LIBRO 1 DE LA SAGA DESTINADOS:
Ser estudiante universitario no es fácil y menos cuando la carrera que escogiste es medicina.
Esta historia, mi historia, surgió con la existencia de una simple regla que me sugirieron seguir al pie de la letra si no...
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Después del martes los días pasaron y no había visto a mi desconocido, pero eso terminaría hoy... ¿Por qué? Porque hoy es viernes.
No pude concentrarme en mis clases como hubiera querido... solo tenía la cabeza en una sola cosa... Ethan.
Esta cita podría ser el comienzo, o no, de algo muy intenso entre nosotros.
No me malinterpreten, yo no quiero un "algo más" entre nosotros... Bueno, tal vez quiera algo entre nosotros.
¡¿Qué?! Voy a hacer de cuenta que no dijiste esa semejante idiotez... o quieres o no quieres, pero te me decides. Así, a media tinta, no ¿eh?
De verdad que no estoy segura de que es lo que quiero, conciencia; todos los sucesos y lo que él me hace sentir son acontecimientos muy nuevos en mi vida, me hacen perder la cabeza y dudar de todo.
Además, Ethan es una contradicción andante.
No me digas. Son tal para cual. Avísame cuando es la boda.
Siento que si me abro con él, si le permito ir más lejos de lo que debería en nuestra relación académica, podría levantarse un día e ignorarme completamente, como lo hizo en el anfiteatro. El día que, por casualidad o destino, me volvió a salvar la vida.
Tenía que darle el beneficio de la duda. Primero, por todo lo que habíamos vivido y segundo, porque era muy curiosa de lo que Ethan era capaz de hacer por mí.
Cuando las clases por fin terminaron, fui a la cafetería a almorzar con mis amigos. Físicamente, estaba con ellos, pero mentalmente solo podía imaginármelo a él.
—Ey... oye... ¡Jane! ¿Me estás escuchando?... hola... llamando a tierra—me dice Sara mientras pasaba una mano por mi cara.
—Ah... ¿Qué pasa Sara?
—Creo que alguien anda muy distraída estos días.
—Estoy abrumada por todo lo que implica este semestre. Nada más que eso.
Chloe y Sara se miran de manera cómplice y responden con sarcasmo—sí, claro.
—Oye Jane ¿vas a ir a la fiesta de esta noche?, ya sabes, la que hacen los de quinto año—me pregunta Axel con cierta timidez.
Sé que le gustaba a Axel, lo podía percibir, pero, para mí, él era un amigo, nada más; y se lo había dejado claro en más de una ocasión.
—No puedo Axel, tengo planes.
Chloe enarcó las cejas, mirándome con seriedad. No entendía el por qué yo no iría, ya que yo nunca me perdía una fiesta.
—Tengo una cita... Con alguien.
—¡Uwu!, cuenta, cuenta; quiero detalles—dice Sara con esa chispa de felicidad que la caracteriza tanto.
—No les diré quién es... aún, pero si es importante nuestra cita, porque hoy es la primera.
