Capítulo 4

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Desde mi cumpleaños había algo que no me quitaba de la cabeza. Pedirle bien a Shin que fuera mi novio. Me refiero a que desde que me besó por primera vez ninguno de los dos habíamos dicho que éramos, ¿Amigos? No, nosotros... bueno seriamos algo así como una pareja, pero ¿Y si Shin no está de acuerdo? ¿Y si él no quiere nada serio? Aunque pensado de otro modo si no quisiera nada serio no me hubiera regalado los anillos por mi cumpleaños ¿No? Si es así ¿Porque ninguno de los dos se atrevía a decirle al otro lo que somos? Bueno, a decir verdad con lo tsundere que es él no creo que me diga nada... ¡¿Entonces toda la responsabilidad cae sobre mí?! Rayos, ¿En qué momento se me ocurriría enamorarme de un tsundere? Pero bueno es inevitable, esa forma de ser, sus ojos, su expresión seria, sus labios que yo era el único autorizado para besar... ¡Me estoy desviando del tema! Lo importante aquí es que tengo que pedirle de alguna forma que salgamos formalmente sin parecer cursi o desesperado por saber nuestro estado actual. Tengo la sensación de que me estoy embarcando en una misión imposible de cumplir. Lo mejor será pedírselo cuando salgamos del instituto, aunque por esa hora hay mucha gente y seguro que me diría que no le pida cosas tan vergonzosas en público. Podría pedírselo por mensaje, no, es demasiado importante para mi como para decírselo así. Supongo que tendré que esperar hasta la noche, no acostumbra haber mucha gente por donde vive Shin así que creo que será la mejor opción. Lo siguiente es pensar como hago para estar con él hasta la noche. Aunque no será muy difícil ya que Shin siempre se queda hasta muy tarde practicando sus tiros en el gimnasio y siempre espero que termine... ¡Mierda! ¡Hoy no tenemos práctica! Creo que el mundo está en mi contra hoy, ahora que lo pienso hoy por casualidad escuche a Oha asa y… "Escorpio: Estas en sexta posición hoy. Tienes que cumplir tus objetivos para quedar satisfecho, habrá piedras en el camino pero con esfuerzo y dedicación conseguirás superarlas. Tu objeto de la suerte es un cd de tu grupo favorito" Maldita sea Oha asa y sus predicciones acertadas. Pero por otra parte dice que podre lograr lo que me proponga y pero también dice que habrá obstáculos, seguro que esos obstáculos son el tsunderismo de Shin y mi maldita suerte. ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Presentarme en su casa por las buenas y pedírselo? ¡¿Cómo se supone que hago esto?! -Di un golpe en la mesa por la frustración haciendo que todos mis compañeros de clase voltearan a verme.

-¿Takao-Kun ocurre algo?- Preguntó el profesor.

-N-No es nada, es solo que... ¡No entiendo el ejercicio eso es!

-Está bien pues empiezo desde el principio, la forma correcta de hacerlo es...- Creo que se lo ha creído. Después de este pequeño susto se me han despejado algo las ideas, solo tengo que entretener a Shin hasta que se de noche y pedírselo. Le diré que me acompañe al centro comercial con la excusa de que necesito unos guantes nuevos  o algo así.

Cuando por fin terminaron las clases nos fuimos hacia el rickshaw, jugamos a piedra, papel o tijeras para ver cuál de los dos tenía que pedalear... Obviamente  yo perdí.

-Shin-Chan tengo que ir al centro comercial. Acompáñame.

-¿Porque tendría que hacerlo?

-Mooou Shin-Chan no es bueno que te quedes en casa toda la tarde, te pondrás más pálido de lo que ya estas.- Reí por mi propio chiste mientras que Shin soltó un gruñido.- Además así podrás buscar futuros ítems.

-¡Agh! Está bien pero no tardes mucho.- Sabia que así podría convencerlo. Nos fuimos hacia el centro comercial, llegamos y primero fuimos a una tienda de ropa donde entretuve a Shin algo más una hora diciendo que pronto seria el cumpleaños de mi hermana y quería comprarle algo bonito. Después de eso fuimos a una tienda de antigüedades donde según Shin hay el ítem que necesita para hoy solo que más grande del que ya tiene y así le daría más suerte. Cuando compramos su ítem eran más o menos las seis y media de la tarde, decidimos ir a comer algo en un restaurante de comida rápida que había dentro del centro comercial pero justo cuando entrabamos...

¡Por Oha asa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora