Capítulo 47.

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--No lo sé Christian, hasta ahora no he tenido ningún síntoma y es muy pronto para saberlo.--Dije restándole importancia.
--Por Dios Jessica, el problema es que no estoy listo para tener otro hijo.--Subió el tono de voz.
Dejé lo que estaba haciendo a un lado.-- Va ser la primera vez que tendrás la responsabilidad, ¿cuál es tu problema?--Dije bastante furiosa.
--Pero entiende ahora solo me conformaba con Matt, no estoy listo para tener otro bebé.--Se pasó las manos por el pelo.
--Claro, verdad, como el rey se fue cuando estuve embarazada, por eso eres un cobarde.--Me levanté de la cama y lo miré.-- ¿Pero sabes qué? Si aún eres bastante cobarde para asumir la responsabilidad, aquí lo dejamos.--Y salí de ahí dando un fuerte portazo.
Fui a la habitación de Matt y me acosté a lado de él, fui tan tonta como para pensar que Christian había cambiado. Abracé a mi hijo y lágrimas recorrían mi rostro. Voy a seguir adelante aunque Christian no estuviese conmigo. Si se quería largar otra vez que lo hiciera, así como saqué adelante a Matt sin Christian lo mismo iba hacer.
Me acurruqué y con esos pensamientos quede dormida.
Al día siguiente me levanté temprano, me ducha rápida y me coloqué unos jeans oscuros, una blusa gris y zapatos de piso. Baje despacio las escaleras, agarre las llaves del auto y salí de ahí para dirigirme a la farmacia.
--Buenos días señorita, ¿en qué la puedo ayudar?-- Preguntó amablemente.
--Hola, quiero comprar una prueba de embarazo.-- Sonreí nerviosa, asintió con la cabeza y se fue en busca de ella.
--Aquí tiene.--La metió en una bolsa, pague y salí de ahí.
Fui directo hacia la casa, tenía que desayunar, bañar a Matt, arreglarme y después empacar lo que faltaba.
Bufé y pise el acelerador, cuando iba llegando a casa sonó mi celular y vi en la pantalla que era Marck.
--Hola.--Contesté sonriente y bajando del auto.
--¿Qué tal preciosa?, ¿ya estás lista para ver a esté solteron comprometido?--Dijo riendo.
--Más que lista, ya era hora.--Reímos y fui hacia la cocina a picar un poco de fruta.
--¿Te digo algo?-- Bajó el tono de voz.--Estoy muy nervioso.
--Tú, ¿nervioso? --Dije con sarcasmo.--Eso es nuevo en ti, vaya que si has cambiado.
--A diferencia de cómo era contigo, sí.-- Rio.-- En fin preciosa, nos vemos en unas horas.--Dicho esto colgó.
Me dediqué a hacer el desayuno y después fui en busca de Matt. Entré despacio a la habitación y ahí se encontraba Christian abrazado al pequeño.
--Mi cielo, levántate, tienes que desayunar. --Le di besos en toda su cara y así fue como despertó.
--Mami.--Murmuró adormilado y me echo los brazos al cuello, lo tome en brazos y baje las escaleras.
--¿Qué quieres cariño? ¿Leche, galletas, fruta, cereal?
--Galletas de chocolate. --Reí por su expresión y le serví sus galletas y leche.
--Ahora vengo cariño.--Fui hacia mi bolso y saqué la prueba de embarazo. Me dirigí hacia el baño y la guarde en el mueble volví a la cocina y ahí ya se encontraba Christian.
Rodé los ojos y serví fruta en mi plato.
--Buenos días.--Dijo Christian desde su lugar.
--Hola.--Dije cortante, le retiré los platos a Matt y le prendí la televisión para que viera caricaturas.
--¿Vas a evitarme?--Dijo incrédulo, me encogí de hombros. Mi corazón palpitaba a mil por hora, Christian había entrado al baño y temía de que revisará el mueble en donde había guardado la prueba
--¡Te lo dije Jessica!--Gritó furioso, tiró la prueba al suelo y subió corriendo las escaleras.
Me puse de rodillas y no se porque Christian se ponía De esa manera si aún no me la hacía. Se escucharon los pasos de Christian y salió de la casa dando un portazo.
Ahora si deje que las lágrimas fluyeran libremente. Pensé que Christian había cambiado, pero vaya que estaba muy equivocada y esta vez me está cansando de que me tiré y me recoja cuando él quiera.
()
--Mamá. --Dije entre sollozos a través del teléfono.
--¿Qué pasa, cielo?--Preguntó preocupada.
--Puedes venir por Matt, es la boda de Marck y últimamente Christian y yo hemos peleado mucho, no quiero que el este aquí presenciando todo.--Me temblaba el labio al hablar.
--Si hija, ahora voy.--Cortó la llamada y arreglé las cosas de Matt.
Una hora después mi madre ya había llegado por Matt y por más que me preguntaba que me pasaba, no le decía nada.
Como ya se hacía tarde y por lo visto Christian no me acompañaría, empecé arreglarme.
Me hice unos rizos, me maquille muy suave y traté de cubrir muy bien mis ojos rojos. Me pinte los labios de rojo y me coloqué el vestido que habíamos comprado aquella vez. Tomé mi bolso y los anillos y salí de ahí, puse en marcha hacia la iglesia.
--Llegas tarde.--Dijo Beatriz cuando me senté a su lado.
--Si lo sé.--Sonreí un poco.
--¿Y Christian? --Beatriz miraba por todas partes.
--No vino.--Me miró preguntándome por qué.
--Después te cuento.--Dije aún afectada por lo ocurrido con Christian.
Llegó el turno de entregar los anillos y con ayuda de Eric, el esposo de Beatriz, los entregamos. Marck al verme sin Christian, frunció el ceño.
--Cristal, te amaré el resto de mi vida.--Sonrió y le colocó el anillo.--Con esté anillo yo te prometo amor eterno.
Se besaron y todos los invitados empezaron aplaudir, a la hora de felicitar a los novios, Marck examinó mi cara y ahora venía las preguntas.
--¿Qué sucedió? ¿Por qué Christian no vino contigo y por qué tienes los ojos rojos?
--¡Oh Marck!.--Susurre y lo abracé muy fuerte, no quería echarme a llorar.
--¿Ahora qué hizo?--Se tensó y me daba pequeños masajes en la espalda.
--Se puso furioso porque piensa que estaré embarazada.--Sollocé.
--Imbécil--Dijo bastante molesto.
--Siempre lo ha sido, Marck no puedo quedarme a la fiesta, no estoy de ánimos. Te felicito y te deseo toda la felicidad del mundo.--Me separé de él y lo mire.
--Quédate, te hará bien distraerte.--Negué con la cabeza.--Bien cualquier cosa me llamas, ¿si?--Y retiró con su pulgar mis lágrimas.
--En verdad me encantaría, pero no me encuentro de ánimos, un día de estos quedamos en desayunar y así conozco mejor a Cristal.--Le di un beso en la mejilla, me despedí de Eric, Beatriz y Cristal.
Fui hacia el auto y lo encendí, puse el radio a todo volumen y así conduje hasta que llegue a casa.
Al abrir la puerta, Christian estaba en el sofá sentado y con la botella de vodka en su mano, cerré los ojos tratando de contener mi furia. Di un portazo, me quite los zapatos y los deje caer contra el mármol. Christian clavó su mirada en mí.
--Te vez preciosa.--Dijo arrastrando las palabras.
--Sí, y tú ridículo.--Lo miré.
--Pero a mí lo ridículo se me quitará, pero a ti lo preciosa no.--Sonrió de lado.
--No lo creo.--Me crucé de brazos.--Quiero el divorcio Christian.
Christian tiro la botella en el sofá, se levantó y caminó hacia mí.

Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora