Desesperación

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Grell se encontraba en su oficina junto a su hija, la cual dormía tranquilamente en los brazos de su madre.

La pelirroja hacia su papeleo, quería distraerse de todos los problemas que atormentaban su mente, en especial William, le había costado tanto recuperarlo, ¿Porqué el mundo le daba la espalda en un momento como ese? Ella no quería estar sola por siempre.
¿Y si William se enamoraba de alguien más? Le partiría el alma a Grell, no podría soportar ver al hombre que amaba desde hace más de un siglo con cualquier otra persona.

Suspiró y dejó caer su cabeza sobre todos sus papeles, comenzó a llorar nuevamente, en silencio, no quería despertar a su hija, alzó la mirada al escuchar la puerta de su oficina abriéndose.

— ¿Eric? — Sobó sus ojos rápidamente, se mordió el labio y miró a otro lado.
— ¿Qué haces aquí..? —

— Ya se lo que le pasó a Spears, todos hablan de eso allá afuera, quería preguntarte cómo estabas — suspiró, tomando asiento cerca de su amiga — Ya sabes.. —

— ¡Obviamente estoy mal idiota! ¡¿Acaso no lo ves?! — le jaló el cabello y Bufó — no puedo creerlo.. es estúpido..  todo esto—

— ¡Oye! — suspiró y cruzó ambos brazos — Cómo sea, sabes que puedes confiar en mi para lo que sea, soy como el tío de tu bebé a este punto —

— No eres su tío, ella tiene un tío real.. en alguna parte del mundo — frunció el seño — Debería llamarlo.. necesito pasar más tiempo con William..  quizás así me recuerde — rápidamente agarró una vieja libreta, habían varios números y una que otra cosa distinta.

— ¿Qué demonios? — Eric le miró confundido — Pensé que lo de tu hermano era una mentira —

— No me gusta molestarlo, vive en Francia — suspiró — ahora sal de aquí, tengo que hacer una llamada —

— Cómo sea, por cierto.. En la noche iremos al bar de siempre, con Ronald, sabes que a Alan no le gustan esos lugares, necesitas divertirte un poco roja, como en los viejos tiempos — le guiñó un ojo y salio del lugar.

Grell rió levemente, aquella pequeña conversación le había alegrado el día, un poco nada más, aún seguía dolida, suspiró y marcó el número de su hermano, estaba nerviosa, habían pasado años desde que se había contactado con su propia familia.

Librería del despacho francés, ¿Quién es? — se escuchó una voz un poco seria, luego una exhalación.

— ¿Ethan? Soy yo.. Grell —  rió nerviosamente mientras jugaba con su cabello.

¡¿Grell?! ¿Acaso es una broma de mal gusto? —

— No no, claro que no, soy yo, de verdad, tu.. hermana.. han pasado muchas cosas, necesito tu ayuda —

Ambos se quedaron hablando por más de una hora, obviamente Grell tuvo que contarle todos los detalles de su vida a Ethan, el cual claramente estaba sorprendido, jamás pensó que su hermana llegase a tener hijos, después de todo lo que pasó en sus vidas pasadas.

El mayor prometió que al siguiente día llegaría a Londres, haría cualquier cosa para cuidar y ayudar a su hermana y sobrina, le emocionaba conocerla.

.....

Ya era de noche, Grell dejó a Kenia en cuidados de Othello, sabía muy bien que el peliverde era lo suficientemente responsable para cuidar se su hija, ella quería relajarse por unas horas, el pensamiento de William dejándola la atormentaba cada que aparecía en su mente.

¿Bebé? -GRELLIAM-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora