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    Para obtener privacidad fueron al árbol donde habían pasado cosas entre ellos. El punto es que Fred estaba sobre el regazo del mayor abrazándolo mientras lloraba con fuerza, Gold tan solo se limito a escucharlo y acariciar su cabeza mientras lo dejaba sacar toda su frustración.

— ¡Tenía tanto miedo! —pronuncio entre lagrimas— Verla en la cama... Estaba... Estaba... Casi muerta —lo abrazo aún más fuerte— Quería... Quería que no muriese —

— Tranquilo —palmeo su cabeza— Ella está bien ahora... Seguro que le hizo feliz verte ahí, apoyándola y dando tu ánimo —

— Yo... No se que hubiera hecho si ella moría —Gold sentía su camisa empapada en lagrimas— Gracias... Gracias por ayudarme a verla —gimoteo— Perdón... Perdón... —

— No te disculpes, está bien... No llores, tu abuelita está bien, tú estás bien y aquí conmigo... Eso es suficiente para mí —

— Debí hablarte —se apartó un momento— Tu estabas preocupado por mi y yo... Yo no me comunique. Perdón... Solo no quería que me vieras así —limpio sus lágrimas con la manga de su suéter negro— Pero aún así quería verte... Quería hablarte, pero tenía que salir ese gilipollas de la nada y tirar mi teléfono... Y no me acordé del número —

— Fred —tomo sus dos manos apartando las de su rostro— Está bien, no estoy molesto contigo —

— Deberías —gimoteo.

— A veces no queremos hablar con ciertas personas, lo entiendo... No querías preocuparme más. Yo no estoy enojado, estoy feliz de que estés aquí. Y hay otras veces que pasan cosas, y yo sabía de ti por Freddy y Golden, eso me mantuvo tranquilo —lo jalo nuevamente para abrazarlo— Y tu abuelita está bien... Y tú estás bien, eso es suficiente —

    Minutos más tarde lo mantuvo abrazado tratando de unir ese corazón destrozado y tan estresado por todos los eventos que ocurrieron de la nada, estuvo llorando y llorando hasta que se dejó de escuchar su lamento, esto era debido a que se quedó dormido, no había descansado casi nada así que era muy lógico que sintiéndose seguro pudiera al fin dormir tranquilo.  Era difícil y lo entendía, Gold solo pensaba en el proceso que el paso por su madre, el funeral y todo lo que pasó, agradecía a dios que esa mujer siguiera viva y compartiendo con su nieto favorito.

   Termino por llevarlo cargando al salón de clases, solo sería esta ocasión por lo que había pasado, le explicó a Deuz quién era el que estaba a su lado usualmente, acerca de la abuela del azabache y que estaba mal; no quiso pero empatizo con lo que le dijo y accedió a dejarle su lugar ese día. Lo recargo en la mesa para que no se cayera de espaldas, al poco rato despertó y aún cuando le dijo que durmiera otro poco, no pudo hacerlo, así que solo miro a Gold tomar nota de la clase. Durante una explicación el albino recargo su cabeza en la banca mirando a Fred, intento subirle el ánimo, le acariciaba la cara o picaba su nariz, incluso le hizo dibujitos extraños que sacaban ligeras sonrisas al chico, en agradecimiento este besaba su nariz o boca brevemente.

— Me gusta que seas así de atento conmigo —murmuro.

— Porque... Me importas —iba a decir "gustas" pero eso fue lo que salió.

    Fred sonrió y se notó un tono carmín en sus mejillas. A pesar de ambos andar en su mundo, el mayor estaba pendiente por si alguien les hablaba o si querían molestar en ese momento, la mayoría de la escuela ya sabía que salían y suponían muchos que eran novios así que tampoco era tan problemático. En teoría los besos estaban prohibidos pero no es que respetarán esa regla.

— ¿Me extrañas te? —Fred deslizó su mano bajo la mesa hasta tomar la ajena.

— Si —

[ Mala Fama ] (GoldFred)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora