Rosas y Espadas III - Invasión al Jardín de Afrodita

Capítulo Extra: Un Deseo Incontrolable

Nozomi había comenzado a darle una mamada al duro pene de Yoshiko.

- Te *lamida* gusta *chupada*, Yoshiko-chan?-

- No tienes...*gemido* por qué hacerlo, Nozomi!- (la técnica de la pelimorada con su lengua y sus manos eran muy buenas)- Y la bebé po-po *gemido*... podría despertar!-

- Elicchi *chupada y lamida* duerme como un tronco... *beso en la punta*... No te preocupes, Yoshiko-chan... Deja que te dé las gracias a mi manera, ok?-

- Co-Como quieras *gemido* Little Demon!- (la datenshi agarró la cabeza de la sacerdotisa pelimorada por ambas coletas para hundirla contra sus caderas).

Yoshiko trataba de contenerse ante el toque de Nozomi pero era muy difícil hacerlo, la sacerdotisa era muy buena dando mamadas y la datenshi no tardaba en estimularse.

La pelimorada se lo agarraba con fuerza rodeando todo el pene con sus manos y las movía al mismo ritmo que lo metía en su boca. Su lengua recorría toda la extensión de la verga de la datenshi, lamiendo todos los sectores más sensibles, como la punta y la parte inferior del falo.

Hacía una fuerte succión con sus mejillas y jalaba para atrás su cabeza hasta sacarse el pene de Yoshiko de un solo movimiento provocando un excitante y erótico sonido al desprender sus labios de la verga del Ángel Caído, como si se destapara el corcho de una botella.

Después Nozomi se pasaba todo el miembro húmedo con su saliva por toda su cara para sentir el palpitante y duro pene de Yoshiko, eso la excitaba sin medidas.

No tardó en sacarse la parte superior de su traje de sacerdotisa, dejando expuestos sus grandes pechos con los que envolvió la verga de Yoshiko y así permitirle a la datenshi cogerse la división que hay entre sus tetas.

- Oía, Yoshiko-chan! Así que ya sabes que hacer! Mou!- (la pelimorada vió como el pene de la datenshi se frotaba a gran velocidad entre sus pechos, con una datenshi muy desesperada).

- Con Zuramaru hacemos lo mismo!- (recordando la cara de la castaña, la datenshi se excitaba mucho más).

- Pero ella hace esto?-

- Nozomi!-

La sacerdotisa apretó sus tetas con sus manos y, con un extraño movimiento de su espalda y su cabeza, era capaz de mover sus tetas con una gran intensidad sobre la verga de Yoshiko mientras le chupaba y lamía la punta.

- No-Nozomi! E-Eso es demasiado! *gemido agudo* Se siente muy bien! Yo-Yo no podré resistir mucho más!-

Con la estimulación de sus grandes cualidades y los movimientos precisos de su lengua, Nozomi no tardó en sentir la cálida y abundante corrida de Yoshiko por toda su boca, cara y tetas.

La pelimorada se separó del pene de la datenshi e hizo atrás su cabeza para ver cómo el semen salía por la punta del pene despedido hacia arriba como si fuera una fuente de leche blanca y espesa.

Abrió la boca sin perder su sonrisa mientras sentía como su cara y su cuerpo eran bañados por el esperma de Yoshiko.

La datenshi seguía moviendo su pene entre las tetas de Nozomi, de esa manera no tardó nada en cubrir todo el busto de la pelimorada con su gruesa corrida.