20.

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Durante todo el tiempo que dura el desayuno lo único que tiene Theo en su cabeza son las palabras de disculpa que le dirá a Harry, intentando imaginar las diferentes reacciones que puede tener y de qué manera lo solucionará.

Intenta verlo a la distancia, para armarse de valor y tomarlo con calma. Sin embargo la espalda de Weasley le impide dar con el rostro del chico, así que se da por vencido y decide esperar.

Entre las diferentes reacciones que espera está que se moleste, que le diga que no quiere escucharlo, que lo entienda, o bien, incluso que le diga que no importa. Pero en realidad no contemplo la posibilidad de que esté ni siquiera le deje acercarse, evitando su mirada y cualquier intento suyo por alcanzarlo.

Se detiene a medio pasillo con la mano extendida y la boca seca, sorprendido y levemente preocupado ahora que se da cuenta que tan seria es la situación.

Conoce a Harry desde pequeños, y sabe que prefiere afrontar las cosas a evitarlas, así que no puede creer que le haya huido.

Cuando se sienta junto a Draco en clase este parece confundido, mirando entre Harry y él simultáneamente. Pero deja pasar su reacción por estar mirando al ojiverde durante toda la clase, intentando encontrar su mirada.

—Theodore, me gustaría que comenzaras a explicarme que le hiciste a mi primo para que esté de esta manera.

—Odio que me llamen Theodore —responde, antes que nada—. Y no le hice nada.

—Eso no me dijo Regulus —Theo gira en ese momento, con su estómago revuelto en nervios.

El hombre debe odiarle aún más—. Es tu culpa.

—¿Perdón?

—¿Por qué no me recordaste que era cumpleaños del papá de Harry? Está molesto conmigo porque lo olvide —se queja, sintiéndose desdichado. Era su oportunidad perfecta para mostrarle que le importaba y la desaprovecho.

—¿Y eso es mi culpa por? No soy tu agenda personal —se acerca un poco más—. Además, yo porque sabría que irías al cumpleaños de mi tío James.

—Por lo que hay entre él y yo debiste suponerlo —responde, dándose cuenta demasiado tarde de lo que dio a entender con aquello.

—Ah si, y por qué no me dices que hay entre ustedes si tanto debería saberlo. Hasta donde me quede apenas y se hablaban —eleva una de sus delgadas cejas, luciendo listo para hechizarlo si tenia que hacerlo.

Theo chasquea la lengua, considerando la idea de simplemente levantarse y dejar a su amigo ahí. Tenía mejores cosas que hacer que estarle dando explicaciones—. No hay mucho más que eso —responde tan sinceramente como puede. Porque en realidad, no hay gran cosa sucediendo aun.

—Bien, le diré eso a Regulus el fin de semana...

—Quise decir —habla un poco más fuerte de lo que le gustaría, más que nada por el pánico que le inundó al pensar en lo mal que aquello lo posicionaría ante los padres de Harry—, aún no hay mucho más, pero, así te moleste o lo que sea, me gustaría salir con tu primo.

Draco ríe, una de esas risas falsas y deslumbrantes que usa para fingir que algo le divierte—. Eres tan gracioso.

—No estoy bromeando.

—¿Desde cuando? —pregunta, girando a verlo con el rostro serio—. Nunca te mostraste interesado en nada relacionado a él, y todo parece tan repentino.

—Si te lo cuento me vas a golpear.

–Pero si no lo haces lo haré igual.

—Prefiero no contártelo, estoy esperando que termine la clase para ir a hablarle —le explica por alguna razón, probablemente porque quiere saber que tan seguro era hacerlo.

A Little Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora