¿Bebé? -GRELLIAM-

Octavo mes

Síntomas: torpeza, cansancio, falsas contracciones, dificultad para respirar e incomodidad.

El pelirrojo estaba mucho más tranquilo, definitivamente había sido una buena idea tomarse aquel mes libre, se lo merecía.
Ese día iría a comprar algunas cosas para cuando su pequeña llegara al mundo; estaba dentro de una tienda con cosas para infantes y bebés, Grell miraba hacía todos lados bastante emocionado, tenía muchas cosas en mente para su bebé.

— Estos vestidos rojos te quedarán perfectos — Sonrió tomando la ropa y poniéndola en su carrito de compras.

Tomó un sin fin de cosas, probablemente más de la mitad eran innecesarias, pero eran lindas, así que lo valía y mucho. Fue hasta la cajera para poder pagar, todo iba normal, al momento de pasar su tarjeta esta no respondía.

— Lo siento señorita — La chica continuaba pasando la tarjeta — Parece que no hay nada en su cuenta —

— Eso es imposible, se ahorrar bien mi dinero, esa máquina está mal — Cruzó los brazos estresado.

— Vere que puedo hacer — le devolvió la tarjeta y fue hasta otro lado de la tienda.

Grell suspiró pesadamente y se puso a pensar qué cosas había comprado en ese mes, abrió los ojos aún más.

— Es cierto... Compre comida de más ¡maldita sea! — contuvo su grito y apretó los puños — Ahora qué haré.. podría escapar ahora de la tienda — miró la salida por un momento.

Ahí encontró a William, con algunas bolsas de mercado, trato de esconderse pero fue tarde, el pelinegro logró verlo y se acercó a el, parece que su ojo ya había sanado, no tenía el parche.

— ¿Grell, qué haces aquí? — Le preguntó con algo de interés.

— Venía a comprar cosas para la bebé.. pero.. esa máquina rechazó mi tarjeta y me di cuenta que casi no tengo dinero para pagar todo — suspiró algo triste.

Will miró hacía las compras del pelirrojo, vio que la cajera volvía a su puesto, fue donde ella y sacó su billetera.

— ¿Esto es suficiente? — Comenzó a contar los billetes.

— Si señor — sonrió amablemente y empacó todas las cosas en bolsas que luego le entregó al pelinegro — Gracias por su compra —

— Will.. — Grell le miró bastante sorprendido.

— Solo fue un detalle, te ayudaré a llevar esto — tomo las bolsas, de verdad el era bastante fuerte, hacía suspirar a Grell como siempre.

Ambos salieron del local, el pelirrojo aún seguía sorprendido por como William lo trataba, era tan caballeroso y gentil, aún estaba alerta ante el más mínimo cambio en el.

Por un momento se distrajo viendo una tienda de helados, se quedó pasmado viendo la cantidad de sabores, se antojó, pero no tenía dinero, así que con tristeza apartó su mirada.

— ¿Quieres un helado? — Miró al contrario.

— No, solo echaba un vistazo — suspiró.

— Puedo comprarte uno si quieres — Estaba decidido a seguir insistiendo.

— William, es encerio, no es necesario — se sonrojó levemente y jugó con un mechón de su cabello.

— ¿Quieres uno de fresa? — Fue caminando hacia la tienda.

— Bueno.. — hizo un leve puchero, William le entregó el cono, este sonrió y comenzó a comerlo — ¡Gracias Wiruu! —

— No hay de que — Volvió a agarrar todas las bolsas.

Grell se quedó boquiabierto, los músculos de los brazos del pelinegro se marcaron aún más cuando levantó todas esas bolsas, era fuerte después de todo, tragó en seco y continuó tomando su helado, acariciando su vientre, sentía un leve dolor, pero su doctor le había dicho que por ese mes sería normal.

....

— Gracias por ayudarme con el cuarto, quedó muy lindo — sonrió.

William había pintado las paredes del cuarto de la bebé, además de arreglar la cuna y otros instrumentos para el cuidado de la niña.

— Es lo mínimo que puedo hacer — suspiró y secó el sudor de su frente.

— Puedes ir a bañarte si quieres, haré la cena — Grell le dio una pequeña mirada con amor.

— No tienes porque.. — fue interrumpido por el carmín.

— Hazlo — fue hasta la cocina para comenzar a cocinar, William fue directo al baño.

Después de ducharse y comer, se quedó hablado con Grell por un rato más, William aún no estaba seguro si eso era lo que él deseaba, pero al mismo tiempo sentía la necesidad de cuidar y proteger a su alocado pelirrojo y a esa niña que aún seguía dentro suyo ¿los amaba? Probablemente, era un amor incondicional, su madre en vida alguna vez le habrá dicho cuando pequeño "El día que tengas hijos entenderás lo que es amar realmente" Aún no entendía aquella frase, pero siempre rondaba por su mente, era cierto que independientemente de cómo fuera un hijo, tendría que amarlo si o si, después de todo era sangre de su sangre.

✨✨✨

Uffas ya casi les llega su china 😳 pero bueno...

Estuve muy desaparecida estas semanas en general con todas mis historias, pero no tenía inspiración y estaba ocupada con ciertas cosas xd

Pensando nada más

-SaikoSensei_