LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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—Hola, princesa de ojos azules— me carga en sus brazos como si fuera una novia recién casada.
—Hola, desconocido—le digo sonriendo como boba.
Ya se te esta haciendo costumbre sonreír como boba.
—¿Por qué me cargas así?—añadí—¿sabes que puedo caminar, no?
—¡Henderson! No arruines el momento.
—Vale, vale... ¿A dónde vamos?
—Un lugar especial. Ahora, ¿esa lengua tuya va a dejar hacer tantas preguntas o es necesario que la mantenga ocupada, robándote unos besos?
—No antojes.
Él me regala una sonrisa y me mira, como si se le fuera la vida mirándome.
No pregunté más, solo me limite a mirarlo, a admirarlo. Sus perfectos brazos musculosos cargándome y sus venas resaltando en sus manos... como me gustaba ver eso en él.
Sus ojos tan concentrados en el camino; esos ojos en los que solía perder toda noción de tiempo y lugar; y que eran mi principal debilidad.
Quería que ese momento fuera eterno. El poder apreciarle tan de cerca, el estar en sus brazos, me hacía sentir segura....solo me sentía segura con mis padres y mis amigos de toda la vida, pero nunca con un chico; era la primera vez. ¿Qué había hecho Collins conmigo?¿Por qué me hacía actuar y sentir de esta forma?
Repito, es la marca personal de Ethan Collins. Tiene efectos en ti que te hacen cambiar solo por su mera presencia.
Ay conciencia, cada día estoy más embelesada por él.
Me doy cuenta.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por su dulce voz
—Cierra los ojos.
Dudo, pero entonces él me dice—confía en mi.
—Solo si no me dejas caer.
—Tranquila, te guiaré en casa paso.
Cerré mis ojos y me bajo para que caminará...él sí que me guio, y gracias a eso, no terminé en el piso.
Cuando me dijo alto, supe que estábamos en el lugar especial.
—No hagas trampa Henderson, no los abras aún.
—están bien cerrados—digo riendo
(...)
—Ábrelos ahora.
Lo que mis ojos encontraron fue lo más hermoso que podía verse...
En el piso había una manta con comida; era un picnic romántico.
