Theo quiere decirle que no apenas le escucha. No hay forma de que él pueda presentarse sin tener ganas de salir corriendo apenas tenga oportunidad. Suena como una tontería y una broma para su mala suerte, pero tiene a ese chico frente a él haciéndole ojitos para convencerle y no quiere decirle que no.
Merlín, ¿como es que no puede decirle que no?
—Tu padre me odia —le recuerda, porque cree que es la razón principal por la que no puede acompañarlo. Porque por algún motivo piensa que eso hará que se retracte.
—Lo se.
—Y me mira como si quisiera matarme.
—También lo se.
—¿Eso no te dice que es una mala idea? —pregunta suspirando, coloca sus manos a ambos lados del cuerpo del chico, recargándose un poco contra la pared en la que esté se encuentra y dejándolo atrapado entre sus brazos.
Harry niega, sin parecer cohibido por su cercanía, una de sus manos jugando con su corbata, acercándole un poco más—. Yo te estoy invitando, papá no te dirá nada si yo te quiero ahí.
"Te quiero ahí" algo de eso hace que quiera negarse.
Pero no lo hace—. Esta bien —se ve diciendo—, ¿debería llevar algo?
¿Qué se supone que debe llevar al cumpleaños del papá de Harry? Ese chico solo lo metía en problemas.
Regulus iba a sacarlo a golpes de ahí.
—No es necesario —le sonríe, Theo quiere aventarle lejos con solo verle comportarse como si no fueran a mirarle mal todos ahí.
—Pero si no llevo algo quedaré mal —ya está mal con Regulus, si queda mal con el otro papá de Harry estará condenado.
—Bueno, papá colecciona libros extraños sobre magia, ya sabes, ediciones perdidas y ese tipo de cosas, también artefactos mágicos, todo tipo de cosas raras, a mi abuelo le gustaba y él quiere seguir su ejemplo —explica.
Theo asiente, su mente rápidamente trabajando en alguna idea sobre que puede darle al padre de su amigo.
Del amigo que quiere besar todo el maldito tiempo.
Del amigo con el cual quiere estar pegado como dos chicles.
Del amigo que quiere llenar de marcas por todas partes.
—¿Theo? —Harry chasquea los dedos frente a sus ojos, haciendo que parpadee y posteriormente frunza el entrecejo—, te perdiste —se burla.
—Estaba pensando en el regalo de tu padre, quiero dar una buena impresión –apenas dice eso los ojos verdes del contrario parecen brillar.
—¿En serio?
No puede quedar mal, no después de ver su rostro emocionado.
El Potter le metía en problemas todo el tiempo.
—Si, ahora vamos que ya es hora de la cena —busca palmear su cadera para que camine, jura que su intención nunca fue palmear su trasero con la fuerza que lo hizo.
O tal vez si.
—Lo siento —dice intentando sonar lo más inocente que puede cuando el ojiverde le mira con una ceja elevada—, se me fue.
No se lo cree ni el mismo.
—Últimamente tienes algo con estarme toqueteando —le recrimina, pero no suena molesto así que no lo toma en serio.
—No me estás pidiendo que me detenga —señala, caminando tranquilamente a su lado. Últimamente pasaban mucho tiempo juntos, más de lo que deberían.
Pero le gusta pasar tiempo junto a él, se siente cómodo y siempre se la pasa bien.
—No, no te lo estoy pidiendo —acepta, encogiéndose de hombros.
Theo no esperaba que dijera eso, pero debió hacerlo. Harry en realidad nunca se quejaba de nada, eso era algo que había notado y de lo cual no podía evitar sentirse extrañado. Pero sobre todo eso, siempre tenía ese tono descarado y despreocupado que le divertía pero ponía nervioso.
—¿Cuando dijiste que era el cumpleaños de James?
Se vuelven a ver al día siguiente, el plan original es que Theo se alimentaría, y luego irían a cenar a algún restaurante bonito que Harry eligiera.
No debían perder mucho tiempo, eso es algo de lo cual ambos son conscientes, principalmente si quieren regresar temprano y dormir lo suficiente para las clases del día siguiente.
Así que cuando Harry entra a la habitación, diez minutos después de la hora acordada, Theo le toma para subirle sobre el escritorio que ha colocado estratégicamente para él.
—Hey —saluda, con una ceja elevada pero sin quejarse mientras abre las piernas para hacerle espacio.
Theo está acostumbrado a eso, su cuerpo parece moverse instintivamente para colarse entre estas y acercarse hasta que sus cuerpos están juntos.
El cuerpo de Harry es atlético, más que el suyo, pero también es un poco más pequeño de alguna manera. Le gusta mucho sentirlo pegado a su pecho, pasar sus manos por sus muslos rellenos y sentir la firmeza de estos al amasarlos con sus manos, quisiera morderlos tanto que duele, es algo que no puede sacarse de la cabeza.
Al pensar en eso aprieta sus manos sobre ellos, Harry suelta un pequeño quejido por lo que podría ser dolor si no se estuviera retorciendo para acercarse mas. Theo puede notarlo aún con su rostro enterrado en el cuello ajeno, bebiendo sangre, lamiendo el área, besando y marcando.
Le gusta mucho hacer eso, dejarlo lleno de marcas rojizas que se ven preciosas en su piel.
Theo suspira mientras lo presiona más contra el, y cuando se da cuenta de lo que está pasándole es por la corriente de placer que le atraviesa al restregar su miembro erecto contra el muslo del chico.
Y no hay forma de que Harry no haya sentido eso, lo sabe y se siente un completo idiota mientras se separa de su cuello, cuestionándose que tan mala idea sería hechizarlo para que olvide lo que acaba de hacer.
Lentamente se separa, el ojiverde tiene la respiración agitada y su pecho sube y baja de forma desigual. Su vista se centra en el rostro ajeno, mejillas sonrojadas, ojos brillantes y labios rellenos, rosados y remojados en saliva que quiere besar tan mal que simplemente se inclina y lo hace.
Theo no puede detenerse a sí mismo cuando toma el rostro de Potter entre sus manos para ladear su cabeza y besarlo de mejor manera. Escucha un corto sonido de sorpresa de este que lo trae devuelta y hace que se separe aterrado.
Que. Demonios. Esta. Haciendo.
Habría creído que Harry lo golpearía por hacer lo que hizo, sin embargo lo único que hace es colocar una de sus manos en su nuca y tirar de él hacia otro beso.
No habría poder que le hiciera apartarse ahora.
Había pensado en el sabor de su boca tantas veces, en como se sentiría y las mil maneras en que le besaría. Pero nada se comparaba con estarlo haciendo.
Lo acerca por la cintura y deja sus manos vagar y tocar todo lo que se le antoje. Harry le tiene sujeto del cuello, hundiendo sus manos en su cabello y rodeando su cadera con sus piernas, es como si ninguno quisiera separarse del otro.
No es un beso suave ni lento, es todo rapidez, mordidas y lengua que le arrebata el aliento. Lo besa como si quisiera impregnarse de su sabor porque lo quiere tanto que no cree que haya otra forma de hacerlo.
Le gusta besarlo, le gusta abrazarlo de la forma en que lo está haciendo. Le gusta tanto Harry que duele.
Nunca había odiado tanto querer algo, porque lo quiere a él, junto a él y para él.
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Llevaba rato sin aparecer por aquí.
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A Little Blood.
FanfictionTheo es un vampiro que se niega a beber sangre humana, o lo hacía hasta que cierto chico le convence para ser su alimento personal. Algún día aquel león le terminaría matando, porque el sin duda no lo haría.