Capítulo 22

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Esto era extraño... El domingo que acompañé a Takao a casa, al llegar a casa, le envié un mensaje ya que él siempre me pedía que lo hiciera para asegurarse de que había llegado. Pero ese día al hacerlo no me contesto, Takao normalmente siempre me contestaba junto a miles de emoticonos y seguíamos hablando hasta que eran altas horas de la noche. Pensé que tan solo se habría quedado dormido antes o que no vio el mensaje, pero al día siguiente no vino a clase. Empecé a preocuparme así que al terminar las clases le envié otro mensaje pero de nuevo no contestó, esa tarde no sé cuántas veces le escribí, e incluso lo llamé un par de veces, pero siempre era la misma respuesta.

Al día siguiente por la mañana estuve esperando a que viniera con el rickshaw como de costumbre, pero no vino, tuve que correr hasta la preparatoria para no llegar tarde. Y para mi sorpresa cuando abrí la puerta del salón Takao estaba allí. Me dirigí con enfado hacia él dispuesto a decirle porque no vino esa mañana. Cuando se lo pregunté tan solo me miró nervioso y me dijo que la rueda de la bicicleta se pinchó y tardaría al menos una semana en repararla así que tendría que ir andando lo que quedaba de semana. Gruñí y me senté en mi sitio detrás de él. Pero durante las primeras horas de clase si quiera se giró a decirme alguna de sus estupideces o a pedirme algo, ni si quiera se metió con el dije rosa en forma de conejo que llevaba ese día ya que era mi lucky ítem. A la hora de comer como siempre le dije de ir a la azotea, pero al decírselo sonrió arrepentido y con una mano detrás de la cabeza dijo que tenía que ir a un sitió durante la hora de comer y no podría venir conmigo. Algo confundido subí a la azotea y comí solo. El resto de clase fue igual, ni una sola palabra por su parte y la hora de irse volvió a ponerme una excusa para que no fuéramos juntos a casa. Todo era muy extraño.

Y hoy volvió a ser lo mismo, a primera hora Takao ya estaba en clase y a la hora de la comida tampoco me acompañó. Eso no era normal, algo le pasaba a Takao y pensaba averiguarlo. Le pregunté directamente, y con un ligero temblor dijo que todo estaba bien, que tan solo me estaba imaginando cosas. Si a mí no me lo decía era muy probable que se lo hubiera contado a Kise o a Miyaji ya que se llevaba muy bien con ello. Sabía que en la hora de la comida Miyaji y Otsubo estaban en una pequeña biblioteca donde no había nunca gente. Fui hasta allí y abrí la puerta, prefiero no describir la imagen que vi en ese momento.

-¡Midorima! ¡¿Quieres llamar antes de entrar?! ¡¿Tengo que tirarte una piña para enseñarte educación?!- Gritó Miyaji quitándose de encima de Otsubo.

-Disculpe... Déjeme borrar la imagen que vi...- Llevé mi mano a mi frente para no verlos durante unos segundos e intentar no imaginar lo que estaban a punto de hacer.

-¡OE! ¡¿Tengo que recordarte yo como os vi en los vestuarios?! ¡¿O en casa de Akashi?!- Miyaji se acercó a mí abrochándose la camisa mientras Otsubo se colocaba correctamente el uniforme escolar.- ¿Qué pasa? ¿No está Takao contigo?

-Ese es el problema...- Miré hacia el suelo.

-¿Eh? ¿Le ocurrió algo Takao?

-No lo sé... Lleva unos días extraños, no me habla con normalidad, no habla tanto con nuestros compañeros como normalmente. Incluso hoy se le acercaron dos chicas invitándolo a comer, normalmente siempre les dice con una sonrisa que en ese momento no puede ya que tiene que hacer algo, pero hoy apenas las miró y con un seco "Lo siento no puedo" se fue de la clase... Eso no es normal en él. Estoy seguro de que le pasa algo, pero probé a preguntarle directamente y no me contesto. Por eso pensé que quizás a ustedes les dijo algo...- Miyaji se quedó pensativo.

-Yo... Lo siento Midorima no me dijo nada.- Mordí mi labio inferior con rabia.

-¿Tampoco vino a las prácticas de baloncesto?- Negué con la cabeza.

¡Por Oha asa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora