Deseos ocultos I

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De regreso al presente, Yoshiko sólo esperaba sentada en su silla vigilando su dinero. Ruby se abrazaba a su datenshi dándole uno que otro beso de vez en cuando, mientras se acariciaba su vientre.

Eli ya terminaba de realizar los últimos pasos junto a Ryomu para poder estar con Nico, quien ya estaba sentada en la cama sabiendo lo que le espera.

Todo muy tranquilo hasta que la puerta se abrió de golpe.

- Yohane!- (Umi entró corriendo).

- Te tardaste, Umi!-

- Perdóname, mi amor... Es que-

- Tomaste el camino secreto?- (Yoshiko se ponía exigente desde su silla).

- Sí, sólo que-

- Entonces no tienes excusa para haberte tardado tanto!-

- Es que traje a alguien conmigo!- (gritó ofuscada la peliazul Minami).

- A qui- (la datenshi se asombró de verla ahí)- Tú...-

Nico también la vió a lo lejos y corrió hasta donde se encontraba la pelimorada.

- Nozomin!-

- Oía! Tan feliz, Nicocchi?- (Nozomi se abrazaba a una de las chicas que amaba).

- Pensé que no vendrías hasta mañana...- (la pelinegra apoyaba su cara contra los pechos de la sacerdotisa).

- Kunikida-sama me dió permiso para volver antes...- (acariciaba la cabeza de una de sus amadas Espadas).

- La abuela de Zuramaru supongo...- (dijo la datenshi en voz baja).

Otra que también corrió hacia las tetas de Nozomi fue la rubia.

- Non-tan!- (la rubia se frotaba contra ellos de manera alevosa y lasciva)- Vine de visita!-

- Elicchi-nee... Tú aquí?- (viendo lo que trataba de hacer)- No me chupes la ropa, Elicchi-nee- (Nozomi también acariciaba la cabeza de su hermana mayor rubia).

- Le estoy haciendo un favor a Arisa... Y ya que estaba por aquí, pensé en venir a visitarte a ti y a la bebé!-

- Sí, claro...- (la miraba con sospecha).

- Bueno... Eso no es totalmente mentira...-

Mientras la pelimorada suspiraba decepcionada pero sin perder su sonrisa y la rubia junto a la pelinegra compartían una teta cada una; Umi se acercó a la datenshi que miraba a la cuna de la pequeña Elicchi.

- Por qué me llamaste, cariño?- (Umi se abrazaba a Yoshiko).

- Verás, amor... Tenemos una misión...-

- Una misión?-

- Sí... Mi nueva novia-

- Otra más!- (se enojaba la peliazul Minami).

- Pigi!- (Ruby se escondía detrás de la datenshi).

- Rosa o Espada?!- (la mirada exigente de Umi asustaba aún más a la pequeña pelirroja).

Rosas y Espadas III - Invasión al Jardín de AfroditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora