LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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XVII
—¡Ah bueno! — Aplaudió la estúpida. —Ya ni siquiera disimulan. — Escupió su veneno la cobra con cierto sarcasmo en su voz.
La sangre me hervía y les puedo asegurar que, de la bronca que sentía, presioné tanto mis manos hasta transformarlas en puños, que ya me estaba clavando las uñas en la piel. Le quería dar un buen tongo porque se lo merecía.
—¿A qué vienes Sofía? A molestar seguramente— me defendí de su primer movimiento con altura, poniéndole los ojos en blanco.
—Mira, mocosa. Cuando siquiera tengas la experiencia y la trayectoria que yo tengo, hablamos.
Listo, agárrenme que la mato.
—Disculpa, ¿¡me llamaste mocosa!?— le grite, con la yugular saliendo de mi cuello.
Jane, calmada.
Calmada mis cojones, conciencia.
—¿Debería llamarte putita?
Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Fue la motivación que necesitaba para darle una buena cachetada y que se le volteará la cara de un solo golpe.
Agarró su mejilla y me miró con una furia—vas a pagarme por esto, ¡cómo te atreves! —me agarró de los pelos y yo también le correspondí. No me iba a quedar atrás.
Le estaba dando su merecido hasta que apareció Ethan y me agarró por detrás.
—¡Suéltame! Puedo defenderme sola. —Yo intentaba zafarme de él para darle una buena piña a la tarada que me rompió los ovarios desde el día 1 que pisé la universidad.
—Jane, déjala. No lo vale. No vale que te suspendan o te expulsen por esto.
—¿La princesa no puede defenderse y necesita de su príncipe azul? — soltó una carcajada.
Yo apreté mi mandíbula con fuerza mientras intentaba liarme con la loca. Sin embargo, decidí ser más inteligente que ella y restregarle en la cara mis logros.
Respiré y sonreí—¿Tienes envidia de que yo sea la chica que te lo robó? Déjame actualizarte, no solo te lo quité y me lo tiré, sino que soy yo la que le doy placer; soy yo la chica sobre la que él se viene, dejándome todo su contenido en lo más profundo de mi ser. Algo que tú nunca experimentarás. Así me río de ti, perra.
Podía sentir la sonrisa de orgullo de "MI" novio detrás de mí.
Echa una furia por lo que le dije, la regalada de Sofía se estaba acercando nuevamente a mi, cuando apareció un chico al que Ethan respondió con familiaridad.
«¿Será un amigo?» pensé
—¡Suéltame Marcus! — exigió la rubia teñida con cloro—¡Le voy a dar su merecido a esta niñita, ¿Quién se cree?!
