XXXV
Un año después de que la historia de amor se escribiera, estaba ahí. En el mismo lugar en donde todo comenzó.
El mismo aeropuerto en el que, exactamente un año atrás, tomaba un avión que me llevó directo hacia mi primer gran aventura universitaria: mi primer año.
Un verdadero deja vú. Y no como el que Olivia Rodrigo describe en su canción.
La historia se vuelve a reescribir: otra vez se asoma septiembre... otra vez la universidad.
Este deja vu me demostraba lo relativo y circunstancial que es el tiempo: el reloj no deja de avanzar, aunque las cosas permanezcan inalteradas con el correr de las agujas. Las personas crecemos y avanzamos, algunas cambiamos para bien o para mal, aunque, al final, todos escogemos el camino de retorno hacia el lugar que nos hizo felices.
Los sabios suelen decir que el tiempo transcurre de la misma forma, es decir, a la velocidad adecuada. En mi opinión, todo ocurrió tan deprisa que no he tenido la oportunidad de procesarlo de la forma correcta.
Para mi desgracia, en esta experiencia repetida hay algo que será diferente.
La persona que cambió mi vida en ese primer año ya no estará ahí. Ya no la veré en la cafetería o en el salón de clases, ya no me la cruzaré en la biblioteca o en el anfiteatro. Esta vez, seremos mis amigos y yo en una nueva travesía en busca de lograr el sueño de graduarnos para, algún día, volver a casa, volver a su lado.
Caminábamos de la mano y, detrás de nosotros, nos escoltaban mis padres y también April y Nathan.
Sin duda alguna, no habrá año en el que no odie pasar por esto... Nunca se hace más fácil, es igual de triste y doloroso. Odio y odiaré las despedidas.
—Cuídate. —April me apretujó con fuerza en un abrazo reparador de buenas vibras. —No hagas nada que yo no haría.
—Y como podría. Si para hacer estupideces estas tú. — La miré con los ojos cristalizados, pronto me derrumbaría en un llanto. Traté de disimular una sonrisa genuina. Sin embargo, la tristeza dominaba mi mente por completo.
—No te olvides de nosotros y come bien por favor. Has adelgazado, me preocupas. —El lado protector de Nathan salió a la luz para regañarme.
Lo abracé por sorpresa. No solíamos abrazarnos por ello se tensó. —Yo también te quiero Nathan.
—Oye, mi niña, prométeme que me llamaras y te cuidaras— Mi madre besó mis cachetes y los apretujaba como si fuera una niña de cinco años.
Es que tienes 3 años mentales
—Mamá, me estás lastimando— me aparté como pude. —Y si, obvio que te llamaré y me cuidaré...te preocupas demasiado, ¿ok?
—Eso mismo me dijiste el año pasado y casi te mueres. Con justas razones tengo todo el derecho de preocuparme todo lo que quiera de ahora en adelante. No puedes regañarme por ello.
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Érase una vez... Romeo Y Julieta© (+18)-✔️COMPLETA✔️
RomanceLIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS: Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina. Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...