Capítulo 15.

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Retiré disimuladamente mis lágrimas y me gire a mirarlo. Únicamente llevaba puesto unos pantalones cortos y en cuanto vio mis ojos, seguramente rojos, vino a mi alcancé. Me abrazo y me daba besos por toda mi cara, acariciaba mis lágrimas y no dejaba de mirarme.

-No sé porque huyes de tus sentimientos. Ya no quiero que huyas de mi mas.- pidió mientras me acercaba a su pecho. Recargué mi cabeza en el y seguí sollozando.

-No es fácil para mi, hay muchas cosas que tengo que asimilar. Entiéndeme.- contesté entrecortada.

-Esta bien, te daré tiempo.- masajeaba mi espalda.- La pase muy bien contigo y la verdad es que yo no me arrepiento de nada.- lo dijo con una voz un poco burlona.

-Ya, no me lo recuerdes.- sin querer me ruboricé al recordar el momento que minutos atrás estábamos pasando. Le di un golpe en el pecho y me separé de el.

Al mirarnos y sin yo esperarlo, me tomo en brazos y se acerco al mar.

-Ni se te ocurra.-amenacé mientras el me miraba con una ceja alzada.

-Vamos, será divertido.- me sonrió con burla y con esas últimas palabras se aventó junto conmigo al mar. Dejándonos completamente empapados.

-Eres idiota o que-grite mientras me tallaba mis ojos.- el agua esta helada.- dije mientras intentaba abrazarme a mi misma y mis dientes castañeaban.

-Es un poco de diversión, relájate y disfruta.- soltó una carcajada y yo aproveché para aventarle agua.

Me alejé de el mientras intentaba parar de reírme. El me alcanzó y me abrazo mientras nos hundíamos en las profundidades del mar.

La tarde asi paso, nosotros como dos niños pequeños jugando en el mar. Me la pasaba bien con el y definitivamente hoy fue un dis totalmente diferente. Llegamos a la casa ya casi cuando oscurecía. Rápidamente tome rumbo hacia las escaleras, pero su mano me detuvo.

-No me había dado cuenta que con lo que llevas puesto, se transparenta todo.- aquella voz se volvía de nuevo ronca y sus pupilas se volvieron a dilatar.

-Es lo único que alcancé a ponerme, deja tu mente sucia y deja ir a bañarme. Tengo mucho frío.- conteste mientras el me estrechaba en sus brazos.

-El frio no lo podemos quitar juntos, ¿no quieres?- pregunto mientras volvía a mirarme con lujuria y besarme.

-Tu te lo puedes quitar por tu cuenta.- con eso ultimo lo deje al pie de las escaleras y me fui hacia nuestra recámara.

Me quite la bata mojada que era lo único que llevaba puesto y me di una ducha. Puse el agua lo mas caliente que pude y me metí bajo el chorro, me relajé al instante al sentir el agua sobre mi. Mentiría si diría que eso que paso entre mi marido y yo no me gusto, Dios lo había disfrutado tanto. Aún sentía cosquillas sobre toda mi piel, mis labios sentían su ausencia. Me trato con tanta delicadeza, amor, como si fuera a romperme. Sonreí mientras recordaba todo lo sucedido. Simplemente era mágico todo esto.

Después de unos quince minutos relajantes en la ducha, decidí que ya era tiempo de salir. Me coloque una pijama casual y cómoda. Prácticamente todo lo que llevaba puesto, mi madre y suegra lo había escogido. Ropa simplemente corta y algo provocadora. Salí del baño y me encontré a Christian ya acostado en la cama y con algunos aperitivos. Palomitas, papas, refrescos y una pizza que no se de donde diantres la había sacado.

-Hermosa.- fue hasta mi alcancé y me guio hacia la cama.- Esta tarde la pasáremos juntos viendo películas.- me guiño un ojo y ya cuando ambos estuvimos recostados, me abrazo por los hombros. Puso la película y yo lo miré.

-Gracias, gracias por todo.- le di un beso en la mejilla y miré hacia la televisión. Agarré un puño de palomitas en mis manos y empecé a entretenerme en la película. Era una de comedia, por lo tanto desde un inició no pare de reírme.

Sentía la mirada de él cada cierto tiempo, pero yo me hacía como la que no me daba cuenta. Sin duda nos estábamos llevando mejor de lo que podía imaginar. Terminamos con toda la comida que el había traído para esa tarde noche. Sin saber en que momento, caí profundamente dormida a su lado.

Soñé con él, con sus ojos color azul como el cielo. Siendo un matrimonio feliz y disfrutándonos mutuamente.

Desperté al dia siguiente por los llamados que Christian me estaba haciendo. Suspiré un poco disgustada y me senté en la cama.

-¿Qué pasa?- pregunté tallándome los ojos.

-Llego Lucia, te esta esperando abajo.- noté que estaba un poco nervioso.

Era demasiado temprano como para tener que lidiar con Lucia, una persona no tan agradable para mi.

-Dile que en un momento bajo.-me puse mis sandalias y el me miro con duda. Sin ningún remedio bajo y yo me metí al baño a hacer algunas de mis necesidades. Acomodé un poco mi cabello y sin importarme en bajar asi en pijama, salí de la habitación.

Bajando las escaleras di un bostezo. Definitivamente me moría de sueño y eso que habíamos dormido la noche anterior temprano. Sentía una leve molestia entre mis piernas, pero supongo era normal.

Abrí la puerta del salón y lo que vi fue algo que simplemente no esperaba y no creía. Empecé a sentir como la furia viajaba por todo mi cuerpo.

-¿¡Se puede saber qué esta pasando aquí!?-grité lo suficientemente fuerte para que ambos se separarán.

-Besando a tu marido, siempre me ha gustado y yo solo me juntaba contigo para conquistar a Christian.- mis ojos se estaban llenando de lágrimas, mientras los veía a ambos y más a él sin poder creerlo.

-Eres una cínica, no puedo creer lo que haz hecho. Mejor dicho, lo que me han hecho.- las lágrimas sin poder evitarlo dieron su recorrido por mis mejillas, me dolía saber que Christian me estaba haciendo esto. Quería parecer fuerte, pero no era mucho mi fuerte. Me estaba debilitando.

-Puedo explicarlo, Jessica, amor....-rogó mirándome con súplica, esperando que yo lo escuchará.

-No me interesan tus explicaciones. Ahora mismo lo que paso entre nosotros me da....-ni siquiera podía hablar a causa del llanto, estaba descontrolada.-Los dos son unos verdaderos hipócritas que saben actuar perfectamente bien. Ya me cansé de aguantar todo, me cansé de ti.- lo señalé a él y la miré a ella. Solo me miraba con burla y disfrutando el espectáculo.-No los quiero volver a ver en mi vida.- terminé de decir eso furiosa, hipeando a causa del llanto. Sin esperar a que reaccionarán, los deje ahí.

Subí nuevamente las escaleras y empecé a empacar mis cosas. No puede ser posible que haya sido una idiota. Nunca me di cuenta de la intenciones de ambos. Mientras empacaba, las lágrimas no paraban de brotar. Me había encerrado con llave en la habitación y solo podía escuchar los gritos de Christian desde afuera.

No iba a permitir mas humillaciones, ya no. Terminé de empacar lo más rápido que pude, pedí un taxi y mientras llegaba, tome una hoja de papel y escribí una nota para el.

"No puedo creer lo que me acabas de hacer. Siempre creí en ti y jamás pensé que pudieras lastimarme de esta forma. Pero en esta vida ya no se puede fiar de nadie. No quiero que me vuelvas a buscar, olvida lo que paso y de que existo. Bórrame de tu vida, aunque no creo que te cueste trabajo. En unos días le diré a mi padre del divorcio. Ahora mismo lo que siento es mucha tristeza y rencor hacia ti."

Adiós. Jessica.

Sentía que en cualquier momento Christian tiraría la puerta, la habitación donde le encontraba se comunicaba a otra donde podía salirme sin que el se diera cuenta. Tomé la maleta entre mis manos y salí de aquella casa. El taxi ya me estaba esperando, me ayudo a subir el equipaje y me llevo hacia el aeropuerto. Compré un boleto para volver a casa y espere pacientemente a que me llamarán para abordar.

Pensé que todo esto iba a ser diferente, que íbamos a hacer hasta lo imposible para logar ser felices, pero me equivoque. Las lágrimas no dejaban de salir, era como si no hubiera llorado en años.

"Pasajeros del vuelo numero siete, favor de abordarlo."

Escuché por los altavoces del aeropuerto. Tome mi bolso y me puse de pie. Fui a la sala y entregué lo necesario. Subí al avión y me acomode en un lugar alejado de todos.

Mire hacia la ventana y respiré profundo. Tenía que tranquilizarme. Voy a empezar desde cero, lejos de esas personas que me hicieron daño.

Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora