05.

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Theo puede contar con los dedos de su mano cuantas veces ha hablado con Harry estando solo ellos dos. Sin amigos ni familia de por medio.
No es que el chico le caiga mal o algo por el estilo, sin embargo son tan diferentes que es extraño relacionarse con él la mayor parte del tiempo.

Puede culparse a sí mismo por ser una persona que carece de paciencia, o al contrario por ser alguien que sabe presionar todos sus botones para hacerle explotar.

Por otro lado puede recordar a la perfección cuántas veces a buscado al ojiverde para hablar con él. Y lo puede recordar porque nunca ha sucedido. Nunca se ha acercado por su cuenta por ningún motivo.

Y estarse acercando ahora, con el único propósito de disculparse es extraño y le provoca incomodidad.

—Hey —saluda, sin saber muy bien cómo comenzar una plática con él.

Relacionarse con Harry es fácil, pero no para el.

—Hey —el más bajo devuelve sin moverse de su sitio. Sentado sobre un árbol en un área solitaria.

Mientras piensa en que decir se debate mentalmente que tan necesario era disculparse con el.

—El otro día —aplana los labios. Era difícil—. Cuando Daphne y yo estábamos hablando y tú...

—Déjalo estar —el ojiverde le interrumpe con un pequeño suspiro, no bruscamente sin embargo—. Hablan de mi familia y lo que hago o no hago todo el tiempo. Estoy acostumbrado.

Theo se siente incluso peor luego de sus palabras.

—No deberías estarlo —murmura, no muy seguro de si el contrario es capaz de oírlo hasta que responde.

—Pero lo estoy —sigue sin mirarle, aún en la misma posición.

—No queríamos sonar tan entrometidos —es difícil disculparse con él. Tal vez debió haberle hecho a Daphne y no decir nada—. No tenemos derecho de opinar acerca de algo que no sabemos.

El ojiverde le lanza una mirada de reojo que dura apenas un segundo sobre él.

—Entonces no lo hagan —suena a que se esta conteniendo.

—Lo siento, estoy disculpándome y- ¿puedes al menos mirarme cuando te hablo? —no le gusta la sensación de estar siendo ignorado, por Harry, de todas las personas.

Pasan una buena cantidad de segundos antes de que responda.

—¿Por qué estás tan molesto? —pregunta, finalmente cruzando miradas con él.

—No estoy molesto.

—Estas gritándome solo porque no te mire más de cinco segundos.

Bueno. Tiene un punto. Ni siquiera el mismo sabe porque le está dando tanta importancia.

Su boca se mueve sin que le dé permiso de hacerlo.

—¿Por que dijiste lo que dijiste el otro día durante el toque de queda? —no debió preguntar eso. No debió sacarlo a la luz luego de que el ojiverde lo haya dejado estar.

—¿Es eso? ¿Cambiaste de opinión? —cuestiona, y por primera vez desde que llegó parece interesado en su presencia.

Se siente como una victoria.

—No lo hice.

—Deberías. Mi oferta sigue en pie, no nos matará intentarlo y es la mejor alternativa que tienes en este momento.

Theo niega, chasqueando la lengua mientras le mira desde abajo.

—Potter, ¿sabes siquiera a qué te estás enfrentando ofreciendo algo como eso? —cuestiona seriamente, porque esta seguro de que el chico no se detuvo a cuestionárselo dos veces.

A Little Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora