LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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ETHAN
Tres semanas transcurrieron desde que nos distanciamos con Jane, para tomarnos un "tiempo", como le decía ella.
Por mi parte, entendía lo que ella sentía y lo respeté.
Decidí cambiar de cohortes con Marcus para no cruzarme con ella y ponernos en una situación incomoda.
La amo demasiado, como nunca había amado a nadie y lo que más quiero en esta vida es su felicidad, por encima de todo; aún cuando yo deba sacrificar mi propia felicidad que es disfrutar de su compañía.
Sin embargo, no pensaba dejarla ir sin antes dar batalla.
Junto con Marcus y otras amigas que conocieron a Jane en la fiesta de Halloween, ideamos un plan para reconquistarla. Esperaba que diera frutos.
—No estoy seguro, bro, ¿y si no le gusta?—dudé mientras acomodaba mi elegante smoking frente al espejo.
—Tú ve y haz el esfuerzo por ella. Estoy seguro que te va a escuchar. ¿Preparaste el discurso?
Asentí.
La estrategia era llevarla a ver una de las últimas funciones del cascanueces que el prestigioso ballet de Nueva York daba en el teatro de nuestra ciudad.
Después, la llevaría a una parque cercano y, a la luz de la luna, le leería una carta que escribí para ella, donde le confesaré mis sentimientos más profundos.
Estaba convencido de que era un buen plan porque Jane me había contado una vez que amaba la técnica de un tal coreógrafo llamado Balanchine y que le encantaría ver una función de su ballet.
Aunque parezca que nunca la escucho, es todo lo contrario. Me encanta escucharla hablar.
(...)
Cuando se hicieron las 6 de la tarde, salí de mi departamento para ir hasta su habitación. Quería aparecerme dos horas antes y sorprenderla.
De forma que, si aceptaba, podría darle un margen de tiempo para que se aliste para la ocasión.
Esperaba que, al tocar la puerta, ella accediera a mi petición.
JANE
Me encontraba leyendo en mi cama, cuando alguien tocó la puerta. Me levanté para abrirla, pero Sara se me adelantó.
—¿Qué quieres Ethan? —cuestionó Sara con un tono frío en su voz.
Al escuchar su nombre mi corazón se estremeció. Levanté mi vista de la lectura y cerré el libro con rapidez. Lo extrañaba, aunque, era muy orgullosa para admitirlo.
—Quiero hablar con ella y ver cómo esta.
Todavía se preocupa por mi. Mi Romeo, no puedo hacerte la ley de hielo si todo el tiempo haces cosas tiernas.
