Theo había olvidado todo el problema interno en la familia de Harry hasta ese día.
En la última semana apenas y ha prestado atención a cosas básicas, como sus tareas, horarios, Daphne incluso tuvo que recordarle que debía comer. Apenas y les ha prestado atención porque su mente solo se enfoca en Harry.
Suena terrorífico si admite lo atento que esta a cada paso que da, a cada risa, a cada palabra que sale de su boca. A lo mucho que lo extraña, el que esté cerca de él, poder tocarlo de alguna manera o simplemente ver lo tierno que luce con sus pijamas suaves y su cabello desordenado, cuando sus ojos se cierran de cansancio y recarga su cabeza contra su hombro esperando dormir.
Merlín, Theo le extraña tanto que no puede entender como el ojiverde no lo entiende. Como sigue hablando y hablando de que nada de eso es real, que ninguno de sus sentimientos lo es.
Intento creerlo en un inicio, pero se ha puesto a investigar, y no puede tratarse de eso. Él está consciente de lo que hace.
Pero eso no es lo importante en este momento.
Lo único que le importa ahora es no perder de vista la figura escurridiza de Harry, quien ha pasado por su lado hace segundos atrás, con los ojos inundados de lágrimas y la sombra de su madre detrás, en el jardín con algunos alumnos a su alrededor.
Theo conoció a Lily Evans cuando era niño. Lo sabe, pero no lo recuerda con exactitud. Sabe que fue alrededor de sus 8 años, y que la conoció cuando fue a dejar a Harry a casa de Draco, un día que él también estaba ahí.
Recuerda su larga cabellera pelirroja, y sus hipnotizantes ojos verdes. Así como su mirada pesada y el sentimiento de nerviosismo ante su presencia. Era una mujer poderosa, pero sobre todo imponente.
Recuerda esos pequeños detalles de su primera vez viéndola, pero recuerda muchos más de cómo Harry corría a los brazos de Lucius y sollozaba contra su hombro una vez su madre se marchaba.
Como el hombre le calmaba y como Draco parecía tan molesto y protector incluso entonces, como si no pudiera soportar ver triste al ojiverde.
De una forma que lo hacía ver mayor incluso si tenían la misma edad, y de una forma en que Harry no parecía el chico que realmente es. Tan fuerte, seguro de si mismo y poderoso por sí mismo, sin necesitar de nadie ni nada.
Nunca se puso a pensar a qué se debía aquello. Fue algo que hasta ese momento había pasado desapercibido.
Pero ahora, mientras ve con unos nuevos ojos a la madre del chico que le gusta no puede evitar darse cuenta de todos aquellos detalles.
Su cuerpo se mueve por el pasillo, evitando al resto de los alumnos sin importarle parecer un perro al estar olfateando el aire. Se siente ridículo pero ninguno le mira de forma extraña, y si lo hicieran podía hace algo al respecto.
Su humor esos últimos días era una mierda. Algo difícil de controlar y que no podía disimular, incluso los profesores lo habían notado.
Snape se había acercado a él para reprenderlo por aquello.
Y hablando de Snape...
—¡No! Eres igual que ella, ¿crees que no acaba de decirme lo que han estado haciendo? ¿Alejarme de mis padres? ¿Conseguirme pareja "normal"? Es hipócrita de tu parte hablar de normalidad —el ojiverde que tanto buscaba le grita al hombre, furioso y con su magia chispeante vibrando de una forma que le provoca un escalofrío.
No hay alumnos cerca, afortunadamente, sin embargo Theo se asegura de activar un hechizo silenciador para mayor privacidad.
No entiende que ha pasado. Pero no quiere que nadie tenga más motivos para hablar acerca de Harry y su familia.
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A Little Blood.
FanfictionTheo es un vampiro que se niega a beber sangre humana, o lo hacía hasta que cierto chico le convence para ser su alimento personal. Algún día aquel león le terminaría matando, porque el sin duda no lo haría.