Capítulo 27

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El coche se puso en marcha, yo aun con lágrimas en los ojos me giré a ver por última vez a todos. Viendo como Shin intentaba correr detrás del coche, cayendo de rodillas llorando. Algo se rompió dentro de mí al verlo. Con desesperación quité mi cinturón e intenté abrir la puerta de coche mientras mis lágrimas aumentaban. Pero era inútil, mi madre había puesto el seguro para evitar que saliéramos.

-¡Mama abre el coche!- Grité sin que las gruesas lágrimas dejaran de resbalar por mis mejillas.

-Sabes que no puedo hacer eso Kazu.

-¡P-Pero mama! ¡S-Shin-Chan... Shin-Chan está llorando por mi culpa! ¡Está llorando y yo no puedo hacer nada!

-Seguro que tus demás amigos se encargaran de que esté bien.- Sentí rabia, era la única palabra que podía describir lo que sentía. Estaba seguro que esa no era mi madre, ella no era la persona que me crió diciéndome que tenía que ayudar siempre a las personas que lo necesitaban. No, ella no era así. Todo por culpa de ese hombre, ese hombre que había llegado a nuestras vidas quien sabe cómo.

-M-Mama... S-Shin-Chan está llorando y yo...- Tuve que callar para evitar que salieran más sollozos de mis labios.- Por favor... Tan solo déjame abrazarle una última vez... Por favor...- No hubo respuesta. Esa rabia fue pasando a tristeza poco a poco, mis lágrimas no hacían más que aumentar a medida que nos alejábamos del que hasta ahora fue nuestro hogar. Vi un pequeño pañuelo de tela delante de mí, seguí el brazo hasta llegar a ver a Kaori que aun llorando sonreía.

-Cálmate Nii-Chan, seguro que Shintaro odiaba verte llorar.- Asentí agradeciéndole y cogí el pañuelo limpiándome.

-Sé que será duro al principio Kazu pero... Será genial vivir en Nueva York ¿No crees? Al fin podremos volver a ser una familia.- No valía la pena hacer el esfuerzo de contestarle. Mi madre estaba cegada por ese hombre y no atendería a razones.

Llegamos al aeropuerto, ahí estaba mi "padre" esperándonos con una gran sonrisa en su rostro y varias maletas. Sin ni si quiera saludarle Kaori y yo entramos yendo hacia la zona de embarque. Pasamos con la condición de que únicamente podíamos llevar una pequeña maleta para acompañarnos teniendo que facturar las demás.

-Dejad que os ayude con esto.- Mi padre intentó coger la maleta que yo llevaba pero la aparté de golpe.

-¡Kazu compórtate!- De nuevo no contesté. Facturé todo el equipaje llevando conmigo tan solo mi teléfono y la fotografía que Kise me había dado.

Después de trece horas de horrible vuelo llegamos. Todo lo que dijo Daisuke sobre su casa, que podía vivir una familia perfectamente, no era más que una mentira. Vivía en un apartamento algo más grande que un apartamento de soltero, pero aun así no era apto para una familia. Tan solo tenía dos habitaciones donde dormir, una de ellas con una cama de matrimonio y la otra con dos camas, una para mí y otra para mi hermana. Una pequeña cocina y dos baños. La única parte buena era que la sala de estar era bastante amplia. Miré el reloj, aun ser mal en matemáticas hice un pequeño cálculo mental para saber qué hora seria en Japón, más o menos las siete. A esa hora Shin ya solía estar despierto así que cogí el móvil enviándole un mensaje.

>Hola Shin-Chan

>Ya llegué, el vuelo estuvo... Para que mentir estuvo horrible.

>Odio este sitio, el apartamento es enano.

>Y echo de menos a Kise y los demás pero... No sé cómo me lo haré para sobrevivir sin verte.

<Bakao no digas esa clase de cosas... Idiota más que idiota.

<Eres un idiota.

¡Por Oha asa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora