24.

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Llevar las cosas lentos no es para ellos, ni siquiera pueden fingir que lo intentan.

Y por la cabeza de Theo no existe posibilidad de dudar el corresponder cuando Harry besa sus labios de esa forma. Merlín, él en respuesta sólo lo presiona más contra su cuerpo y le mete la lengua hasta la garganta. Desesperado por sentir su sabor, su calidez, todo el.

Lo había extrañado tanto que dolía.

Y lo único en lo que puede pensar es empotrarlo contra la mesa tras él y profanar algo más que su boca, algo más que su garganta.

Merlín, sus pensamientos, ideas, no puede mantenerse totalmente bajo control. Y no puede culparse a sí mismo cuando tiene el chico más increíble frente a él.

—Alguien puede entrar —Harry le recuerda, pero solo se acomoda mejor sobre la mesa y abre las piernas para que esté más cerca.

No entiende como se supone que debe detenerse luego de eso—. Que se atrevan —dice en cambio, bajando sus besos por la mandíbula del chico hasta llegar al cuello.

El ojiverde se tensa un instante, pero Nott no deja que dure demasiado mientras comienza a besar y succionar, marcando su piel de forma superficial. No mordidas, ni nada que saque sangre, pero si algo que le diga a los demás que ese chico no está disponible.

Harry no volvería a estar disponible mientras pudiera evitarlo.

Se siente celoso mientras marca la piel a su antojo.

—Bésame —Potter tira de su cabeza hacia arriba de nuevo, su respiración acelerada y sus mejillas rojas al igual que sus labios.

Luce bien besado, y si bien siempre es bonito, la imagen que tiene ahora sobre pasa los límites.

Una imagen que guardaría en su mente por mucho tiempo.

No sabe cuánto tiempo permanecen ahí, besándose y saciando su ansia por el otro, por sentirse cerca y manejar lo mejor que puedan esa tensión que no les ha dejado descansar.

—Cuando te haga mi novio no dejare de besarte ningún segundo, tendrás mis manos sobre ti todo el tiempo, y siempre tendrás estas lindas marcas por todos lados —le dice, depositando cortos pero húmedos besos en sus labios.

Harry asiente rápidamente, cerrando sus piernas alrededor de él y acercándolo más.

Theo afortunadamente tiene el suficiente autocontrol para mantener las cosas en ese punto.



Cuando llegan a la casa de Harry solo James se encuentra ahí, lo cual tranquiliza al vampiro, pero también le pone nervioso.

—Si quieren pueden ir arriba en lo que Reg llega —les dice, tranquilizándolos—. Mantén la puerta abierta, y cubre esos chupetones o Theo no saldrá vivo de aquí —señala su garganta.

Harry lleva su mano al área inmediatamente, asintiendo—. Nos llamas si necesitas algo —dice, abrazando nuevamente al mayor y tomando la mano de Theo para guiarlo escaleras arriba.

—Con su permiso —dice, siguiendo al joven hasta que se alejan parcialmente—. No creo que sea bueno para aligerar mi relación con tu padre, si me encuentra en tu habitación...

—No vamos a hacer nada malo, puedes estar tranquilo —se burla, pero le mira con algo que Theo cree que es ternura y le hace sentirse avergonzado.

No le molestaba admitir que le temía a Regulus.

—¿No debería haber traído algo para él también?

—Creo que quedarás peor si intentas impresionarlos a través de regalos. Además papá es competitivo, mi padrino le regalo una motocicleta a papá James, y mi padre fue y le compró una de un modelo clásico para llevarle ventaja.

Theo no puede objetar a eso, así que se deja caer en la cama del chico y hunde su rostro en su almohada.

—Eres como un cachorrito.

—No chistes relacionados a perros que puedan relacionarse a hombres lobos para los vampiros, te lo pido.

—Ya —tan solo dice, segundos antes de dejarse caer sobre su espalda y acurrucarse.

El peso que el vampiro siente es mínimo, pero le gusta—. Espera —da media vuelta, cuidando no derribar al ojiverde y maniobrándolo para que esté cómodo—. Así me gusta más —le sonríe, abrazándolo firmemente, lo suficiente para que no pueda alejarse.

No es que esté en los planes del contrario hacerlo—. Me gusta así.

—¿Así como?

—Sobre ti, me gusta.

—A mi también, o debajo de mi.

No dirá que el rosado casi coral sobre las mejillas del chico no fueron su objetivo desde un inicio, porque lo es—. ¿Recuerdas cuando me pediste beber de ti?

—Si, pensé que ibas a golpearme.

—Fuiste tonto y confiado, no podía entenderte. Y no quería hacerte nada, no a ti. Me daba miedo lastimarte. Creo que siempre me interesaste un poco.

Harry golpea su pecho—. Mentiroso, apenas y me volteabas a ver.

—Eso quisieras, podía reconocer el latido de tu corazón, tu voz o tus pasos a metros de distancia —besa sus labios apenas los tiene a su alcance.

Harry se eleva lo suficiente para quedar rostro con rostro y facilitarle la tarea, Theo no es ningún tonto, así que no puede evitar besarlo por un tiempo más prolongado. Si el ojiverde no necesitará respirar no separaría sus labios jamás.

Lo único que logra separarlos y evitar que la mano del slytherin baje más allá de la cadera es un carraspeo en la puerta de la habitación.

Cierto que no la cerraron. Culpaba a Harry por haberlo distraído lo suficiente para no estar atento de cualquier ruido.

Ni cuando no podía controlar sus sentidos le pasaba.

—Señor Regulus —saluda apenas Harry se mueve y le da la oportunidad de sentarse.

Porque podrá haberse visto atrapado besando al hijo del hombre, pero tampoco le iba a lanzar lejos. Una vez que tiene las cosas claras no planea arruinarlo de ninguna forma—. Las manos donde pueda verlas siempre que estes a una mínima distancia —y entonces besa la frente de su hijo y estrecha su mano con fuerza que en realidad hace que duela.

Conoce a Regulus desde que tiene memoria prácticamente, y nunca había sido así de formal o duro con el.

Cuando su padre se entere probablemente se burlara.

—¿Le trajiste flores a papá? —Harry observa el ramo sobre la mesa.

—Y también uno a ti, para que recuerdes que no necesitas ningún chico idiota que no pueda darte lo que mereces...

Si, se reiría mucho de él.

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⏰ Última actualización: May 24 ⏰

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