Rosas y Espadas III - Invasión al Jardín de Afrodita

Una Parte de mi Pasado I

[ Hace un par de años ]

- Suéltala! Maldición!-

- Por favor! Koneko! Acepta mi poder!-

- No te voy a soltar, pollo frito!-

- Koneko! Rápido!-

Ravel Phoenix, otra de las amantes de Issei y compañera de harem de Koneko, está sujetandose fuertemente del brazo de la gatita usando su mano derecha mientras que en su mano izquierda sostenía un cristal rojo cubierto con su sangre y tenía inscripto el sello de su familia.

- Vamos, Koneko! Acéptalo! *Llorando desesperada* No tengo más fuerzas! Por favor, acepta mi poder!-

- No! Sin el no vas a sobrevivir!-

- Mucho peor va ser si esa cosa lo absorbe! Cómo hizo con los poderes de las demás!-

- No, no lo haré!- (la gatita, débil y golpeada, se agarraba de la mano de su "amienemiga", cómo solían llamarse).

- Por favor!-

Mientras ellas dos se sostenían de las manos con todas sus fuerzas; del otro extremo, los dos pies de la chica Fénix estaban pegados a lo que era una gran masa de telarañas que la cubrían hasta las rodillas. Estás habían salido de la boca de lo que parecía una gran tarántula, casi tan grande como una casa de dos pisos.

Era una gran tarántula con una ligera particularidad.

Sobre sus ocho ojos habían un lindo par de lentes, además de que sobre su lomo se encontraba otra Nekomata de cabellos naranjas y de dicha bestia arácnida provenía una linda voz que decía:

- Alguien! Ayúdeme!- (parecía llorar al hacerse fuerza en el "tira y afloje" que está realizando con las chicas del clan Gremory).

- Vamos, Kayochin! Tu puedes-nya!- (le alentaba la gatita naranja que sostenía varios tazones gigantes con arroz).

- Son muy fuertes, Rin-chan!-

- La otra Neko-chan que es como yo, tiene superfuerza-nya! Pero ya le di una paliza-nya! No van a resistir mucho más!-

Yazawa Rin y Yazawa Hanayo, dos Rosas con habilidades físicas y de transformación pertenecientes a la Familia Yazawa, habían arrinconado a varias de las mujeres del Clan Gremory y del clan Sitri, acabando con varias de ellas.

Ahora les tocaba a Ravel y Koneko. Sintiendo como sus manos se resbalaban.

- No te rindas, Ravel! Por favor!- (ahora la que no podía seguir resistiendo sus lágrimas era la gatita).

-*sonriendo mostrando sus profundos sentimientos* A-Ahora se te ocurre llamarme por mi nombre?...-

Ravel se colocó el cristal de su Corazón de Fénix en su boca y haciendo un último esfuerzo, jaló de la corbata a Koneko para darle un beso apasionado. Obligando de paso a que la gatita se tragara el cristal por la fuerza:

- *ahogándose por el cristal* Ra-Rashel! Ravv-vshel!-

De repente sonó un pequeño reloj despertador que hacía: "Nya-Nya! Nya-Nya!".

- Ya es hora, Kayo-chin!- (gritaba la Bakeneko).

- Oh, sí!  Ya puedo usarlas! Aquí voy, Rin-chan!- (usando la habilidad de crear espadas de Yuuta, atacó a las dos chicas Gremory).

Varias espadas filosas salieron del suelo y se clavaron en el cuerpo de Ravel, atravesando casi toda la humanidad de la chica Fénix excepto su cabeza.

- No, Ravel!- (grito Koneko).