[ Mala Fama ] (GoldFred)

[🖤 19 🤍]

     Ahora mismo estaban en el salón de clases, desde el domingo Fred andaba muy coqueto, ya casi cumplían cinco meses de conocerse y aún no eran novios o algo más fuerte, sin embargo su relación había crecido bastante. Eran muy cercanos y personalmente le tenía un apego especial, quitando ese sentido de lado lo había sentido muy intenso en estos días, insinuaciones que iban desde palabras con doble sentido hasta caricias disimuladas, en una ocasión iba con sus amigos a comer y sintió que alguien le dio una nalgada, nada más que el chico azabache.    

    Al principio le pidió que se detuviera y lo hizo por un rato pero después volvía a insinuar cosas muy subidas de tono para luego hacerse el inocente, poco a poco se acostumbro a algunas frases que usaba para sus chistes en doble sentido, aún así, si estaba incómodo lo apartaba pero a la vez sentia la necesidad de no hacerlo y continuar la situación que a veces se volvía intensa. Cómo ahora, Gold estaba en los baños en el lavabo lavándose, y Fred llegó de repente fingiendo asistir al santario y arrepintiendo se a la mitad, para ir donde el y mirar su reflejo y hacer preguntas raras.

— Cuando estoy muy feliz mi cuerpo siente un cosquilleo... Que necesito calmar — sonrio— Y luego me gusta que mi pareja me abrace y me haga sentir especial... Sobre todo si tiene brazos —abrazo su bicep— Tan fuertes... Dan más calor —

— Supongo... —

— ¿Alguna vez has sentido esa sensación? —quería invitarlo a la charla.

— Tengo una gatita, se llama Kitty... Mi prima Joy tiene una gata que dio a luz a 5 gatitos, entonces mi tía no quiere tantos gatos en casa, por lo que decidió regalarme una... Yo no le puse nombre pero no sé me ocurre otro... Entonces mañana la llevaré al veterinario del centro comercial. ¿Quieres venir conmigo? —tenia esos planes y era una buena cobertura para no responder a lo que le dijo Fred, solo lo evitaba un poco.

— Oh... Si si, me gustan los gatitos, te ayudaré con un nombre cuando la vea. ¿Y a que hora iríamos? —sonrio, la invitación le era grata.

— Tengo un evento antes por lo que estaría allí a las 4 de la tarde —miro los ojos del azabache, no sabía que tenía su mirada que siempre que se veían quedaba enganchado a esos ojos— Espero no tengas ningún inconveniente por la hora y el lugar —

— Para nada, para ti siempre estoy libre bebé —recargo su mejilla en el hombro del contrario— Me gusta que salgamos juntos así y... Que me hagas parte de tu vida — era como si la calentura se le bajara rápido— ¿Que clase de gatito es? —

— Tiene un mes y medio y es un gato de angora —con timidez acercó su mano para acariciar su cabello— Es para verificar que esté en perfecto estado —

— ¿Te gustan mucho los animales, verdad? —

— Si, tengo muchos en mi casa... A mi mamá le gustaban las aves así que cuando ella murió mi papá siguió cuidando su cúpula y también tengo un tigre —Fred se apartó rapidamente— ¿No te gustan? —

— No cualquiera tiene tigres Gold, no lo digas como si fuera cualquier cosa —rio.

    Continuaron platicando, era un buen día para congeniar un poco con varios temas y uno que otro coqueteo del chico que no le molestaba y nunca venía mal porque era de su agrado estar así con el.

     Más tarde, Fred corrió a su casa para aplicar una técnica que nunca había hecho, quería juguetear un poco con Gold así que tenía una sucia idea en mente, en su computadora busco cómo hacerlo, tendría que hacerlo en la mañana temprano y darle el control al albino, solo esperaba que no se asustara o acabaría todo mal.

    Al día siguiente, Gold salió primero con sus amigos a una zona especial donde participaron, parecía una fiesta ya que había muchas luces y sonido fuerte, acabó el evento cerca de las tres y media de la tarde, salió con sus mejores amigos quien iban comentando cosas del evento y alardeando de lo que ocurrió, es que simplemente su amigo era bueno en lo que hacía. Cuando el albino cayó en cuenta que era tarde, recordó que aún no pasaba por la gatita.