[ Mala Fama ] (GoldFred)

[🖤 16 🤍]

— ¡Ya llegamos! —

    Los padres Fazbear entraron al hogar encontrándose con la sala vacía, Frank paro la oreja tratando de oír algo fuera de lo común pero no había nada raro, dejo las bolsas en la mesa y fue al segundo piso encontrando su puerta del azabache cerrada, la abrió sin preguntar, al hacerlo observó un escenario tierno, el invitado estaba acostado en la cama completamente dormido mientras Fred lo miraba como tonto, tenía una sonrisa en su rostro, se veía muy feliz de solo tenerlo a su lado.

— Fred —se acercó mas— Despierta a tu amigo y bajen a cenar, ya trajimos la comida —

—No quiero despertarlo —acerco con cuidado su mano hasta su mejilla, acariciando suavemente— Se ve tan lindo cuando duerme... ¿Puede quedarme lo? —

— No, no puedes —sonrio divertido por su comentario— Iré a arreglar la mesa junto a tu mamá y los quiero abajo en unos minutos o volveré por ustedes —se dirigió a la puerta y antes de irse escucho la voz de su hijo llamarle.

— ¿Puede quedarse a dormir? —

— Si tiene permiso de su familia, si puede... Pero ya sabes que su padre o madre deben contactarse conmigo —despues de eso se retiro.

   Fred sonrió, podría dormir con su chico, eso era genial, bueno primero debía asegurar que le dejarán pero no creía que le dijeran que no, admiro un poco sus facciones, sus cabellos rebeldes que terminaban en su cara y daban un toque lindo y sexy. Quería seguir apresiando sus bellos rasgos, sin embargo debía despertarlo para bajar. Lo sacudió un poco, obteniendo solo quejidos por su acción.

— Gold, bebe —beso su mejilla— Levántate... Mis papás llegaron —lo sacudió de nuevo— No seas flojo, levántate bello durmiente —

    Finalmente logro despertarlo obteniendo un bostezo de su parte, se veía cansado todavía, tal vez ni se dio cuenta cuando se durmió, la cuestión es que tuvo un intenso entrenamiento y después de esos días solía dormir gran parte del día, por un poco de trabajo no había podido dormir bien así que estaba bastante agotado. Miro a su alrededor, volviendo a su espacio se dio cuenta que estaba en casa de Fred, con su manga limpio un hilo de saliva que escurrió por su labio, se acomodo en el colchón para levantarse.

— Mis padres quieren que bajes a comer —acaricio su hombro— Y... ¿Te puedes quedar a dormir? Por favor. Mi papá ya dijo que si y a mi mamá no le molesta —

— Tengo que preguntarle a mi papá —bostezo de nuevo.

— Oh si, mi papá siempre habla con los padres de mis invitados por seguridad. Así que te mando el número y le dices a tu papá —

— Está bien esta bien... Dame un segundo —tomo su teléfono e hizo la llamada— Hola padre... Sigo en casa de Fred —guardo silencio mientras escuchaba su respuesta— Si lo se, no me percate del tiempo pero... ¿Puedo quedarme a dormir aquí? —otro silencio— Si, si le dieron permiso... Okey... Ah padre, dice Fred que tienes que hablarle a su padre para asegurar que tengo permiso... Si... Te paso el número en cuanto lo tenga —colgo la llamada y Gold recibió el contacto para luego reenviarlo— Me dieron permiso —

— ¿Porque le hablas de usted? —se sento sobre sus piernas— Suena muy formal... Pero me alegra que te quedes —

— Es una costumbre... No siempre lo hago —alzo ambos hombros restándole importancia— Pero ya deben estar esperando. Vamos —

— Sip —se levantó acariciando su mano— Gold —tomo su brazo apegándose a él— Me gustas tanto — le mando un besito al estirar sus labios al aire.

    El albino se sonrojo, eran muestras de cariño tan lindas, le gustaba este chico, ya no tenía dudas de ello ni de muchas cosas, estaba feliz y emocionado para dar el siguiente paso pero le gustaría primero conocerlo medianamente antes de seguir. Ya llevaban casi cuatro meses desde que se conocían y decidieron salir. Era un salto de tiempo muy amplio, además, también quería que su papá lo conociera. Suspiro, estaba algo nervioso, vago un poco por las preguntas de Fred, si quería tocarlo. Ya lo tocaba, no de formas atrevidas pero había contacto físico y eso era mucho. Tenía algo de nervios al pensar en tener sexo, pero no sería el caso por ahora, le gustaba más pensar en una relación bonita. Así que al bajar tomaron sus lugares mientras los padres les acompañaban.