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Tres meses pasaron casi volando, Yoongi y Jimin llevaron a cabo una pequeña ceremonia entrelazando sus vidas para siempre.

La pequeña aldea fue testigo de la union de su matrimonio, Jungkook junto a Taehyung fueron sus padrinos, fue a causa de una tradición que tenían en el lugar, que un buen matrimonio te diera su bendición para prosperar en la adversidad; los eligieron a ellos porque para Yoongi y Jimin, no había lazo más fuerte que el de aquellos dos lobos.

De igual manera a causa de las raíces de Jimin buscaron tener la bendición de los dioses, los cuatro estaban preocupados y nerviosos cuando Chan hizo el llamado; sin mencionar que era la primera que ella lo hacía, Jimin o Yoongi no sabían si los aceptarían, pero cuando el tambor de Nebiul retumbó en todo el lugar, el corazón de ambos no pudo estar más que feliz.

Vestían de púrpura, un lila que resaltaba la piel blanca de ambos, una pequeña corona de flores para cada uno y Yoongi estaba encantado con lo hermoso que lucia Jimin; su ahora esposo.

La gente danzaba alrededor celebrando; comían, bebían, festejaban por la nueva unión.

- ¿Tan rápido te cansaste? -se sienta a su lado-

Taehyung no hace más que asentir, mientras intenta recuperar la respiración.

- Jungkook -jadea- tenemos bailando horas, ya... Ya no puedo -rien a carcajadas- es agotador

Jungkook se mantuvo a su lado, mira do alrededor, observando como la gente en su aldea era feliz con una ceremonia llena de amor.

- ¿Te traigo carne? -sus tripas rugieron pero el Omega nego- no haz comido Taehyung -regaña-

- No tengo hambre -resta importancia- amanecí con náuseas y siento que si como algo lo voy a vomitar

Jungkook río ante la mueca de disgusto de su Omega; siempre tan expresivo, sin embargo en su pecho algo brinco cuando dijo "náuseas", no quería ilusionarse, no aún.

Taehyung hace unos días había cambiado de aroma, se había vuelto más fuerte, dulce y embriagante, un olor que le causaba querer estar encima de él y no solo en el sentido sexual; quería proteger lo aún más, aquello lo había hecho ser territorial y a pesar de amar el aroma de su Omega, lo quería cubrir con el suyo de manera egoísta, para que nadie más fuese capaz de inhalar tan delicioso olor.

- Tienes que de deja de hacer eso -lo empuja levemente-

- ¿Hacer que? -frunce el ceño-

- De marcarme -alza las cejas col obviedad-

Taehyung suelta una carcajada ante la mirada de confusión de su Alfa.

- No soy tonto Jungkook -entrelaza sus manos- me marcas con tu aroma y me gusta... solo que a veces siento que huelo más a ti que a mi mismo

- ¿Ya no quieres que lo haga?

Lo dijo en un tono de voz tan bajito que parecía que lo decía con tristeza, como un cachorro regañado. Taehyung acunó su rostro, sus ojitos brillaban justo como la primera vez que lo conoció, su corazón latino más fuerte ante el recuerdo.

- Solo controlate -acaricia su mejilla- no seas tan obvio

Jungkook prácticamente estaba sobre el pequeño cuerpo de Taehyung.

- Es mi lobo -se apresura- desde que apareció, no me deja tomar el control solo quiero estar contigo

Y su justificación era tan inocente, porque Jungkook apenas conocía a su propio Alfa, sus instintos se desarrollaban como si fuera un niño, lo entendía a la perfección, por eso siempre dejaba que hiciera lo que quisiera.

IMPERIO ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora