LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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XVIII
Después de la cafetería, volví nuevamente a mi habitación.
No voy a mentir que la jaqueca que tenía me estaba martirizando, pero seguí al pie de la letra los consejos de mi doctor sexy.
Cada vez que lo veía, me agarraba el síndrome de la bata blanca, pero en el mal sentido... ya que con él todo el tiempo quería estar enferma.
Eso es enfermizo, Jane.
Ya cállate el hocico conciencia, no estoy para reproches.
Al abrir la puerta de mi habitación, me encontré con un caos y no pude evitar soltar una risita.
Chloe y Axel estaban acostados en el sofá, uno encima del otro.
Mientras que la diablilla de Sara, estaba semidesnuda con una botella de vodka al lado y encima de ella estaba el cuerpo—igual de inerte—del preceptor de introducción.
«Al parecer, yo no fui la única que tuvo una alocada noche»
Aunque, a decir verdad, nos merecíamos esa noche. Después de haber aprobado y ser parte de la carrera, formalmente.
Pensar en ese momento me recordó instintivamente a Ethan y su obsequio, lo que me hizo llevar mi mano a mi cuello y jugar con aquella cadena que tan especial se había vuelto para mí.
Como nadie estaba despierto y yo tenía un dolor de cabeza de la ostia, me tiré en la cama que, por suerte, estaba desocupada y me dispuse a dormir.
Me desperté cuando alguien llamaba a la puerta.
Mis amigos, aún inconscientes por la resaca que cargaban, balbuceaban incoherencias.
Yo que estaba un poco más lúcida, me levanté y me puse una pijama para ver si el que llamaba a la puerta era Ethan.
Al abrir la puerta, me sorprendí gratamente al encontrarme con una visita que jamás hubiera imaginado.
Eran mis amigos, April y Nathan.
—¡AHHHHHH! ¡Yo no puedo creer que estén aquí! — abracé a Nathan y a April a la vez.
—¡Sorpresa!, feliz Halloween—me dijo April mientras ojeaba el interior del apartamento. —Parece que ayer la pasaron muy bien.
—Más que eso—admití—no te das una idea todo lo que te tengo que contar.
✨2 horas más tarde y tres doritos después✨
—¡Qué!, ¡qué tú y el tontuelo de Collins son novios! —exclamó April en medio de la recepción.
—Shhh, baja la voz. Tratamos de mantener lo nuestro en secreto.
—Yo no lo puedo creer Jane, tú sí que estás loca. Bueno, ahora si tiene mi aprecio don Collins, porque formalizó. Pero a la primera que te haga daño, usaré todos mis conocimientos para matarlo y ocultar la evidencia para salir impune de mis actos —advirtió Nathan como el amigo abogado y sobreprotector que era.
