Capitulo 12

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Jennie estaba en la playa rodeada de palmeras, sentía la brisa fría de la noche y su mirada hacia al mar bajo el claro de luna. Completamente descalza, sus pies se hundían en la arena y meditaba las palabras de Jisoo.

Por unos minutos se debatió internamente siendo amiga y enemiga de si misma, creándose un caos interno. A estas alturas era consciente que estaba enamorada de Lisa.

Quería sentirse como el agua libre, serena, que se mueve en cualquier espacio donde sea que se encuentre. Por más agitado y bravío que sean las olas, al final la marea baja y vuelve a su estado natural, y eso era lo que quería Jennie en su vida y en su corazón.

Unos pequeños toques en su hombro la sacaron de sus pensamientos, trayéndola a la realidad, y vaya realidad, porque no esperaba ver a su ex allí.

—¿Nos tomamos algo?

—No, gracias —espetó de forma amarga.

—Jennie, por favor, tratemos de llevar la fiesta en paz, ¿sí? —dijo Yi-hyun sosteniendo dos vasos de whisky.

—Ah, y justamente lo dice la mujer que fue mi novia durante muchos años y que me engaño con otra —ironizó.

Flasback

En esos años de cuando eran adolescentes, estando en la secundaria, se habían conocido. Yi-hyun captó sin pretenderlo la atención de Jennie justo cuando se subió al podium para advertir a todas las niñas del acosador del profesor de química. Desde ese momento, Jennie pasaba las noches cerca de su casa esperando ver por la ventana la luz de su cuarto encendida, y si esto sucedía era una maravilla.

Su dicha fue completa cuando Yi-hyun salió del closet. Varios, inclusive ella, habían sacado la llave, pero no se atrevían por temor a la reacción de sus padres.

Fueron innumerables veces las que se encerraban en un cubículo en el baño de niñas para darse besos, muchos besos. La intensidad fue aumentando cuando a la edad de quince años, en la intimidad de su habitación, hicieron el amor por primera vez explorando lo que jamás había sentido perdiéndose en un laberinto de pasión.

Fin de flasback

—Jennie, yo–yo realmente lo siento, jamás quise lastimarte, no sé qué sucedió conmigo, de verdad. Fallé de la peor manera y te pido perdón por eso.

Yi-hyun, quien había colocado los vasos en la arena, se incorporó tomando las manos de Jennie para llevarla a la altura de su corazón, el cual latía frenéticamente. Tenía una mirada triste y melancólica, pero su expresión cambió cuando Jennie quitó las manos de forma violenta, como si su tacto le quemara.

—¿Sabes? Cuando una ola se devuelve, arrastra arena hacia el fondo del océano —dijo Jennie con la vista hacia el mar—. Así me arrastraste, pero al fondo de la depresión y la ansiedad de la cual fui prisionera. Yo lo quería todo contigo, mi amor por ti era real y verdadero, y tú ¿me amabas?

—Lo hago, Jennie, aún lo hago —dijo Yi-hyun con voz queda.

—No es necesario que me mientas, no lo hagas, por favor —dijo negando con la cabeza—. Me engañaste por un capricho, es cierto, como también lo es que alguna vez fuiste dueña de mi alma. Tuve que ser fuerte y dejar ir todo lo que sentí por ti, estaba rota, desgarrada y yo misma me reconstruí. ¡Gracias por tanto y todo! Fuiste lo mejor en mi vida y de eso no me arrepiento. Tal vez  no era nuestro lugar ni nuestro destino, me despido, Yi-hyun, por tu bien y el mío. Deseo que te vaya bien, que seas feliz y encuentres eso que tanto buscas. En algún momento íbamos a encontrarnos y hablar, solo que no me esperé que fuese así y aquí —dijo Jennie tranquila y serena.

Yi-hyun estaba indefensa, derrotada, en sus mejillas resbalaban las lágrimas, lloraba por ser una idiota que no supo valorar lo maravilloso que la vida le había brindado, que era Jennie. Sus esperanzas de tenerla de vuelta en su vida estaban más que nulas. Por impulso se abalanzó sobre Jennie abrazándola tan fuerte como si su vida dependiera de ello. Esto tomó de sorpresa a la coreana que sin titubear correspondió al abrazo, ese gesto de ella demostró que no había rencor ni odio. Se quedaron así hasta que el llanto de Yi-hyun cesó.

—¿Te sientes mejor? —preguntó Jennie acunando el rostro de Yi-hyun, quien la miró con sus ojos rojos e hinchados, y en respuesta a la pregunta solo asintió.

—Bueno, ya todo esta dicho de mi parte, solo me queda decir ¡Adiós! Y no lo hago porque quiera, tienes derecho a ser feliz. Qué afortunada será la chica que logre enamorarte y cuidarte. Eres una grandiosa mujer, me lo has demostrado esta noche —dijo Yi-hyun recompuesta.

Lo que Jennie jamás esperó fue que Yi-hyun la tomara por el cuello y la besara de forma repentina, quedando estupefacta y sin tiempo de reaccionar, porque Lisa empujó con fuerza a Yi-hyun, quien de inmediato devuelve el ataque con el puño impactando en la boca de Lisa. El grito ensordecedor de Jennie alerta a la tailandesa, llevándose la mano a su boca.

—¡No vuelvas a tocarla en tu vida, pedazo de porquería —escupió Lisa.

Jennie, al ver las intenciones de la tailandesa, la tomó de la mano dándole un suave apretón. Cuando sus miradas conectaron vio odio, ira, celos por lo sucedido.

—Lili, cariño, por favor, déjalo así, no vale la pena —pasando el dorso de su mano en la mejilla derecha de Lisa —. Ven, anda, debemos curarte esa herida —dijo Jennie con ojos suplicante, desarmando por completo a Lisa, que sin protestas accedió a la petición, no sin antes darle una mirada de muerte a Yi-hyun, que observaba la escena tomando el último trago de whisky y riendo de forma ladina.

—Eres una completa hipócrita, realmente me das pena ajena con lo que acabas de hacer —dijo Jennie de forma decepcionante al girarse hacia Yi-hyun.

Lisa tomó la mano de Jennie, entrelazándolas, con dirección a la fiesta. La primera en aparecer fue Jisoo detrás su novia rosé.

—Pero, ¿qué te pasó? En dónde fue la pelea que no me llamaron — dijo analizando el labio roto de Lisa.

—Fue Yi-hyun —terminó por decir Jennie

—Ah, ¿sí? ¿Y dónde está esa perra? Porque quiero cobrarme las que me debe. Habla, Jendukie —preguntó Jisoo.

—Amor, cálmate, déjalo así, no te amargues esta noche.  Mira a tu alrededor, todo esto es por ustedes —dijo Rosé haciendo referencia al lugar, dándole un suave beso en la mejilla a su novia, quien puso cara de tonta.

—¡Está bien, me calmo!

—Eres una GOBERNADA —replicó Lisa, a lo que Rosé y Jennie rieron,  a excepción de la tailandesa que solo hizo una mueca de dolor.

—Cállate, Manobal —amenazó Jisoo con semblante serio.

Ready For Love (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora