Theo no es un chico asocial, tampoco se considera a sí mismo alguien tímido. La mayoría podía creer que era introvertido y amargado, pero el mismo podía catalogarse como alguien reservado a comparación de sus amigos o algunos conocidos, y sobre todo eso alguien que disfrutaba de su tiempo a solas.
Por la mañana desayuna con sus amigos, para las 10 acompaña a los chicos a su entrenamiento, luego del almuerzo se dedican a conversar mientras juegan algunos juegos. Cuando llegan las 4 Theo seriamente cree que necesita alejarse por un rato y recargar su batería social.
Así que a las 5 se encuentra en la biblioteca luego de haberse excusado de sus amigos. Un libro en su mano y su mesa lo más alejada posible para poder evitar distracciones o contratiempos.
Sonríe para sí mismo cuando sus hombros se destensan y siente que por fin puede respirar con tranquilidad.
Y al respirar lo siente como una brisa ligera contra su nariz.
El olor dulzón impregna sus sentidos, motivo por el cual siente su presencia incluso antes de que llegue o esté demasiado cerca.
¿Le sorprende? No realmente. Theo tenía un buen olfato, sin contar que siempre había sido capaz de reconocer su presencia, por su olor, voz, o incluso el sonido que hacen sus pies al caminar. En cualquier lugar, cualquier momento. Era fácil, conocía al chico desde años atrás y convivían de vez en cuando, se dice a sí mismo que sería extraño si no pudiera reconocerle.
—Potter —saluda cuando le tiene en frente, intentando descifrar que hacia allí con exactitud. El asunto no era con el, era fácil de deducir tomando en cuenta cómo mirada hacia los lados, buscando algo.
O alguien.
—Hola Nott, ¿cómo estás? —pregunta con una pequeña sonrisa momentánea. Sus ojos yendo de lado a lado y su cuerpo girando intentando ver por sobre los estantes.
Theo no está seguro de porque no va directo al punto, pero no se queja y responde.
—Bien —para él es respuesta suficiente a una pregunta por cortesía, por lo que no se molesta en añadir nada más—. ¿Qué hay de ti? —devuelve, notando como los ojos del ojiverde finalmente paraban en el de nuevo.
Y ahí estaba aquella pequeña sonrisa.
A Theo le gustaba cuando el chico sonreía. Harry era alguien muy expresivo, por lo que era fácil conocer sus emociones a través de su rostro una vez lo conoces lo suficiente. Cuando sonreía de aquella manera era porque se sentía cómodo, el Slytherin apreciaba aquello.
—Que bueno, yo igual estoy bien —hace una pequeña pausa, mirando sus manos con atención—. ¿Has visto a Daphne? —y ahí estaba la pregunta esperada—. La he estado buscando durante una hora, creo que Ginny la necesita, no estoy seguro, me dejo una nota un tanto extraña y ahora debo buscarla por todo este lugar —explica mientras parpadea de forma cansada en su dirección, balanceándose sobre sus talones en la espera de una respuesta.
—Uhm —duda, intentando hacer memoria para ayudar al joven—. Creo que podrías encontrarla cerca del lago negro —indica, no muy seguro de sus propias palabras, pero era el lugar más probable, al menos desde su punto de vista.
Para el chico parece ser suficiente, así que sonriendo nuevamente asiente.
—Gracias, acabas de ahorrarme mucho tiempo si está allí —parece meditar algo de forma momentánea, pero solo termina negando con levedad—. Nos vemos, que tengas linda tarde —y entonces se aleja, tal como volvió, de forma rápida.
El olor dulzón que solo podía reconocerlo como su olor personal desapareció con los minutos.
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A Little Blood.
أدب الهواةTheo es un vampiro que se niega a beber sangre humana, o lo hacía hasta que cierto chico le convence para ser su alimento personal. Algún día aquel león le terminaría matando, porque el sin duda no lo haría.