Capítulo 18

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Me toma entre sus brazos y me obliga a saltar sobre él, lo que la verdad no tiene que dar mucho rodeo para conseguir.

Empieza a caminar en dirección a lo profundo del mal, mientras me abraza con fuerza.

- ¿recuerdas el día que estuvimos en la playa?- pregunto con media sonrisa.

Que recuerdos.

Asiente y me devuelve la sonrisa.

- estabas muy linda ese día, ángel- dice observando detalladamente mis ojos. Pareciera que busca algo en toda la extensión de mi rostro, pero dudo que se trate de eso.

- ¿por qué me miras así?- digo alejandome un poco de él.

Ríe.

- recordé lo mucho que quería besarte ese día- me toma por la nuca y me atrae más cerca suyo, para empezar a besarme nuevamente.

Trato de bajar de encima suyo, pero al dejar caer mis piernas no encuentro el suelo. Al parecer nos adentramos mucho al interior del mar y yo ni siquiera me percaté.

Pataleo asustada y suelto un grito.

Rápidamente me abrazo a Hades, lo que al parecer es la cosa más graciosa del mundo, ya que él aún no para de burlarse de lo sucedido.

- no te rías- digo golpeando su brazo.

- no fue coincidencia que te trajera hasta aquí- dice sonriendo- estás en mis manos- ríe en forma burlona, a lo que yo ruedo los ojos- no vas a poder separarte de mi- en su tono coqueto noto que está jugando... pero vaya que me lo tomé de otra manera.

Lo tomo del cuello y lo atraigo con fuerza hacia mi.

Tomo su labio inferior entre los míos y lo muerdo, tiene los labios tan carnosos que te da deseo de comerlos a mordidas.

- me encantas- dice separándose un poco de mis labios, a lo que yo vuelvo a atrapar sus labios entre los míos y continuar besandolo.

Con una de sus manos, que reposaba en mi espalda baja, la dirige a mi feminidad, la cual acaricia lentamente por encima de las bragas.

La sensación es más placentera de lo común y el agua parece potencializar el placer.

No puedo evitar gemir en su boca. Dejo caer la cabeza en su hombro y mi respiración se escucha forzosa, como si no pudiese respirar bien.

Con sus dedos busca el borde superior de mis bragas y ya sé a donde se dirige.
Lo abrazo con fuerza al sentir como entra uno de sus dedos en mi.

- siempre he querido hacerte el amor en el mar- susurra en mi oído.

Beso la comisura de sus labios.

Trae una mirada oscura, puedo notar como claramente está excitado y no solo por el bulto en su bóxer.

Nunca pensé desear tanto a alguien.

- soy tuya- nuestros labios rozan mientras le hablo.

Adentra otro de sus dedos en mi y empieza a besarme de nuevo. Mueve sus dedos de forma lenta en un ritmo agonizante, que la verdad me trae loca.

Empieza a mover sus dedos más rápido y prácticamente me obliga a mover mis caderas en conjunto con sus dedos, la sensación es demasiado placentera.

Dejo caer la frente en su mentón, disfrutando la sensación. Aparta sus dedos de repente y yo protesto al instante.

Se ríe al ver que me quejo por la ausencia de sus dedos.

- tranquila ángel- dice acercando una de sus manos a su miembro, el cuál saca del bóxer y siento rozar en mi feminidad.

Mi Angel © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora