Mi corazón latía a mil por hora, y Abigail lloraba desconsolada sin entender que era lo que sucedía con su hermana. José se encontraba asustado y temblando sin parar, pero manteniendo la calma siguió mis indicaciones a la perfección llevando cuidadosamente a Katia al cuarto de revisión.
"¿Qué fue lo que pasó José?" Pregunté revisándola.
"Es tan terca con una mula.. le advertí que no montara ese caballo, que todavía no lo amansábamos, pero no, la señorita hace siempre lo que se le da la gana, y mire ahora.." dijo desesperado corriendo su mano por su pelo dejándolo de puntas.
"Eso lo se más que nadie, créeme.. sal y espera afuera con Abi, ¿si? Yo me encargo de Katia."
Con la ayuda de mi enfermero logramos controlar el sangrado, y afortunadamente el corazoncito de la bebé aún latía.. sí, era una pequeñita de cinco meses de gestación que se aferraba a la vida, pero ambas corrían demasiado peligro y mi pequeño consultorio aún no tenía los recursos necesarios para este tipo de emergencia.
Unas llamadas al hospital de la ciudad para que estuvieran listos a nuestra llegada, y después de asegurarme que Katia estaba lo suficientemente estable para el viaje nos arrancamos a la Ciudad de México, con José siguiendo en su camioneta.
"Dime que estará bien Sammy... dime que mi hermana estará bien.." suplicaba Abigail en la ambulancia sosteniendo la mano de Katia quien seguía inconsciente.
"Lo estará... de eso me encargo yo. Ella y la bebé.." suspiré, el tiempo para secretos se había terminado.
"¿Bebé?.. ¿Katia está embarazada?.. pero.." me miró acusante "¿eso era lo que se traían ustedes dos? ¿Lo que no me querían contar? ¡Como pudieron ocultar semejante noticia Sammy!"
"Calma Abi.. no era mi lugar contarlo, eso le correspondía a Katia.."
"¿Y papá? No está enterado tampoco supongo.."
"No.. pero quiera Katia o no ya es hora que se entere también, las circunstancias cambiaron."
Saqué mi celular y le marqué Armando. No le conté todo, solo que nos alcanzara en el hospital en México, que algo pasaba con Katia. El resto del camino fue en silencio, yo revisando que Katia siguiera estable, y Abigail digiriendo la noticia, molesta conmigo por guardar el secreto, y me imaginaba que la reacción de mi marido sería peor..
Tan solo llegamos al hospital y el personal médico ya estaban listos para nosotras. Todo pasó tan rápido, pero a la misma vez sentía que los minutos eran eternos, si es posible eso.
Pasaron a Katia con una ginecóloga especialista en embarazos de alto riesgo, y después de exámenes y estudios supimos que era lo que pasaba. Me encontraba con ella en su habitación tiempo después cuando por fin despertó.
"Mi bebé.. Sam.. mi bebé.." agitada posó sus manos sobre su vientre, tratando de sentarse y puse mis manos suaves en sus hombros deteniéndola.
"Tranquila.. la bebé está bien." Sonreí.
"Es niña.." dijo maravillada.. hasta este momento no había querido saber el sexo de la bebé. "¿Segura que está bien? Sam, soy una idiota, subiéndome a ese caballo.. pero cuando me prohiben algo..."
"Lo se, más con más ganas lo haces, tan atrabancada.. Si está bien, pero en ti cabe que así permanezca. Katia, tuviste un desprendimiento placenta.. tendrás que mantener reposo absoluto lo que resta de tu embarazo o correrás peligro de perder a esta criatura." Puse mi mano sobre las suyas cubriendo su vientre y comenzó a llorar, la abracé y se aferró a mi llorando.
"Trate de ignorarlo Sammy..." sollozó "pretender que no estaba sucediendo, que no era verdad.. pero perderla, eso no, eso no. La quiero Sammy, la amo a mi pequeña, me volvería loca si la pierdo."
"Eso no va suceder Katia.." acaricié su pelo mirándola a los ojos, sin darme cuenta que alguien más nos observaba. "Como te dije desde el principio, no estas sola, y yo me aseguraré que tengas los mejores cuidados, que tu bebecita nazca sana y a su tiempo, como debe ser."
"¿Estás embarazada Katia?" Esa voz desde la puerta me hizo brincar. Armando había entrado a la habitación sin darnos cuenta. "¿Y tú lo sabías Samanta?" Se acercó lentamente y la expresión en su rostro me estremeció, era una mezcla entre dolor, decepción, enojo..
"Papá.." susurró Katia.
"Amor.. lo que pasa es que—"
"Tú y yo hablaremos después, ahora déjame solo con mi hija." Respondió Armando sin siquiera mirarme a los ojos.. con ese tono duro que no había escuchado desde hace tiempo.. el señor gruñón aparecía nuevamente.
Se que estaba molesto, furioso conmigo por no contarle, y solo esperaba que lograra entender mis razones, que no era mi lugar decírselo si no el de Katia.
Los dejé solos y salí a la sala de espera donde se encontraban Abigail y José. Minutos después salió, y con furia en su mirada camino directo hacia su trabajador.. ya sabía quien era el papá. Dejando a todos en shock le soltó un puñetazo a José, dejándolo tirado en el piso.
"¿Así me pagas toda la confianza que tuve en ti José? ¿Embarazas a mi hija? ¡Explícamelo animal! ¿Como te atreves?"
"¿Embarazada..?" Dijo desorientado, me miró a mi y asentí.. pobre, no sabía tampoco nada. "No.. no lo sabía, lo juro. Pero yo la amo.. amo a su hija."
"¿No sabías?" Se rio sin una pizca de humor.. mirando de uno a otro. "¿Cuantos secretos más? ¿Ahora con que me van a salir? ¡Dios mío!"
Y justo en ese momento que llega quien menos esperábamos..
"Amor.. recibí tu mensaje, ¿como está Katia?" La pareja de Abigail caminó hacia ella abrazándola, sin darse cuenta de nadie más, de lo que sucedía a su alrededor.
Armando miró a su otra hija anonadado.. me miró a mi, y solo cubrí mi boca con mi mano sin saber como reaccionar.. todo era demasiado para mi pobre marido.. y llevando su mano a su pecho, con una expresión de dolor en su rostro, ya no pudo más con tantas sorpresas y mi corazón cayó nuevamente al suelo al verlo desvanecer.
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𝓓𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼
RomanceBien dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado la vida vuelve a juntarlos de alguna manera. Y así fue mi caso. El hombre de mis sueños, el hombre perfecto, lo conocí cuando yo apenas tenía 17 años, y él ya era un hombre...