09.

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Harry llega tarde esa noche, luce tranquilo y no lleva su capa consigo. Sin embargo su rostro luce más iluminado y menos cansado que por la mañana, algo de eso hace que el slytherin se sienta mejor.

—¿No temes meterte en problemas? —Theo cuestiona mientras le da una rápida mirada.

Harry porta una camisa para dormir de botones y unos pantalones de algodón, bajo sus pies unas pantuflas esponjosas que simulan la cabeza de un perro.

—Tengo mis contactos, los prefectos están de mi lado esta noche —se encoge de hombros mientras se impulsa para subir al escritorio.

—Ni siquiera voy a cuestionar al respecto.

—Nunca lo haces —y está ese tonito que busca molestarlo. Como si disfrutara de presionar sus botones y causar reacciones en él.

Siendo sincero, Harry es el único que realmente puede sacar reacciones de él.

—No me hagas molestar cuando no te he sacado de mi cabeza estos días —puede ver como los ojos del contrario se abren un poco en sorpresa ante sus palabras. Y en realidad no tiene idea de donde ha venido eso pero se siente bien tenerlo fuera de si— ¿por qué no mejor abres las piernas para mi? —se acerca, ignorando intencionalmente lo mal que aquello se escucha.

Harry enrojece un poco mientras obedece y le hace lugar.

—Cualquiera pensaría que apenas y me notas —parece luchar con sostenerle la mirada y el pelinegro cree que es gracioso verle de esa forma.

—Cualquiera pensaría que apenas y noto cualquier cosa —chasquea la lengua.

Sus manos viajan a los botones de la camisa del ojiverde, comenzando a desabotonarlos. Puede sentir el nerviosismo del chico, puede notarlo en la forma que traga en seco y como sus manos se mueven dudosas sobre su pantalón de pijama.

—¿Por qué estás tan nervioso? Solo te voy a morder —se burla sin poder evitarlo.

Harry frunce el entrecejo, parte de su rostro y orejas están rojas y luce adorable para él.

—Estas siendo idiota —se queja, sin embargo no dice nada cuando 5 de sus botones están desabrochados y Theo le inclina la cabeza hacia un costado.

—He perdido la cuenta de las veces que me haz dicho eso en mi vida —admite, dejando salir sus colmillos. Una de sus manos cae sobre el muslo del chico y no puede evitar amasar el área.

Si pudiera mordería sus muslos hasta dejarlos llenos de marcas. Hasta que estuvieran tan sensibles y adoloridos que el mínimo toque duela.

—Nada de marcas —el menor advierte cuando se acerca.

En respuesta Theo pasea sus colmillos por su clavícula descubierta. Harry tiembla bajo su toque, y apenas puede contener su diversión.

—Nada de marcas —promete, antes de subir a su cuello y hundir sus dientes con anhelo.

Esta vez es un poco diferente a las anteriores. Puede que sea porque estuvo una semana entera sin beber, porque se está acostumbrando, o porque es Harry y siempre las cosas son diferentes con él.

Lo único que sabe es que hay un poco más de necesidad en él, sus manos pican hasta que se aferra con fuerza a las caderas del chico, juntando sus cuerpos hasta que ni una ráfaga de aire puede pasar entre ellos. Probablemente se excede un poco con la rudeza de su toque, porque el ojiverde deja escapar un jadeo que suena demasiado tentador mientras se aferra a su camisa buscando un soporte.

Theo se concentra en beber sin dejar marcas incluso si desea con todo su muerto corazón poder succionar un poco más.

Se separa un poco para poder lamer, sin embargo no ha tenido suficiente así que abre una nueva herida y vuelve a beber. Se siente sediento de él.

Pasan un par de minutos antes de que finalmente se aparte, no sin antes lamer el área maltratada hasta curarle por completo.

Los ojos de Harry están cerrados, sus mejillas rojas y luce desecho frente a él, con una leve capa de sudor sobre su cuerpo y su respiración agitada.

Theo admira la vista por 20 segundos exactos antes de notar la erección en sus propios pantalones.

Entra en pánico apenas se da cuenta, y apenas es capaz de lanzarse un encantamiento antes de que Harry abra los ojos de forma perezosa. Ocultando su culpa por la reacción que ha tenido e intentando no lucir sospechoso frente al chico.

—Estoy cansado —se queja, sus ojos brillantes. El pelinegro se acerca antes de que pueda bajar de su lugar.

—Te llevaré a tu habitación, solo ven aquí —no es su movimiento más inteligente considerando lo que está intentando de ocultar. Pero no puede evitar querer cuidar de él un poco así que puede arreglárselas para cargarlo de regreso sin que note su "pequeño" problema.

—Nev está en mi habitación, que no se dé cuenta —murmura, ocultando su rostro contra el cuello del contrario cuando le acomoda sobre sus brazos.

—¿Por que está en tu habitación? —pregunta mientras ajusta su agarre, su ceño levemente fruncido mientras agudiza sus sentidos para no ser descubiertos mientras avanzan por el pasillo.

Harry tarda en responder.

—Le gusta dormir conmigo —responde, más dormido que despierto para ese punto a juzgar por su tono flojo y lo que tarda en formular una frase.

—No debería —su tono suena más brusco de lo que pretendía, así que se apresura a aclarar—. A tu madre no le gustaría saber que duermes con otras personas.

—A mamá no le gusta nada de lo que hago, ya estoy acostumbrado...

Theo se detiene un segundo ante sus palabras, sin saber que decir al respecto. Se siente como si estuviera haciendo algo mal al escucharle, sabe que si Harry no estuviera tan adormilado no habría dicho eso.

Guarda silencio el resto del camino y para cuando llegan Harry ha caído dormido.

—No entiendo porque ocultas tantas cosas —le dice mientras se acerca a su cama.

No hay ningún Neville ahí, pero si una hoja que explica su ausencia.

Theo sonríe mientras la deja donde estaba antes. Duerme tranquilo esta noche.

A la mañana siguiente Harry despierta con un nuevo desayuno a su lado. Sus favoritos de nuevo.

A Little Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora