LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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XVI
Viernes 31 de octubre. Por fin vería a mi sexy novio... es que después del lunes no lo vi en toda la semana y ya lo deseaba.
Incluso pensé, más de una vez, en tocarme, imaginándolo, pero no tuve el coraje para hacerlo.
Sin embargo, sabía que él se estaba conteniendo como yo; y que hoy me llevaría a la locura, ya que yo hice exactamente lo mismo el lunes. Lo había dejado con las ganas acumuladas. Así que, para recompensarme, él se tomó muy en serio el hecho de no verme en toda la semana.
Me costó bastante decidir el disfraz que usaría para el día de hoy, no quería ir de algo común y simple que sabría que todos tendrían. Fue entonces cuando pensé en nosotros y nuestro romance tan prohibido. Nosotros siendo los jodidos Romeo y Julieta de este siglo.
Fue así como lo supe y, sin acordar nada con mi novio, me vestí de Julieta...
Digamos que el vestido de ese siglo era algo caluroso, pero, como estábamos en pleno otoño, no me afectaba en absoluto.
Mi vestuario era un vestido largo y de corte medieval: ajustado en el escote hasta por debajo de los pechos y luego suelto hasta los pies. Tenía detalles de brillos y pasamanería en color dorado.
El color era verde. Lo elegí porque me recordaba a los ojos de mi desconocido... un verde esmeralda.
En mi cabeza descansaba una tiara y mi cabello estaba suelto, con unas ondas que había marcado con la buclera.
—¿De qué se supone que vas disfrazada?, ¿de princesa? — pregunta Chloe.
—Pues... algo así—no le quise decir de Julieta porque, si Ethan aparecía por ahí, entendería que él era mi romeo y, si bien dicha afirmación es cierta, a mí me gusta que esto que tenemos siga en secreto, al menos por ahora.
—¿Y el tuyo de que se trata? — la mire confundida, porque no entendía la idea de disfraz.
—Pues un zombie sería... era la idea al menos. — Estaba envuelta en vendaje blancos y con ropa rotosa. Al verla de esa forma, no podía contener la risa.
—¿Qué? ¿Qué es lo gracioso?
—Que más que un zombie pareces una momia.
Chloe me lanzó una mirada asesina para que parara de reírme a carcajadas. Tragué saliva y me quedé en silencio, mirándola. Una media sonrisa se dibujó en su rostro—discúlpeme su majestad, por no tener un disfraz acorde. — me dio un codazo en el brazo por el cual protesté.
Reímos a carcajadas hasta que Sara apareció con un sensual vestido rojo y tacones rojos. En su cabeza llevaba una vincha con los cuernos de un diablo.
