LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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Después de pasar el mejor día de gracias de mi existencia (en todos los sentidos); después de haber vuelto con mi familia, de haber visto a mis padres y de haber compartido una cena con ellos, me encontraba nuevamente en el aeropuerto para tomar el vuelo que me llevaría de regreso a Yale.
Con Ethan habíamos coordinado para tomar el mismo vuelo y en el mismo horario, incluso tuvimos asientos juntos para poder disfrutar de una película romántica durante el viaje.
Al llegar a Connecticut, tomamos un taxi que nos llevó hasta el campus
—Ahora tengo que estudiar para el parcial de anatomía— me demostré desanimada y triste.
—No sé por qué te preocupas tanto si me tienes a mí—levantó mi mentón y lo direccionó hacia donde estaban sus bellos ojos verdes.
—Sí, pero igual tengo mis dudas.
—Tranquila, apenas lleguemos hablaremos de esto con más calma.—Besó mis labios con afecto y me regaló una de sus sonrisas tranquilizadoras.
Ya en el campus de la universidad en la habitación de mi querido novio.
—Bueno, si vamos a hacer esto tengo que tener un incentivo— arqueó sus cejas esperando una respuesta de mi parte
—¿De qué estás hablando ahora? — Me mostré lo más seria posible cruzando los brazos en mi pecho porque ya lo conocía y me imaginaba lo que me iba a pedir.
¿Por qué siempre que estudiamos juntos alguna de sus manías salen a flote?
— Pues—se rascó la barbilla mientras se sentaba en una silla y cruzó las piernas. —Cada vez que te equivoques, te quitarás una prenda de las que llevas puesta.
Casualmente hoy estaba muy abrigada porque el clima frío otoñal me obligaba.
Era sabido que diciembre se acercaba y que el clima frío de la temporada no ayudaba.
—¡Estás loco! —exclamé dramática. —¿¡Acaso quieres que me de gripe!?
— La calefacción está encendida, bebé, así que no tienes excusa.
>>Ahora sí... ¿en que estábamos?—pausó reflexionando—¡ah sí!... Quiero que me digas que se inserta en el borde medial del húmero.
—¿En serio vas a empezar por ahí? —protesté. —Se insertan los músculos braquiorradial y extensor radial largo del carpo, además del tabique intermuscular lateral del brazo.
Ethan borró su sonrisa al darse cuenta que lo dije todo bien. —Bueno, ya que tanto sabe usted vamos por algo un poco más difícil... inserción del musculo supraespinoso.
—¿Que inserción? Distal o proximal.
—Ambas— sonrió
—La inserción proximal es en la fosa supraespinosa de la escápula y la distal es en la carilla superior del tubérculo mayor del húmero.
