunciendo el ceño, pareciera que leía lo que pasaba por mi mente. Él era uno de los mejores doctores de la región.. ¿sería posible que sospechara de mi estado?
Al no haber encontrado una casa o departamento para mi en todo este tiempo.. y sí, debo confesar que también no hice el mayor esfuerzo en buscar.. terminé aceptando la propuesta de irme a la hacienda con Armando. Mis papás trataron de convencerme de quedarme, que no era necesario irme, pero.. yo también ya no podía estar apartada de mi hombre, de pasar una noche más sin estar a su lado.
Empaqué una pequeña maleta por el momento, nos despedimos de papá y mamá, y nos fuimos directo a mi nuevo hogar. Y las sorpresas de este día aún no terminaban, en la Hacienda Bustamante me esperaba unas cuantas más.
ESTÁS LEYENDO
𝓓𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼
Любовные романыBien dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado la vida vuelve a juntarlos de alguna manera. Y así fue mi caso. El hombre de mis sueños, el hombre perfecto, lo conocí cuando yo apenas tenía 17 años, y él ya era un hombre...
