11.

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La tarde es agradable, Harry luce una bonita sonrisa en su rostro y Theo se encuentra sumamente satisfecho con aquello.

No es el tipo de chico que puede hacer felices a los demás, así que puede agradecer a Salazar y todos lo espíritus que están de su lado por haber alegrado el día de Harry. Aunque no es que no fuera consciente de lo fácil que es satisfacer al chico.

Para cuando regresan al castillo son pasadas las siete de la noche, aún hay alumnos deambulando y tienen suficiente tiempo antes del toque de queda. Pero Theo tiene hambre, y el ojiverde no se molesta en preguntar mientras lo guía silenciosamente por las escaleras y los pasillos hasta llegar a la torre de astrología, tomando en cuenta que su punto de reunión habitual no era seguro en ese momento. Y que podían bloquear fácilmente la entrada sin ser sospechosos.

El slytherin lanza una rápida mirada por los diferentes espacios, guiando al ojiverde hacia un sitio alto a su alcance en el cual colocarlo.

Una vez allí, le toma de los muslos para ayudarle a subir (no es que necesite la ayuda) antes de posicionarse sin permiso entre las piernas ajenas. Sus manos trazando patrones sin sentido sobre él área a su alcance.

—Te pones cómodo —Harry dice.

Ninguno parece verdaderamente molesto por la extrema cercanía (deberían estarlo).

—Silencio, mi comida usualmente no me molesta antes de comerla —ahí es cuando el ojiverde le mira, ofendido mientras le empuja para alejarle de él. Theo se aferra a su cadera para evitar retroceder demasiado.

—No eres gracioso.

El pelinegro no contesta, distraído mientras pasa sus manos por los muslos ajenos, apretando levemente.

Si le pidiera morder el lugar, ¿Harry se lo permitiría?

—No sabía que manoseabas a las ardillas que te comías también —cuando Theo vuelve a mirar su rostro se da cuenta de la rojez en sus mejillas.

—No es intencional —retrocede un poco, agradeciendo su incapacidad de sonrojarse.

—Por supuesto que no —si bien se está burlando Theo no le presta atención, ladeando su cabeza para tener mejor acceso al área de su cuello.

—Escuche que irán de viaje familiar —recuerda, preguntándose como no lo mencionó antes.

—Tradición de los Potter, papá James tiene esta idea de visitar distintos lugares, acampar, broncearnos, esquiar, y bueno, papá Reg prácticamente está corriendo para que se haga posible...

—Creí que lo mimado lo habías sacado de Regulus.

—Mis padres se burlarían de ti si te escucharan.

—Puedo apostar que si —se inclina dando un mordisco leve mientras se pregunta si hacer la pregunta que tiene en su cabeza.

"¿Qué pasará con nosotros durante las vacaciones?"

No está dispuesto a cuestionarlo, sin embargo Harry habla, y cuando lo hace Theo teme haber pensado en voz alta.

—Aunque no estaré todo el tiempo fuera, así que si me extrañas sabes dónde encontrarme —golpea su frente con dos dedos, logrando que frunza el entrecejo.

El slytherin cree que Harry ciertamente tiene un escaso respeto hacia él.

Theo no responde, en su lugar ajusta su agarre en las caderas ajenas y hunde sus dientes en la piel.

Es suave, suave en la forma que bebe, en cómo amolda sus dientes y como le acerca. Está siendo más suave que nunca, buscando que dure más tiempo.
Harry en contraparte se retuerce en sus brazos, como si no pudiera con la sensación. Sus piernas se cierran en sus caderas, acercándole de forma casi inconsciente.

Siente que no es suficiente. Nunca es suficiente y odia la sensación de desesperación que se acumula dentro de él.

Comienza a succionar de forma distintiva, sabe que no debe hacerlo y que recibirá un buen golpe cuando el contrario se dé cuenta de lo que hizo, pero no puede evitarlo. Es más fuerte que el mismo. Se aleja levemente antes de volver a morder en un área distinta, volviendo a succionar de forma casi instantánea. Harry jadea y él aprieta su agarre en las caderas ajenas, tan fuerte que probablemente dejará una marca en ellas.

Cuando finalmente la necesidad disminuye sabe que está en problemas. Hay tres marcas de colmillos y tres marcas rojizas que pronto cambiarán a un color más profundo en el cuello del ojiverde, perfectamente visibles cuando se separa. Las marcas de sus mordidas desaparecen apenas comienza a curarlas, pero necesita comentarlo antes de intentar cubrir con magia el resto.

—Hice algo —comenta incómodo, ayudando a Harry a bajar cuando esté salta de su lugar.

Al menos no tuve otra erección —se felicita a sí mismo mentalmente.

—¿Algo como que? —pregunta, buscando a tientas la barra de chocolate que le ha comprando horas atrás. Comienza a comerla segundos después.

Theo se prepara para decirlo, maldiciendo internamente la energía que el chico tenía en ese momento, probablemente porque aún era temprano y no sumamente noche como suelen verse la mayor parte del tiempo.

—Tienes un par de marcas —señala, invocando un espejo.

—Tu... —Harry abre la boca incrédulo mientras lleva su mano al área donde las marcas eran visibles—. ¿Ni siquiera puedes hacerlas en un lugar donde no se vean? —se queja, iluminándose para apreciar mejor la gravedad de la situación.

—Podría hacerlas en muchos lugares donde no se verían —admite por lo bajo, cuidando no ser escuchado.

—Merlín, necesito arreglar esto antes de que mamá se entere —murmura, Theo apenas y es capaz de escucharlo.

—Un glamour debería ser suficiente —sugiere.

—Mejor iré a enfermería a buscar un ungüento para moretones, debería funcionar —sin embargo se encarga de colocar un glamour para poder salir de ahí—. Pero creí que habíamos quedado en algo —le mira, y ahí está la molestia que sabía el contrario tendría.

No podía culparlo, sabía que tenía razón en molestarse. El no tenia ningún derecho de marcar su piel con chupetones. Beber su sangre no significaba que podría tomarse otras libertades.

Sin embargo no pudo evitarlo.

—Lo siento, créeme que es más fuerte que yo —refuerza el encantamiento sobre el contrario, asegurándose de que sea imperceptible.

—Te creería si no conociera a otros vampiros que pueden controlarse perfectamente —y vaya que luce molesto—. Si Draco siente tu firma mágica sobre mi, no seré yo quien le explique las cosas, así que piensa en una excusa.

—Odio a los Black —se queja, siguiendo al más bajo cuando sale del lugar, ¿que culpa tenia él de que tuvieran un talento inigualable para detectar firmas mágicas?

—Te escuche —Harry golpea su brazo suavemente cuando le alcanza—. A la próxima abriré una herida y dejaré que bebas de un tazón como perro.

Theo cree que es perfectamente capaz de hacerlo.

A Little Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora