Matrimonio a cambio de Dinero I ©

Capítulo 40.

-Entonces, ¿Sí me das una segunda oportunidad? -me colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-No -respondí en un susurro, cerrando por un momento los ojos.

-¿Por qué? -Christian me miraba confundido.

Tomé asiento en un sofá que estaba ahí y Christian hizo lo mismo que yo, tomé una respiración profunda y hablé-. No es fácil Christian, ¿Sabes lo que sufrí cuando te fuiste? -preunté mirando mis manos-, pasé por muchas cosas. Llos días en que Matt se ponía enfermo y yo no sabía qué hacer, aprendí a bañarlo, a cambiarle los pañales. Vi su primer sonrisa, escuché por primera vez su risa y, lo que más me conmovió fue oírlo decir su primera palabra -levanté la mirada y Christian me miraba con desconcierto-. Su primera palabra fue "Papá" comenté, recordando aquel momento.

Flashback.

-A ver cariño, di mamá -dije despacio para que mi hijo lograra entenderme.

-Mo..no -reí y negué con la cabeza-. No, mi amor, "Mamá" -separé las palabras para que lograra decirlo.

-Papá -mi niño me miraba dulcemente y con sus ojos azules como el mar, me quedé pensando durante un rato. Cómo quisiera que Christian estuviera aquí para oírlo-. Muy bien mi amor -le aplaudí y empecé a darle besos por toda su cara.

-¿Qué palabra dijo? -Christian me sacó de mis pensamientos.

-"Papá" –susurré-. Christian, tuve que salir adelante por mí misma, aprendí a valorar las cosas, tuve el apoyo de mis padres pero, no es lo mismo -expresé con sinceridad-. Te perdiste tantas cosas durante estos tres años, después de ese día ya no me volviste a llamar, no vi interés en ti y eso es lo que más me duele -intenté mirar hacia otro lado, no quiero que Christian me vea llorar.

-Sé que fue difícil -se posicionó delante de mí y tomó mi mentón con sus dedos-, Y no sabes cuánto lo siento. Quise darte tu espacio para que pensaras, cambié, juro no ser el mismo de antes. El cambio lo veo Jessica, me arrepiento tanto de irme y de perderme tantos momentos maravillosos de nuestro hijo, no quería que mi hijo conociera así a su padre, siendo un idiota, cambié por los dos....aunque ahora me digas que no, yo lo seguiré intentando – besó mis labios cortamente y tomó mi mano para ponerme de pie.

Salimos de aquella casa que aún no sabía de quien era, subimos al auto y Christian lo encendió, prendió la radio y todo el camino fue en silencio, cada quien en sus pensamientos.

No sé si hacía bien decirle que no pero, para mí no fue fácil todo lo que viví, sé que él también paso por cosas difíciles y que también yo debí llamarlo; sin embargo, tenía una ligera esperanza de que él lo hiciera.

-Llegamos -Christian aparcó delante de mi casa, desabroché el cinturón y abrí la puerta.

-Gracias por la foto, fue muy lindo detalle de tu parte y gracias también por intentarlo -besé su mejilla y me bajé del auto.

-Gracias a ti por permitirme entrar de nuevo a tu vida -sonreí y cerré la puerta.

Entré sin hacer mucho ruido, eran las seis de la mañana pero aún mi chiquitín dormía... tenía esa ventaja, yo podía dormir hasta tarde y él también lo hacía, cuando yo me despertaba el también, así que era mucho más fácil.

Entré a mi habitación y me cambié por mi pijama, me acosté en mi cama y de inmediato caí en brazos de Morfeo.

-Despierta mami -oía esa dulce voz a lo lejos-. Despierta -abrí un ojo y vi a Matt a un lado mío con una tierna sonrisa.

-Buenos días cariño -me estiré en la cama y le di un beso en la mejilla.

-¿Podemos desayunar galletas de chocolate? -preguntó con sus ojos brillosos.

-Sí pero, antes debes comer fruta y jugo -Matt asintió feliz y salió de mi recamara dando saltos, me levanté y tome mi celular.

Un mensaje de Marck.

"Hola preciosa, ¿Podemos quedar para desayunar? Quiero conocer al adorable Matt"

Sonreí y de inmediato contesté.

"Claro, te veo en el restaurante favorito de Beatriz en 20 minutos"

Dejé mi celular en la mesita de noche y fui a darme una ducha, después de eso me coloqué algo simple pero lindo, tomé mi bolso y dinero, bajé las escaleras.

-Matt, vamos -lo tomé de la mano y fuimos caminando las dos cuadras donde se encontraba el restaurante favorito de Beatriz, llegamos y busqué con la mirada a Marck.

-Aquí estoy -susurró alguien en mi oído.

Di un brinco del susto y le pegué en el pecho-. Estás loco, casi me da un infarto -bromeé.

Soltó un carcajada y nos sentamos en una mesa que nos daba una magnífica vista.

-Así que éste pequeño, es tu hijo -dijo revolviendo el cabello de Matt.

-Sí, así es -sonreí y di un sorbo a mi bebida.

-Es idéntico a ti -me miró a los ojos y yo miré con cariño a Matt.

-No, es idéntico a su padre.

-Tú, ¿Eres amigo de mi mamá? -preguntó Matt mientras le daba un sorbo a su jugo.

-Sí, somos muy buenos amigos, pequeñín -sonrió

El almuerzo paso entre bromas de parte de Marck, a mi hijo le cayó muy bien. Marck me contó que había conocido a una chica llamada Angélica y que fue amor a primera vista, están planeando su boda.

-Qué dices, ¿Quieren ser los padrinos de anillos? -preguntó Marck refiriéndose a Christian y a mí.

Antes de que pudiera contestar, una voz me interrumpió.

-¿Jessica? ¿Matt? -preguntaron a nuestras espaldas.