Capítulo 19

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—Al fin hemos llegado. ¡Estoy tan feliz! —gritó Jennie de emoción dentro de la pequeña cabaña en la isla Phi Phi en Tailandia.

Lisa la abrazó por la cintura, elevándola en el aire y dando vueltas con ella. Jennie, mientras tanto, mantenía los ojos cerrados y una amplia sonrisa dibujada en su rostro.

—Amor, no sabía que tenías tanta fuerza ¡wow! —dijo en tono divertido cuando los pies volvieron a tocar el suelo.

—Creo que hacer ejercicios dio resultado —respondió Lisa mostrando sus perfectos bíceps y tríceps.

Ambas soltaron una risita y se miraron a los ojos por unos segundos, admirándose mutuamente.

—Bueno, señora de Manobal, ¿qué es lo primero que deseas hacer? —preguntó Lisa.

—Hmmmm... Muchas cosas, en realidad. Justo ahora quiero hacer el amor con mi esposa —dijo rodeando el cuello de Lisa con sus brazos, acortando distancias con su ahora esposa.

—Ah, ¿sí? —preguntó Lisa de forma divertida, sujetando con firmeza su cintura.

—Sí, con mi esposa, la señora de Kim —contestó Jennie iniciando un suave beso que pronto Lisa convirtió en uno más pasional tomando el control.

Sus lenguas no tardaron en enredarse, ambas se deseaban tanto que sus besos tendían a volverse fogosos en poco tiempo. Lisa la fue guiando hasta la cama sin separarse un momento de ella, y la sentó en el borde recibiendo una lujuriosa mirada de Jennie. A continuación, la tailandesa comenzó a tararear una canción a la vez que bailaba de manera muy sexy, provocando en Jennie que sus ojos se perdieran en el maravilloso cuerpo de su mujer. Lisa sabía bailar muy bien, y eso a Jennie la volvía loca.

Lisa se sacó la blusa y la lanzó a cualquier lado. Jennie se mordía el labio ansiosa por lanzarse sobre ella y besar todo su pecho, pero se mantuvo sentada, agarrada con fuerza a las sábanas para controlar sus impulsos. La tailandesa continuó quitándose sus tacones y desabrochando su pantalón sin ninguna prisa, cosa que desesperaba a Jennie.

—Si sigues tardando tanto en desnudarte, voy a tener que hacerlo yo —reclamó Jennie impaciente.

Lisa soltó una risita medio malvada para luego sentarse sobre su mujer dándole la espalda. Continuó con aquel sensual baile sobre ella y Jennie no perdió la oportunidad de sostener las caderas de Lisa y tirar de ella con un poco de fuerza, haciendo chocar su trasero en su entrepierna. Ambas rieron cómplices y la mayor comenzó a dejar besos por toda la espalda de la tailandesa, que no paró de bailar, rozando descaradamente la entrepierna de Jennie.

Lisa se levantó entonces para volver a sentarse sobre ella, pero esta vez viéndose las caras. Volvieron a fundirse en un profundo beso que las hizo gemir, mientras que las manos de Jennie acariciaban los muslos de la menor, los apretaba y los arañaba sin hacerle mucho daño. Esas intensas caricias encendió a Lisa, que atrapó el labio inferior de su mujer y tiró un poco de él para luego dejarle un suave beso. A continuación, fue desabotonando aquella camisa negra que tan bien le quedaba a la castaña, para luego deslizarla bajo los hombros de Jennie con pausa, rozando con la yema de sus dedos su tersa piel.

La camisa fue a parar al suelo y Lisa no tardó en atacar el cuello de Jennie, mordiéndolo y lamiéndolo, dejando alguna pequeña marca. Jennie subió sus manos hasta la espalda de la menor y la estrechó para abrazarla, escondió la cara en su pecho y comenzó a besarlo con una pasión desmedida. Sentía su piel tan sensible que cualquier mínimo roce de su mayor en ella la hacía derretirse.

Sin poder esperarlo un segundo más, se deshizo del sujetador de Lisa y atrapó sus pechos con ambas manos, haciendo que Lisa  soltara un jadeo y echara atrás la cabeza, acción que aprovechó la mayor para besar su largo cuello, sobre todo ese lunar tan especial de su esposa. Mientras tanto, las manos de Jennie trabajaban sobre los  pechos de Lisa, masajeándolos con ternura primero y con fuerza después.

Ready For Love (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora